La cuarentena obligatoria adoptada en muchos países del mundo como manera de alivianar los efectos del coronavirus detuvo la maquinaria económica a niveles insospechados. Sin industria ni transportes funcionando, la contaminación del aire en las zonas de mayor actividad cayó de forma rotunda. Así se constató a través de imágenes satelitales primero en China, luego en Europa y ahora también en algunos puntos de Argentina como la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba capital.
Estos datos se desprenden de un trabajo realizado en las últimas semanas por la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) que elaboró mapas con datos satelitales que muestran la disminución de la cantidad de dióxido de nitrógeno en el área metropolitana de Caba, el Gran Buenos Aires y Córdoba durante los días posteriores a la instauración del aislamiento obligatorio en todo el país.
“La cuarentena dispuesta por el gobierno nacional para evitar la propagación del coronavirus generó una disminución de los niveles de contaminación atmosférica en grandes centros urbanos de la Argentina, debido a la menor circulación de tránsito y de emisiones de la industria” señala un comunicado difundido por ese organismo estatal.
Mejor aire
El análisis de las imágenes satelitales muestra “una notable disminución” de dióxido de nitrógeno (NO₂) durante los primeros días posteriores al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, en comparación a las jornadas previas. Desde la Conae señalaron que el NO₂ “es un contaminante atmosférico que se produce cuando el monóxido de nitrógeno emitido por la quema de combustibles fósiles entra en contacto con el oxígeno del aire”.
Por esta razón se lo asocia al tránsito vehicular, aéreo y a algunas actividades industriales. Principalmente genera impactos en la salud de la población a nivel de sistema respiratorio y además afecta al calentamiento global.
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En el último tiempo tanto la Nasa (la agencia estadounidense) como la ESA (la agencia europea) también mostraron a través de información generada con imágenes satelitales cómo esta situación se dio en China y en otros países de Europa, donde también descendieron los niveles de dióxido de nitrógeno cuando la población comenzó a quedarse en sus viviendas y disminuyó el tráfico y la actividad económica.
Revisar los modos de producción y consumo para avanzar hacia formas sustentables de convivencia con el ambiente es la única forma de cambiar el origen del problema.
Pandemia y naturaleza
Una pregunta aparece en este punto: ¿es la pandemia que estremece a la humanidad una buena noticia para el planeta? La respuesta es negativa, por varias razones.
Primero: la foto de la descontaminación es temporal y parcial. Es lógico que se contamine menos si hay menos tráfico y menos actividad económica, pero eso no soluciona el problema, solo lo deja suspendido en el tiempo.
Revisar los modos de producción y consumo para avanzar hacia formas sustentables de convivencia con el ambiente es la única forma de cambiar el origen del problema.
Por otra parte, se corre el riesgo de que ante el pánico general al virus y la necesidad de reactivar los motores económicos la agenda ambiental (sobre todo el calentamiento global) quede relegado como un tema “menor” o no urgente.
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