Con el Legh II, un velero de menos de 10 metros de eslora, sorteó exitosamente uno de los más grandes –y harto riesgosos– retos para la navegación de todos los tiempos: entre 1942 y 1943 y, con la Segunda Guerra Mundial en pleno desarrollo, dio la vuelta al mundo por "la ruta imposible de los 40 bramadores", llamada así por los fortísimos y constantes vientos que soplan sobre el paralelo 40º de latitud sur.