El miércoles 26 de enero de 1972, una bomba explotó en la bodega de un McDonnell Douglas DC-9 de la aerolínea yugoslava JAT –que operaba el vuelo 367 entre Estocolmo y Belgrado, con escalas en Copenhague y Zagreb– y que se estrelló en una región boscosa de Checoslovaquia tras caer desde 33.000 pies (10.032 metros). Murieron los 23 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación, excepto Vesna Vulovic, de 22 años y que, en 1985, ingresó al Libro Guinness de los Récords por sobrevivir a la caída libre más alta sin paracaídas.