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Jorgelina Hiba | Ambiente | Elecciones 2023 | Sergio Massa

Estado o mercado: la visión de Sergio Massa y de Javier Milei sobre el cuidado del ambiente

La pelea de noviembre estará marcada por el papel que cada uno le otorga a la intervención estatal o al libre albedrío de la economía. Durante la campaña, la cuestión del medioambiente no ocupó un lugar preponderante en las agendas de los candidatos.

Como en casi todos los ámbitos de discusión política, lo que piensa cada uno de los dos candidatos presidenciales respecto al cuidado del ambiente está marcado por el lugar que le otorgan a los dos grandes actores que regulan la cosa pública: el Estado o el mercado.

Mientras que para Sergio Massa, del peronismo, hay una necesidad de intervención estatal y de atender a esa agenda (así lo dijo, aun con muy poco énfasis, durante el tiempo que duró el primer tramo de la campaña); para el libertario Javier Milei ese tópico de discusión no existe: incluso lo niega, ya que dijo en reiteradas oportunidades que, por ejemplo, el calentamiento del planeta es un “cuento del marxismo cultural”.

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Sergio Massa no dice demasiado sobre la preservación del ambiente, mientras que Javier Milei directamente niega que se trate de un problema.

Sergio Massa no dice demasiado sobre la preservación del ambiente, mientras que Javier Milei directamente niega que se trate de un problema.

Sobre esa diferencia basal (pensar y decir algo, aunque sea muy edulcorado, sobre el tema, o meterlo en el cajón de lo que debe desaparecer de la esfera de intervención pública) se basa la mirada política de cada uno de los dos competidores por la Casa Rosada.

De todas formas, la sensación es que más allá de lo declamativo (que no es poco, para nada), la mirada de fondo sobre la relación con la naturaleza seguirá siendo de corte productivista/extractivista, con cero o muy poca voluntad para revisar la matriz de un modelo de desarrollo que, hasta ahora, no mostró mayores virtudes para el bienestar de la mayoría de la población y dejó severas heridas en los territorios desde lo socioambiental.

Lo urgente mata lo importante

La agenda ambiental casi no apareció en los largos meses preelectorales, ni antes de las Paso ni en el lapso que siguió y que terminó anoche, con la conformación final de la dupla que competirá en pocas semanas por dirigir los destinos de la Argentina.

Eso se notó, por ejemplo, a la hora de establecer el menú de temas para los dos debates televisivos, que obviaron el tema hasta que la propia ciudadanía presionó para que tuviera un espacio, aunque fuera mínimo.

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La problemática del medioambiente fue uno de los temas que debatieron los candidatos a la Presidencia, aunque no ocupó un lugar preponderante en las exposiciones.

La problemática del medioambiente fue uno de los temas que debatieron los candidatos a la Presidencia, aunque no ocupó un lugar preponderante en las exposiciones.

Fue así que durante el segundo debate apareció el eje “Vivienda, desarrollo humano y medioambiente”. Esa noche de domingo, Sergio Massa se tomó algunos minutos para hablar del tema y tras retomar el concepto de “casa común” del Papa Francisco, dijo que hay que cambiar el código penal para que empiecen a existir los delitos ambientales y puedan recibir penas de entre 3 y 5 años y mencionó el desafío de apostar a las energías renovables y desarrollar el hidrógeno verde.

Por su parte, Milei mencionó que el desarrollo humano está relacionado con la educación, la longevidad y los ingresos, y que eso a su vez está atado a la libertad económica. Cuando ya sobre el final, la candidata de la izquierda Myriam Bregman le dijo que negaba el cambio climático, el libertario aseguró que no lo niega, pero que "no existe responsabilidad humana”, a pesar de que la ciencia ya ha demostrado que el calentamiento del planeta se origina en la quema de combustibles fósiles, sobre todo.

En los papeles

¿Qué proponían Massa y Milei en cuestiones ambientales en sus respectivas plataformas políticas? En su plataforma de campaña, Massa propone “desarrollar una política ambiental de adaptación y mitigación al cambio climático; impulsar la transformación de la industria petroquímica y acompañar el desarrollo de la minería sostenible”, así como frenar la deforestación ilegal de bosques nativos y aumentar progresivamente el financiamiento previsto para la Ley de Bosques. También exigir a los países centrales cumplir con el compromiso de financiar en 100 mil millones de dólares a los países en desarrollo y el canje de deuda por naturaleza.

En la propuesta de Milei, quien se manifestó más de una vez como un negacionista del cambio climático (en declaraciones públicas dijo que considera que es “un invento cultural del socialismo”), aparecen algunas ideas generales sobre la agenda ambiental como la promoción de nuevas fuentes de energías renovables y limpias (solar, eólica, hidrógeno verde) y el fomento de centros de reciclaje de residuos y el cuidado del patrimonio marítimo.

Una agenda urgente

En medio del frenesí político y económico argentino, que devora cada día el tiempo, la energía y la capacidad de razonamiento de dirigentes y votantes, la crisis ecológica que atraviesa el planeta como consecuencia de la acción humana (sobre todo por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas) no solo no da tregua, sino que parece acelerarse.

Fue así que Antonio Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas, acuñó el concepto de “era de ebullición global” como superador del calentamiento global: “Para todo el planeta, es un desastre. Y para los científicos, es inequívoco: los humanos son responsables. Todo esto es totalmente consistente con las predicciones y las repetidas advertencias. La única sorpresa es la velocidad del cambio”, dijo el funcionario internacional durante el verano boreal.

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2023 será el año más caliente de la historia del planeta, desde que se tienen registros a escala global.

2023 será el año más caliente de la historia del planeta, desde que se tienen registros a escala global.

El año 2023 terminará como el más caliente a nivel global desde que hay registros: junio, julio, agosto y septiembre de este año han sido los más calurosos desde que hay mediciones, según datos difundidos por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el organismo de Naciones Unidas encargado de hacer el seguimiento científico del estado del clima global.

El pasado septiembre tuvo una temperatura superficial media global de 16,38 grados centígrados, con un valor de 0,5 grados por encima de la temperatura del septiembre más cálido anterior (que había sido en 2020) y alrededor de 1,75 grados más caliente para el mes de septiembre en comparación con el período de referencia preindustrial, que va de 1850 a 1900, superando con facilidad el umbral de +1,5 grados de aumento de temperatura global señalado por los científicos como el umbral al partir del cual lo que puede ocurrir con el clima se vuelve impredecible