Israel e Irán mantienen un enfrentamiento profundo, que excede lo estrictamente militar. Como contó Schapiro, Irán “no reconoce el derecho a existir del Estado de Israel desde la Revolución Islámica de 1979”, mientras que Israel identifica a Irán como una amenaza existencial, principalmente por su potencial desarrollo nuclear.
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¿Qué se disputa Israel con Irán?
El conflicto tiene múltiples capas: desde diferencias religiosas e ideológicas, hasta intereses territoriales y estratégicos. Por un lado, Irán mantiene un discurso teocrático que considera a Israel una presencia ilegítima en tierras islámicas. Por otro, apoya a grupos como Hamás, Hezbollah y la Yihad Islámica Palestina, organizaciones hostiles a Israel que operan en Gaza y Líbano.
Israel, en tanto, denuncia que Irán financia y arma a estas milicias, y por eso busca neutralizar su influencia regional. Los atentados de octubre del 2023, que marcaron un punto de inflexión en el conflicto, generaron una respuesta contundente por parte del gobierno israelí, que desde entonces avanzó militarmente sobre Gaza y el sur del Líbano.
El papel de Estados Unidos en el conflicto
La participación de Estados Unidos representa un giro clave. Para Schapiro, su aparición “implica un salto en los alcances del conflicto y complica la posibilidad de una resolución negociada”. Inicialmente, Washington se mostraba reticente a intervenir de forma directa, pero esa postura cambió con el paso de los días.
Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares iraníes, como Fordow e Isfahan, con el objetivo de limitar el desarrollo atómico de Irán, una capacidad que el armamento israelí no podía alcanzar por sí solo. Este ataque, según el especialista, evidenció que la decisión de intervenir ya estaba tomada días antes, pese a los discursos diplomáticos que apuntaban a una solución por vía pacífica.
El deterioro del orden internacional
El conflicto también deja al descubierto la pérdida de peso del derecho internacional y de organismos como las Naciones Unidas. “Hoy el orden está basado en la fuerza”, resume Schapiro. En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU aparece como una institución impotente frente al veto de sus miembros permanentes, como Estados Unidos o Rusia.
Schapiro alerta que esta lógica empuja a países como Irán a buscar armas nucleares como forma de garantizar su subsistencia, del mismo modo en que lo hizo Corea del Norte.