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Policiales Rosario | Narcotráfico en Rosario | Los Monos

La trama detrás del ataque en la sala de velatorio en Rosario: Alvarado y Los Monos, en una lucha sin límites

Cuatro hombres dispararon el lunes contra una casa de sepelios donde velaban a un narco ligado a Alvarado. Una persona murió y seis resultaron heridas, entre ellas, una mujer embarazada. Detrás de la balacera aparece el conflicto permanente en la geografía de la venta de drogas en Rosario.

¿Qué hay detrás del demencial ataque contra una sala velatoria en Rosarioque dejó un muerto y seis heridos? La clave apunta a la persona que velaban en la cochería: Jorge Maturano, de 45 años, un narco que perteneció a la banda de Esteban Alvarado, preso actualmente en el penal de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. La pregunta que aparece es si un rival de Alvarado pudo tramar el crimen y el ataque posterior. La banda de Los Monos aparece como sospechosa, junto a Claudio “Morocho” Mansilla, quien fue recapturado en junio pasado tras protagonizar una fuga junto a otros siete reclusos de la cárcel de Piñero, el 27 de junio de 2021.

Maturano fue asesinado en el barrio Santa Lucía, el domingo pasado, y cuando lo velaban en una sala en Teniente Agneta y Pellegrini, el lunes a la tarde, pasó por el lugar un Peugeot 408, color blanco, desde el cual cuatro hombres armados dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de la sala. La actividad en el comercio de drogas de Maturana abarcaba también barrio Godoy, un lugar en disputa desde hace tiempo.

Pablo La Torre, quien era amigo de la persona que velaban, murió pocas horas después del ataque en el hospital de Emergencias, por una herida de bala en el tórax. Los otros seis heridos están fuera de peligro, entre ellos, una mujer con 37 semanas de embarazo que sufrió un disparo en el abdomen y no perdió a su hijo o hija de milagro. El auto que se usó para el ataque apareció quemado íntegramente horas después en la colectora de la autopista Rosario-Córdoba, donde los narcos que lo habían utilizado trataron de borrar toda huella o indicio que los pueda incriminar.

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El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

Algo que llamó la atención en relación a este ataque fue que en el mismo momento en que se produjo la balacera mortal contra la sala velatoria había un operativo policial a una cuadra de allí. A pesar de la presencia de los efectivos que realizaban controles en la zona, nadie atrapó a los atacantes. Ante la gravedad del hecho el ministro de Seguridad Claudio Brilloni se hizo presente en el lugar.

La pregunta que giraba en torno al hecho apuntaba a por qué habían decidido atacar contra la familia y los amigos de la persona que estaban velando. La muerte de Maturano está vinculada a la venta de drogas. Había varias hipótesis en torno al detonante del crimen. Una era la sombra del propio Esteban Alvarado, un narco que está preso en Ezeiza. Maturano, a quien le decían "Indio" y "Pelado", era un hombre cercano a Marcelo Ocampo, conocido como "Fino", asesinado en 2021. Era la mano derecha del narco condenado a prisión perpetua el año pasado.

"Fino" fue atacado en Ocampo al 6600. Estaba en el frente de su casa y llegó una moto con dos hombres. El acompañante se bajó y le pegó tres tiros. Murió en el acto.

En un principio la investigación se centró en el dominio de grupos narco en el barrio Godoy y Triángulo de Rosario. El que controlaba esa zona era Alvarado. Los Monos pagaron a dos sicarios 270.000 pesos para que ejecutaran a Ocampo, uno de los gerentes de Esteban Alvarado. El crimen se concretó de manera quirúrgica el 22 de abril de 2021, cuando los sicarios Uriel Reynoso y Brian González mataron a "Fino" dentro de su camioneta Toyota Hilux en la puerta de su casa. En el asiento de atrás estaba su pequeño hijo de dos años, ahijado de Alvarado, que no sufrió ni un rasguño.

