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Infancias, videojuegos y la intolerancia a la frustración

Videojuegos, nuevas comunicaciones y la transición de las infancias por etapas difíciles que implican un desarrollo en la tolerancia a la frustración.

Lidiar con la frustración es un aspecto a desarrollar en la infancia y adolescencia. Con el correr de los años el aprendizaje de esa capacidad personal se ha hecho más difícil, ya sea porque las metas son cada vez más difíciles de alcanzar, o porque las aspiraciones en la vida de las personas han cambiado respecto a la de generaciones anteriores.

Mezclado con las comunicaciones presentes, sobre todo redes sociales en las que se comparte el lado “dorado” del día a día de las personas, ha implicado situaciones de ansiedad y estrés inclusive en los adultos.

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La idea de la imposibilidad

En el caso de los videojuegos, estos implementan formas actuales de comunicación directa, sobre todo debido a la tendencia actual de llevar todos los géneros al estilo multiplayer. Las conversaciones entre jugadores se generan en tiempo real, por chat o por voz, e implican una parte fundamental en la experiencia de juego ya que gracias a ello se pueden intercambiar estrategias de equipo, información del juego y comercio de items, entre otras cosas.

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Las nuevas comunicaciones en los videojuegos pueden cooperar con la sensación de

Las nuevas comunicaciones en los videojuegos pueden cooperar con la sensación de "inutilidad".

Pero como se sabe, en la comunidad gamer se lidia con el virus de la toxicidad. Lamentablemente, siempre se encuentran personas con muy poca tolerancia, que hacen comentarios denigrantes hacia otros jugadores, insultan y arruinan el momento de juego de aquellos que quieren poner a prueba sus capacidades. Esto es algo que afecta a muchos, no importa la edad.

Si hablamos directamente de menores, esto puede causar niveles altos de bloqueo, depresión e ira explosiva. Lo que implica que no sepa apartar el momento de juego de las exigencias de su día a día, o que muchas veces lo priorice para intentar demostrarse que sí puede llegar a resultados positivos.

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“Te doy y te quito”

Quizás sea por la etapa que transitan. Implica un momento en la vida donde se aprende, poco a poco y con experiencias, que todo requiere un esfuerzo, tiempo y dedicación. Sólo de esta forma se puede conseguir que las personas aprendan a confiar en sus capacidades y aspiren a cumplir grandes metas a futuro.

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Las recompensas inmediatas de la Nueva Era, implica un aumento de la frustración en los más chicos.

Las recompensas inmediatas de la Nueva Era, implica un aumento de la frustración en los más chicos.

Pero algo innegable, es lo que genera la recompensa inmediata en la actualidad, tanto por parte de aplicaciones, para obtención de objetos, de reconocimiento o aprobación, así como los "premios" por pasar horas delante de una pantalla. En este sentido, no hay que olvidar que los pibes de ahora nacieron con “un celular en la mano” y esto puede implicar una barrera en el aprendizaje de la tolerancia a la frustración de lo que no se puede tener o lograr en el ahora.

Midiendo capacidades

Con los videojuegos pasa un poco lo mismo. Los sistemas de rankings, el ELO, las divisiones, las estadísticas personales, la obtención de objetos exclusivos y recompensas, son muchos los elementos que hacen que un juego se vuelva competitivo, inclusive entre los jugadores. Muchas veces esto genera que exista una “pica” por demostrar quién es el mejor, y es lógico. El problema está cuando no se sabe quitar el factor personal, cuando comienza un ir y venir de insultos que desencadena en un niño que logra niveles altos de ira y cree que es el peor, y nunca va a conseguir nada.

Esto es natural, no es culpa del videojuego, ni del jugador que inicia la “burla” cual pibe en la canchita de la esquina después de un gol. Es algo que con el tiempo se aprende a controlar, pero siempre con la ayuda de herramientas y acompañamiento parental. En estos tiempos tecnológicos, todo se complejiza aún más. La información es mucha, la exposición, el anonimato, las exigencias sociales, todo se encuentra potenciado. Lo que genera niños sumergidos en una profunda tristeza… Hasta incluso por un videojuego.

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El acompañamiento parental es fundamental.

El acompañamiento parental es fundamental.

El acompañamiento como clave

Lo que puede ayudar a canalizar y comprender la situación, es lo que se llama en psicología “expansión”. Implica esperar que el niño o niña termine con su rabieta o llanto, para luego explicarle la situación. Es importante en este sentido que no se dramatice la situación, que se trate de evitar la anulación y la negación de lo que se siente.

También puede servir el practicar otras actividades que sirvan como comparativa al menor, es decir que se puede ejemplificar y de esta forma demostrar que si puede con “esa” otra actividad, también va a poder con aquello que lo frustra.