Entre el 22 de mayo y el 12 de julio de 1984, cinco argentinos cruzaron el Atlántico en una rudimentaria balsa de troncos a vela, sin timón ni motor, y que era una réplica de las utilizadas hace 3500 años. Recorrieron 3200 millas náuticas (casi 5930 kilómetros) entre Santa Cruz de Tenerife, España, y La Guaira, Venezuela, y demostraron que los navegantes africanos, conducidos por corrientes marinas, pudieron haber llegado a América 35 siglos antes que Cristóbal Colón.