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Casas marcadas por la violencia narco en Rosario

Los ataques a balazos contra los frentes de los domicilios se transformaron en un método de amenaza que provoca terror y deja víctimas inocentes, como el caso de Ticiana Espósito, de 14 años. En Rosario este año aumentó el uso de armas y de heridos: en los primeros ocho meses de 2020 fueron internadas 575 personas por la violencia armada.

Las balas no sólo provocan tragedias, como la de Ticiana Espósito, la chica de 14 años que fue asesinada cuando dos hombres dispararon contra la casa de un vecino y un tiro le perforó el cráneo cuando la niña estaba en la cocina, sino que también se transformaron en portadores del lenguaje de la violencia que sintetizan mensajes de una geografía copada por el negocio del narcotráfico.

El ataque a balazos contra el frente de una casa se transformó en un método efectivo de amenaza. La fachada de un domicilio agujereado por los disparos siembra terror, no sólo a quiénes van dirigidos, sino para el resto de los vecinos que escuchan los tiros y después ven las paredes perforadas. Son las cicatrices de un paisaje urbano cada vez más atravesado por la violencia. A la frase “casas marcadas por la luz” de Luis Alberto Spinetta habría que agregarle el término poco poético de las balas.

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Los atacantes son en general jóvenes inexpertos que en la mayoría de los casos ni siquiera saben usar el arma que disparan. Esto provoca que muchas veces no den en el blanco definido y el daño sea mucho mayor.

Los atacantes son en general jóvenes inexpertos que en la mayoría de los casos ni siquiera saben usar el arma que disparan. Esto provoca que muchas veces no den en el blanco definido y el daño sea mucho mayor.

Hay otros rasgos que afloran con este método, interpretan en la fiscalía de Rosario. Intervienen chicos jóvenes, que en la mayoría de los casos ni siquiera saben usar el arma que disparan. Esto provoca que muchas veces no den en el blanco definido y el daño sea mucho mayor.

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A esto se suma que usan armas pesadas. Se impuso durante los últimos dos años la utilización de la pistola 9 mm con cargador largo de hasta 31 disparos, que transforma ese arma en una ametralladora, pero cuando se aprieta el gatillo la potencia que posee la hacen incontrolable. Hay que estar preparado para poder dominar el fierro automático que dispara entre tres y seis balas por segundo.

En Rosario este método de disparar contra los frentes de las casas se hizo viral. Es un fenómeno local, que empezaron a usar Los Monos en 2013 y después adoptaron otras bandas y grupos narco. Son amenazas que generan terror, son por sorpresa, y a su vez requieren de escasa logística y bajo costo. Pagan entre 2.000 y 5.000 pesos para hacer estos ataques, en su mayoría con jóvenes inexpertos, que muchas veces se confunden de blanco o se descontrolan disparando y provocan muertes. Se empezó a detectar que se sumó otro elemento a este método: filmar los ataques y exponerlos en las redes sociales para sembrar aún más miedo. O dejar una nota a modo de sumar más intimidación.

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Ya no sólo disparan contra una casa para sacar del juego a un narco, como lo usaban Los Monos, sino que se extendió a otros objetivos, como la usurpación de viviendas.

Ya no sólo disparan contra una casa para sacar del juego a un narco, como lo usaban Los Monos, sino que se extendió a otros objetivos, como la usurpación de viviendas.

Según la fiscalía de Rosario, este método de amenaza surgió en 2013, cuando Los Monos empezaron a copar búnkeres de bandas contrarias. Para que correrlos disparaban a las casas. El 15 de mayo de ese año fue asesinada Lourdes Cantero, una chica de 14 años, que se encontraba mirando televisión cuando un tiro entró por la ventana y la mató. La orden la había dado Ramón Machuca, alias "Monchi Cantero". Es uno de los cuatro homicidios por los que fue condenado a 37 años de prisión.