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El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

A partir de ese crimen, Guille Cantero empezó a copar el oeste rosarino para manejar la venta de drogas que hasta ese momento controlaba su enemigo en el mercado de los estupefacientes. La investigación tuvo que cambiar el enfoque. Comenzó con Alvarado –pensaban que había ajusticiado a su amigo por una supuesta traición– y terminó con Los Monos, lo que marca la dinámica vertiginosa del negocio de la venta de drogas en Rosario.

Los hombres de Alvarado que manejaban el negocio de la droga en esa zona del oeste de Rosario eran Gabriel Martínez, Rodolfo Aguilera, que fue asesinado el 17 de junio de 2020, y Claudio "Morocho" Mansilla, quien lideró el golpe comando a la cárcel de Piñero el 27 de junio y un año después fue recapturado.

Luego del crimen de "Fino" Ocampo y después de que Guille Cantero avanzara sobre el oeste de Rosario, una investigación que profundizaron en forma coordinada la Justicia federal y provincial terminó con 16 detenidos y más de 40 allanamientos, el secuestro de 1.000 dosis de cocaína y 20.000 dólares. También se allanaron las cárceles de Marcos Paz, donde está preso Guille Cantero, y los penales de Piñero y Coronda. En esa investigación se detectó una forma particular de comunicarse del líder de Los Monos.

Guille Cantero se contactaba a un celular de otro preso en el penal de Ezeiza. Este recluso llamaba a su vez con otro teléfono móvil a los miembros de Los Monos que están en la cárcel de Piñero, que escuchaban la voz de Cantero que hablaba por el teléfono público de Marcos Paz. Ese teléfono le fue incautado dos veces en: una el 23 de agosto y otra vez el 3 de setiembre de 2021. Sin embargo, seguía hablando por esa vía.

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El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

El lunes por la tarde, cuatro hombres armados a bordo de un Peugeot 408 dispararon a mansalva contra la gente que se encontraba en la puerta de una sala de velorios unicada en Teniente Agneta y Pellegrini, en la ciudad de Rosario.

Luego del megaoperativo contra la banda de Los Monos en el oeste rosarino, Alvarado recuperó terreno con el tiempo, señalaron fuentes judiciales. Es la dinámica que aparece en cada territorio, como si fuera un tablero en el que cada banda avanza o retrocede en base al uso de la violencia que usa para eliminar a sus rivales o de operativos para desarmar cada organización. La zona oeste de Rosario es hoy un lugar en el que los casilleros están en juego de forma permanente.

Ese sector de la ciudad fue dominado históricamente por Alvarado, desde hace más de una década y media cuando estaba en sociedad con Luis Medina. Ambos habían sido ungidos para controlar esa zona por el exjefe de la Policía de Rosario Néstor Arismendi, según la declaración del testigo Rodrigo Ortigala en el juicio contra Alvarado.

Cuando asumió como gobernador Antonio Bonfatti el primer jefe de la Unidad Regional II que fue designado fue Arismendi. La misma tarde del día que asumió, el 12 de diciembre de 2011, se produjo una novedad de impacto al trascender que el oficial nombrado para conducir la mayor regional provincial tenía una denuncia por enriquecimiento ilícito. Estuvo en el puesto hasta el 4 de abril de 2012. La denuncia que motivó la investigación fue de carácter anónimo, era del año 2008 y señalaba por ese delito a otros 17 empleados de la mayor fuerza de la provincia.

Le adjudicaron a Arismendi ir adquiriendo propiedades a las que ponía a nombre de terceras personas para evitar problemas legales: es decir, testaferros. Uno de estos prestanombres era un hijo de Leonardo Popea, un hombre residente en Funes que terminó condenado a 8 años de prisión en 2017 por manejar una cocina y un laboratorio de cocaína que alimentaba a quioscos de Rosario, Granadero Baigorria, Correa, Coronda y Cañada de Gómez.

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