La historia conmociona a Francia. Yves, de 85 años, habló con el diario L’Indépendant y contó entre lágrimas que el 2 de junio deberían abandonar su hogar por orden del tribunal de Montpellier. De lo contrario, la policía intervendrá para sacarlos por la fuerza. La mujer, de 87 años, está postrada en cama y depende totalmente de los cuidados de su esposo.
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La hija adoptiva los denunció para quedarse con la casa
La hija adoptiva del matrimonio, que vive en el norte del país, puso en venta la vivienda y aseguró que necesita el dinero por problemas económicos. Para concretar la operación, pidió la intervención de las autoridades para expulsar legalmente a sus propios padres.
El conflicto familiar llegó a la Justicia. Aunque en un principio un juez reconoció que la pareja tenía derecho a vivir allí y hasta podía exigir una compensación, finalmente el fallo fue en contra de los adultos mayores: el tribunal los consideró “ocupantes sin título” y ordenó el desalojo inmediato.
La hija adoptiva los denunció para quedarse con la casa.
La hija adoptiva los denunció para quedarse con la casa.
Por qué la casa estaba a nombre de la hija
Yves y su esposa fueron padres adoptivos de una niña a la que conocieron cuando tenía cuatro años. La adoptaron legalmente tras años de acoger a niños a través de los servicios sociales, donde ella trabajaba. Él, en tanto, había tenido una carrera en la industria cinematográfica.
En 1986, atravesaron una crisis financiera y decidieron poner la casa a nombre de su hija para evitar embargos. Años después, vendieron esa propiedad y compraron otra, que también quedó registrada a nombre de ella. Aunque el título era de su hija, el acuerdo familiar establecía que ellos vivirían allí y pagarían todos los gastos.
Pero la situación cambió con el tiempo: la salud de ambos se deterioró, llegaron nuevas deudas y la hija, al figurar como única dueña, decidió tomar el control total de la propiedad y demandó a sus propios padres para sacarlos de la vivienda.
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Un caso que conmueve a todo el país
La historia de Yves y su esposa generó indignación en Francia. Muchos usuarios en redes sociales expresaron su rechazo al accionar de la hija adoptiva, mientras que otros recordaron los peligros de realizar donaciones anticipadas o transferencias de bienes sin protección legal.
Mientras tanto, la pareja resiste. Yves aseguró que no tiene intenciones de dejar la casa, especialmente por el estado crítico de salud de su esposa. Sin embargo, el reloj corre y el desalojo es inminente.