Ese método fue adoptado por otras bandas, pero la realidad cambió. En la fiscalía de Rosario consideran que no sólo creció la cantidad de casos, sino también el poder de fuego de estos grupos criminales. Ya no sólo disparan contra una casa para sacar del juego a un narco, como lo usaban Los Monos, sino que se extendió a otros objetivos. La usurpación de viviendas, que después entran en un mercado negro inmobiliario que es cada vez más redituable. Una fuente judicial explicó que también se usan para acopiar droga y armas.

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En la semana entre el 2 y el 8 de setiembre, según datos oficiales que maneja el MPA y el Ministerio de Seguridad, se produjeron 217 hechos con presencia de armas de fuego. Los picos más altos en el año fueron en la primera semana de enero con 526 y en la segunda de mayo con 513, según los registros.

En la primera semana de enero hubo 526 hechos con presencia de armas de fuego. En la segunda de mayo fueron 513.

La fuerte presencia de las armas de fuego, cada vez con mayor asiduidad, de acuerdo a los llamados al 911, se traslada al aumento de heridos. Según registros del Observatorio de Seguridad Pública, a los que accedió Aire de Santa Fe, se resultaron heridas en los primeros ocho meses de este año 575 personas en el departamento Rosario. A esto se agrega que en lo que va de este año se produjeron 145 homicidios.

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Según el informe los barrios con mayor índice de heridos son La Tablada, Esteban Echeverría Las Flores y 17 de Agosto, en el sur de la ciudad, mientras que en el oeste se destacan Villa Banana, Villa La Boca y Vía Honda. También en la zona de Triángulo y Moderno. En el noroeste, se observa una acumulación de casos en Ludueña y Empalme Graneros, como así también en el norte en los barrios de Parque Casas y Sarmiento, y Nuevo Alberdi.

Nueve de cada diez heridos son jóvenes menores de 30 años y la mayoría de las víctimas tienen entre 20 y 24 años.

“En relación con la distribución temporal este año comenzó con 77 personas HAF registradas en el mes de enero, cifra que descendió hasta abril –período en el que, como se dijo, fue más estricta la exigencia en relación con las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio decretadas por el gobierno nacional– y a partir de allí comenzó a crecer nuevamente. En julio hubo un aumento importante”, señala el documento. La edad es otro hecho distintivo. Nueve de cada diez heridos son jóvenes menores de 30 años. La mayoría de las víctimas tienen entre 20 y 24 años.

Ante el incremento de una violencia que parece desenfrenada en Rosario, donde se produjeron 18 homicidios en lo que va de septiembre, el Ministerio de Seguridad ultima los detalles de un plan de abordaje multiagencial en territorios calientes de Rosario.

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El primer capítulo de este programa comenzará en Nuevo Alberdi, un barrio donde las peleas territoriales entre clanes narco incrementaron los niveles de violencia armada.

Los datos que manejan en la cartera que conduce Marcelo Sain es que los hechos sangrientos en Rosario están concentrados en el 13% de la geografía urbana.

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Este plan implicará un desembarco fuerte de Gendarmería en los perímetros y de la Policía de Acción Táctica en el territorio, sumado a un trabajo del Ministerio Público de la Acusación para llevar adelante en el terreno las investigaciones.

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Nuevo Alberdi es uno de los barrios de Rosario en los que más se ha incrementado la violencia este año.

Nuevo Alberdi es uno de los barrios de Rosario en los que más se ha incrementado la violencia este año.

En el gobierno evalúan que a la estrategia de intervención se sumarán luego otras áreas como Desarrollo Social y Vivienda. La idea es que la permanencia en estos barrios con problemas de violencia se extienda en el tiempo.

En la gestión de Miguel Lifschitz se hizo algo similar, con la participación del MPA, en el barrio Municipal, luego de que se desbarataran las bandas de Los Funes y Los Caminos, que mantenían el dominio de un Fonavi donde viven más de 50.000 personas y es el más grande de la Argentina. Esa experiencia fue exitosa en una parte del barrio, pero como no existió continuidad actualmente empezaron a resurgir viejos problemas.

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