El Credo católico, conocido también como el Credo de los Apóstoles, constituye la esencia de la doctrina que los fieles católicos abrazan y declaran. Esta oración fundamental inicia con la palabra 'Credo', que en latín significa 'creo', marcando el comienzo de esta declaración de convicciones.
Existen dos versiones principales del Credo: el Niceno Constantinopolitano, conocido por su extensión, y el Credo de los Apóstoles, de forma más concisa.
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Oración del Niceno Constantinopolitano (Credo largo)
Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Oración del Credo de los Apóstoles (Credo corto)
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Por qué se reza el Credo católico
Recitar el Credo va más allá de una simple práctica; es un acto de comunión espiritual con la Trinidad Divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Asimismo, representa la unión con la Iglesia universal, que custodia y transmite la fe desde sus inicios.
Las versiones del Credo Niceno Constantinopolitano y del Credo de los Apóstoles, que se presentan en este artículo, están basadas en el Catecismo de la Iglesia Católica, ofreciendo a los creyentes las palabras para expresar su fe durante la oración.
Cómo se reza el Credo católico
Al rezar el Credo, lo esencial es hacerlo con devoción y la firme convicción de que cada palabra pronunciada es acogida en el reino celestial. La fe puesta en cada frase del Credo refleja la profundidad de la creencia personal y la conexión con la doctrina católica.
Conozca y proclame su fe con estas oraciones, que son un pilar en la vida de oración de todo católico y un testimonio de su creencia.
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