Julián Encina y Exequiel Tejada, jugadores de la Reserva, fueron acusados de abuso sexual por acceso carnal en octubre de 2023. A partir de su presencia en un encuentro, la Justicia pudo determinar que habían incumplido con una medida que les habían impuesto.
Según se pudo saber en los últimos días, que fue uno de los motivos por el cual la justicia los detuvo, ambos futbolistas continuaban jugando en las inferiores de Godoy Cruz y nunca fueron separados del plantel.
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Tejada y Antequera están presos.
Quedaron presos los jugadores de fútbol de Godoy Cruz
“Les otorgaron el mantenimiento de la libertad de oficio. Desde la denuncia vivieron el proceso en libertad, pero con una serie de prohibiciones como, por ejemplo, la salida del país o de la provincia sin autorización. La más compleja era mantener el domicilio, que ellos lo fijaron en San Rafael, al sur de la ciudad de Mendoza”, contó a TN el abogado de la denunciante, Pablo Livio Cazabán.
En ese sentido el letrado reveló: “Empezaron a jugar el torneo de fútbol en febrero, porque pidieron permiso y, a partir de eso, nosotros advertimos que estaban entrenando en la ciudad de Mendoza, a más de 200 kilómetros de San Rafael: o vivían en otro lado o todos los días hacían 500 kilómetros para ir a practicar”.
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Los jugadores de Godoy Cruz de Mendoza denunciados por abuso sexual fueron titulares ante Lanús de Buenos Aires por la segunda fecha de la Copa Proyección.
Abuso denunciado a la salida de un boliche
Según los detalles judiciales, el abuso denunciado ocurrió la madrugada del pasado 20 de octubre, alrededor de las 6, después de que la joven y los dos sospechosos salieron de la discoteca Wish de Ciudad y se dirigieron al departamento de los jugadores, ubicado en la calle 9 de Julio de Ciudad.
La joven les había mencionado que necesitaba cambiarse de ropa porque tenían que ir a trabajar a esa zona. Sin embargo, los dos deportistas oriundos de San Rafael, tenían otros planes en mente.
Uno de ellos se acercó a ella y le pidió que se sentara cerca de él. Luego comenzó a besarla y a tocarla en varias partes del cuerpo. A pesar de las negativas de la joven, que les dijo “No chicos, no estoy para esto”, según la denuncia, continuaron con sus avances.
Con el paso del tiempo y a pesar de su resistencia, la denunciante afirmó que cerraron las cortinas del lugar y comenzaron a quitarle la ropa interior y a desabrocharle los pantalones “por la fuerza”.
La joven denunció que fue objeto de acceso carnal y que en todo momento les dejó claro que no quería tener relaciones con ninguno de los dos. A pesar de esto, según su testimonio, continuaron agrediéndola y la obligaron a realizar acciones en contra de su voluntad.
Tras analizar las pruebas iniciales, el fiscal Nora calificó el hecho como abuso sexual agravado debido a la participación de dos personas.