La salsa blanca o bechamel es un verdadero comodín de la cocina, son muy pocas las comidas a las que no les queda bien. Sirve para salsear pescados, carnes blancas o también se usa como complemento en el relleno de tartas, o para gratinar junto a un rico queso. Además, lleva muy pocos ingredientes.
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Ingredientes
½ taza de manteca pomada (ablandada a temperatura ambiente)
1 taza de leche entera
½ taza de harina de trigo
Sal, nuez moscada y pimienta
Preparación
Colocar una ollita o. sartén o jarrito a fuego medio, agregar la manteca y la harina.
Mezclar haciendo una pasta y cocinar sin que se tueste
Bajar a fuego mínimo y agregar leche de a chorritos, lentamente, mientras se revuelve.
Revolver con mixer si se hacen grumos
Agregar sal, nuez moscada y pimienta.
Según informó Mdz, inmediatamente después, agregar la harina y mezclar hasta que quede una pasta homogénea y pálida.
Retirar del fuego cuando hayas obtenido la consistencia deseada.
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Consejos
Si quedaron grumos, no dudes en meterle la mixer (minipimer). Recordá que cuando se enfría queda más espesa, por lo cual cuando estés cocinándola debés cuidar que quede más fluida. Para croquetas, es mejor más espesa, y dejarla enfriar para mezclar con los otros ingredientes, así las bolitas quedan armadas y sólidas.
Con queso rallado y yema de huevo, se hace la salsa Mornay, ideal para pastas.
Con jitomate, se convierte en una salsa Aurora.
Con fondo de pescado, se convierte en una “salsa de mar”.
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