Es un desafío, para muchas personas, lograr que el pollo a la parrilla quede jugoso. El secreto está en entender muy bien los tiempos, para que no quede crudo ni seco. Una técnica ideal para esto es abrirlo en "rana", este paso permite que se cocine de manera más uniforme en la parrilla.
Cuando las brasas están bien encendidas y la parrilla caliente, se debe colocar el pollo con la carcasa para abajo. Es decir, con la piel para arriba. Esta primera etapa de cocción debe durar 45 minutos y tenemos que untar la parte de arriba con una mezcla de ajo, limón y aceite para darle sabor.
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Cuando ya pasó este tiempo, siempre controlando que el pollo esté recibiendo el calor adecuado, lo damos vuelta y untamos la otra parte con la mezcla. Lo dejamos 20 minutos más y pinchamos las pechugas: si no sale líquido rosado estamos bien.
Si querés que el pollo a la parrilla salga siempre jugoso, tomá en cuenta estos consejos:
Abrí el pollo en "rana" para lograr una cocción pareja.
Cocinalo primero con la carcasa hacia abajo durante 45 minutos.
Después, dalo vuelta y cocinalo otros 20 minutos.
Usá un termómetro de cocina para asegurarte de que el interior llegue a 74°C.
Dejá reposar el pollo unos minutos antes de cortarlo para que conserve sus jugos.
Siguiendo estos pasos, tu pollo a la parrilla saldrá siempre perfecto: bien cocido, jugoso y lleno de sabor.
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