El dato más impactante, de acuerdo a la investigación judicial, es que tras el homicidio de Cristian Aressi, la pareja imputada fue a comer hamburguesas y luego incineró el cuerpo, que terminaron descartando en un campo en el límite entre Sauce Viejo y Santo Tomé.
Los sospechosos fueron identificados como Alejandro Jesuán Fernández, un joven desempleado de 28 años, y Vanesa Victoria Chía, una instructora de gimnasia de 37 años. Los dos quedaron imputados como coautores de los delitos de robo calificado y homicidio doblemente calificado: por ensañamiento y por ser criminis causa.
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La investigación está a cargo del fiscal de Homicidios Gonzalo Iglesias, que estuvo acompañado en la audiencia por la fiscal Ana Laura Gioria. En tanto, los imputados fueron asistidos por la defensora pública Betina Dongo.
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Cristian Aressi, la víctima del crimen, cuyos restos fueron arrojados a un descampado de Sauce Viejo.
Detalles del brutal homicidio de Cristian Aressi
En la audiencia, el fiscal Iglesias reveló la evidencia que involucra a Fernández y Chía con el crimen y reconstruyó los hechos que comenzaron cuando Cristian Aressi salió de su casa en Arroyo Aguiar, en horas de la tarde del martes 23 de julio.
Aressi se dedicaba a la compra venta de medicamentos de venta libre, que comerciaba en los hogares de los interesados y habitualmente tenía consigo importantes sumas de dinero en efectivo.
Al día siguiente, el miércoles 24 de julio, su esposa radicó una denuncia por pedido de paradero, ya que desde que se fue del hogar no había tenido contacto con su marido. A las pocas horas se dio el hallazgo del cuerpo calcinado del hombre en un descampado de Sauce Viejo: a su lado había la hoja de un cuchillo y una mancuerna; además, varias prendas de vestir y el DNI de la víctima.
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La autopsia detectó tres tipos de lesiones: quemadura y carbonización del cadáver; heridas cortantes y punzocortantes en el cuello; y heridas contusas y contuso-cortantes en el rostro y la cabeza.
El fiscal detalló que las lesiones cortantes en el cuello habían sido cometidas desde atrás, y sumaban 38 marcas; además, tenía 10 lesiones contusas que se acumulaban en el cráneo y el rostro.
Es decir, Aressi falleció por ser atacado de manera simultánea con elementos con filo y con elementos contundentes. Esto demuestra la intervención de dos personas en el ataque, remarcó el fiscal Iglesias.
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El lugar donde fueron hallados los restos de Aressi.
Las cámaras de vigilancia detectaron el recorrido del vehículo Volkswagen Gol de Aressi desde que salió de su hogar y llegó a la casa de los imputados, en Callejón Funes al 4600, minutos antes de las 16 del martes 23 de julio. Los impactos de la antenas de celulares, en especial de Aressi y de Chía, fueron fundamentales para reconstruir el crimen: Chía había llamado por teléfono a la víctima el 20, el 21 y el 22 de julio. Las comunicaciones entre ellos sucedían desde meses atrás, si bien se desconoce la naturaleza de esas comunicaciones.
El auto de la víctima fue encontrado el jueves 25 de julio, estacionado a contramano en inmediaciones de República de Siria al 5600. Le faltaba la patente delantera y la de atrás estaba doblada.
Los testimonios de los vecinos de la cuadra fueron reveladores: varios vieron a la pareja que dejó el auto en el lugar, hablaron con ellos y generó tanta sospecha en el barrio que llamaron a la policía: allí fueron chequeados por los uniformados, que les pidieron todos los datos. La mujer dio la numeración de la vivienda alterada.
Esta situación no pasó desapercibida para la división Homicidios de la PDI, que requisó el auto y unió esta pareja sospechosa con el crimen del dueño del auto: adentro del vehículo encontraron un ticket de una hamburguesería de la Peatonal, y presencia de sangre. Los investigadores solicitaron autorización judicial para allanar la vivienda de Callejón Funes.
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La detención se dio tras dos allanamientos en Callejón Funes al 4600 y Fray Mamerto Esquiú al 2800.
En ese domicilio, residencia de Fernández y Chía, se encontraron varios elementos de interés: documentación personal de Aressi y del automóvil, bolsas de medicamentos como los que vendía Aressi, más de 300 mil pesos en efectivo, el teléfono celular de Aressi, elementos de gimnasia similares a la mancuerna hallada al lado del cadáver, prendas de vestir descartadas en un basurero y restos de sangre humana detectados con luminol en toda la vivienda y en el patio.
El fiscal remarcó que los impactos de antena ubicaron a Chia en todos los lugares vinculados con el crimen: estaba en el domicilio de Callejón Funes cuando llegó Aressi; a las 20:15 estaba en el centro, donde comieron hamburguesas, como reveló el ticket encontrado en el auto, y las cámaras de la Municipalidad que detectaron a Chía y a Fernández caminando por la zona y en el auto de Aressi. Después volvieron al domicilio de Callejón Funes y a las 23 se detectó que el celular estaba en Sauce Viejo, donde se dirigieron en el auto de la víctima para descartar el cuerpo.
El fiscal Iglesias solicitó que los imputados acepten de manera voluntaria la extracción de muestras digitales y bucales para hacer cotejos de ADN con los elementos secuestrados en la investigación.
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Sergio Carraro avaló la imputación fiscal y dictó la prisión preventiva
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Prisión preventiva
Por su parte, la defensora pública solicitó que los imputados sean evaluados por el médico forense, ya que ambos sostuvieron padecer afecciones de salud mental, y que en caso de confirmarse los diagnósticos sean evaluados por la Junta Médica de Salud Mental para evaluar si están en condiciones de atravesar el proceso penal.
El juez encontró acreditada la imputación de la Fiscalía y los requisitos para dictar la prisión preventiva: los imputados no tienen arraigo familiar ni laboral, y enfrentan una posible pena a prisión perpetua.
En relación a la calificación seleccionada por el fiscal, el juez sostuvo que los imputados, de "forma despiadada, desmedida y desmesurada" agredieron a una persona que no tuvo posibilidad de defenderse, y valoró el "claro interés de descartarse del cuerpo, de modo también violento".
Al dictar la prisión preventiva de Chia y de Fernández, el juez ordenó también que sean examinados por el médico forense a fin de acreditar las afecciones que alegaron padecer.