¿Walter Wettstein mató a Noelia Oschtad con discernimiento, intención y voluntad? Esa es la pregunta que se intentará responder en el juicio oral y público que comenzó este martes en los tribunales santafesinos. Los acusadores sostienen que sí, y que por lo tanto debe ser condenado a prisión perpetua por el femicidio; en tanto, los abogados defensores adelantaron que demostrarán que Wettstein es inimputable debido a su estado de salud mental.
El juicio se desarrolla en la sala 1 de los tribunales santafesinos ante los jueces Sergio Carraro, Octavio Silva y José Luis García Troiano. La acusación es llevada adelante por los fiscales Carlos Lacuadra y Estanislao Giavedoni, con asesoramiento del perito psiquiatra Emiliano Ávlia Castro; la defensa de Wettstein está a cargo de los abogados Claudio Torres Del Sel y Natalia Giordano, quienes son asesorados por el médico psiquiatra Rafael Del Paso.
Alegatos
Walter Wettstein asesinó a su exesposa Noelia de un escopetazo en el pecho, el 27 de enero de 2020 cerca de las 7:30 de la mañana en inmediaciones de Sarmiento al 2100, en Humboldt. Después fue hasta la comisaría y se entregó. En los alegatos de apertura, los fiscales aclararon que en el juicio sólo se discutirá el obrar consciente de Wettstein, su aptitud para estar en juicio y de comprender la criminalidad de los actos.
Giavedoni y Lacuadra remarcaron que Wettstein actuó con discernimiento, intención y voluntad, que fue un acto planeado y ejecutado, que será demostrado con la declaración de los testigos, especialistas de la salud mental que asistieron a Wettstein. Los fiscales adelantaron que pedirán la condena a prisión perpetua por la autoría de homicidio triplemente calificado: por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por violencia de género.
A su turno, los defensores sostuvieron que Wettstein no resulta punible y que será demostrado por los testigos, que darán cuenta sobre el estado de salud mental actual del acusado y también el que presentaba al momento del crimen de Noelia. Giordano y Torres Del Sel remarcaron que el acusado presenta padecimientos en su salud mental desde los 12 años, y que con toda la medicación que ha recibido durante toda su vida su salud mental ha decaído. Los defensores concluyeron el alegato solicitando que Wettstein sea absuelto y que sea atendido por médicos especialistas que lo ayuden a reinsertarse en la sociedad.
Testigos
El primer testigo en declarar es el psicólogo de la policía de la URXI, del departamento Las Colonias, que entrevistó a Wettstein el día del crimen, en horas del mediodía. El psicólogo explicó que Wettstein refirió sus datos personales y le relató qué hizo esa mañana: que se levantó, que agarró la escopeta, y que después “se mandó una macana” y que después se fue a entregar a la comisaría, según las palabras que le refirió el acusado.
El testigo sostuvo que al momento de la entrevista Wettstein manifestó angustia cuando dijo que “se mandó una macana”, que tenía los aspectos cognitivos reservados, que estaba orientado en tiempo y espacio, sabía quién era, dónde estaba y qué había hecho. Pudo reconocer los objetos, tenía la memoria preservada y, “sobre todo en el aspecto afectivo, que es lo más significativo, se dio cuenta que lo que hizo estuvo mal y por eso fue a la comisaría”, remarcó el psicólogo; es decir que “cuando ocurrió todo estaba conectado con la realidad”, aclaró.
Luego declaró la psiquiatra del penal de Coronda, quien entrevistó a Wettstein cuando ingresó al Servicio Penitenciario. La profesional recordó que en la entrevista el acusado le manifestó que había hecho tratamiento psiquiátrico durante toda su vida “por un problema de impulsos”, y que había tenido situaciones de violencia.
La testigo explicó que siempre que se entrevistó con Wettstein estaba lúcido, orientado, podía contar qué le pasaba y que nunca fue necesario requerir internación. Luego detallaron los cinco medicamentos que el acusado consume cotidianamente, y explicó por qué se le suministra cada uno: puntualmente dos de ellos son “estabilizadores de ánimo”, para controlar sentimientos negativos, impulsivos y agresivos.
Finalmente declaró una licenciada en psicología que trabaja en el primer equipo de niñez y políticas de género de la municipalidad de Humboldt. La testigo explicó que comenzaron a trabajar con el grupo familiar en 2015, cuando Noelia se acercó a buscar asesoramiento por situaciones de violencia de género por parte de su pareja desde hacía más de nueve años y padre de sus dos hijos; la mujer refirió agresiones verbales, físicas, amenazas con un arma de fuego, celos que le impedían trabajar y relacionarse socialmente.
La psicóloga explicó cómo se trabajó con Noelia, con Walter y con los dos niños, y que sugirieron atención psicológica; esa sugerencia fue adoptada por Noelia para sus dos hijos, ya que los niños también manifestaban situaciones de violencia en la escuela, por lo que el equipo de la municipalidad también se entrevistó con las docentes.
La testigo explicó que en 2015 Noelia tramitó una medida de distancia, y que su hijo más grande quiso ir a vivir con su papá al campo. El día del femicidio de Noelia, las profesionales del equipo fueron convocadas para que vayan a asistir a los menores; la psicóloga recordó entonces el diálogo que mantuvo con el hijo mayor: dijo que la noche anterior Walter le había preguntado si su mamá seguía trabajando en la carnicería y le pidió si podía cubrirlo en el trabajo del campo a la mañana porque el tenia que ir hasta el pueblo.
Cuando su abuela lo llamó a la mañana y le dijo que su mamá había tenido un accidente, el chico fue hasta el dormitorio de su padre, vio que faltaba la escopeta y enseguida se dio cuenta qué había pasado.
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