En la provincia rusa de Kursk, las cámaras de seguridad detectaron a un cliente muy peculiar cuando ingresaba a un supermercado. En realidad eran dos, ya que el hombre montaba a caballo cuando se metió en el local.
En evidente estado de ebriedad, el cosaco contó luego que entró al comercio porque el animal "quería pan". Al menos, no pidió vino. Asustados, los dueños del supermercado dieron aviso a la policía, quien trasladó al hombre unos instantes a la comisaría tras la fallida compra.
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