Hace una década que Graciela Brondino no tiene más a su hija Marianela. Se la arrebataron abruptamente dos motochorros, una tardecita de abril de hace diez años, en Gorostiaga al 1900.
No debe haber santafesino que no esté familiarizado con la historia, y que no conozca a Graciela: Marianela trabajaba en una panadería, iba y volvía en bicicleta. Llevaba sólo un morral con pocas cosas, casi sin valor. Justamente por si la asaltaban.
“Dos pesos, las llaves de casa y un pañuelito”, nos contó Graciela, en una de las tantas entrevistas que hicimos en estos años. Eso le costó la vida a una chica de 25 años: dos pesos, las llaves de la casa y un pañuelito.
Y con la muerte de Marianela, ocurrida algunos días después en el hospital por el fuerte golpe en la cabeza que sufrió cuando cayó de la bici a raíz del ataque, empezó la peregrinación de Graciela para lograr justicia por su hija. Y durante años luchó sola. Su marido y su hijo no encontraban fuerzas para hacerlo.
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N.N.
Por años, la causa en la justicia santafesina tuvo la espantosa carátula de “N.N.” sigla que significa “no nombre”, es decir, cuando no hay rostro ni nombre sospechoso como autor del delito. Graciela iba a tribunales, bajaba al frío subsuelo, iba hasta el juzgado de N.N. y pedía el expediente de la causa de su hija. Cuando lograba que se lo den, se sentaba en uno de los bancos ubicados en los lúgubres pasillos y empezaba a leer. Leía y releía. Pasaba las hojas, de adelante para atrás. Y durante mucho tiempo fue eso, y no mucho más.
Pero no sólo iba a golpear la puerta del juzgado. Graciela empezó su propia investigación, de a poquito fue logrando datos: que desde hacía algún tiempo dos personas en moto andaban robando por la zona donde atacaron a Marianela, que se sospechaba quienes eran. Y esos datos se los llevaba al fiscal y al juez. Sin embargo, la carátula seguía siendo “N.N.”
Una llamada reveladora y un testigo anónimo
Pero un día la cosa empezó a cambiar, y tomar forma. Una noche de junio de 2016, un hombre llamó a la central de emergencias 911 y dijo que su hijo estaba implicado en el caso de Marianela: “Walter Borda, le dicen Pipi”, precisó la llamada.
Además, un joven de quien nunca se reveló su identidad, aportó el segundo nombre: Eduardo “Bebe” Gimenez. Según este testigo, un día escuchó a Giménez jactarse de haber sido uno de los autores del ataque a Marianela, mientras miraba un informe en la televisión.
La causa ya no era N.N. Había dos nombres. Había dos rostros. Había dos sospechosos.
Juicio
El juicio contra Borda se celebró en el mes de diciembre de 2019, hace apenas cinco meses. Allí, la mamá de Marianela y el papá de Borda se enfrentaron cara a cara.
El periodista Ignacio Mendoza siguió el juicio de cerca, y en sus crónicas de aquellos días repasó los testimonios de Graciela y de Borda:
Brondino explicó que Borda fue quien la buscó y luego se presentó en su casa en más de una oportunidad para contarle que su hijo “Pipi” estaba involucrado en el crimen de Marianela. “Varias veces me dijo lo de su hijo y pidió que le diga al juez que lo apretaran ya que iba a cantar”, recordó la mamá de la víctima.
Tal situación derivó en que Brondino y Borda (padre) lleven a cabo un careo que calentó el ambiente del juicio debido a que los dos se pusieron cara a cara y cuestionaron sus planteos. “Esto fue una falta de respeto”, criticó Borda a lo que Brondino le retrucó: “yo no lo traicioné, usted dijo que fue su hijo dos veces”. “Yo no lo fui a buscar, usted vino a mí”, sentenció Brondino.
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En el juicio contra Borda también declaró el testigo de identidad reservada que había aportado el nombre de Gimenez. Ante el tribunal volvió a nombrar a Gimenez, y lo vinculó con "Pipi" Borda: "siempre salían a robar", manifestó el joven.
Borda fue condenado como autor de homicidio en ocasión de robo a 20 años de prisión, fallo que fue apelado por la defensa del imputado y tendrá su instancia de revisión en la cámara de apelaciones, en fecha a definir.
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En menores
En tanto, la causa contra Gimenez tramita en el fuero de menores, ya que al momento del ataque a Marianela tenía 17 años, también se encuentra en etapa de juicio.
En este proceso también se espera contar con novedades, si la pandemia lo permite, en el correr de este año. Tanto los abogados del Centro de Asistencia Judicial a la Víctima que asesoran a Graciela, Federico Lombardi y Agustín Rubineau, como el fiscal Carlos Rolando, dieron por culminada la etapa de producción de pruebas y solicitaron pasar a la etapa de clausura.
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