Entre los fanáticos de la jardinería, un truco casero con arroz crudo se volvió furor en redes y grupos de consejos verdes. Aunque suene raro, enterrar un puñado de arroz cerca del tallo promete resultados sorprendentes: desde plantas más fuertes hasta menos problemas de sequía.
El secreto está en los nutrientes que esconde el arroz. Cuando lo enterrás y lo regás, los granos se descomponen y liberan minerales como nitrógeno y fósforo, dos elementos clave para que las raíces y las hojas crezcan con más fuerza.
Así, el arroz funciona como un fertilizante natural y económico, ideal para quienes buscan evitar productos químicos o gastar de más en abonos industriales.
Pero eso no es todo. El arroz también ayuda a retener la humedad en la tierra. Los granos absorben parte del agua del riego y la van soltando de a poco, evitando que el sustrato se seque de golpe. Es una solución perfecta para los que suelen olvidarse de regar o para plantas que sufren con el calor.
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Poner un puñado de arroz crudo cerca del tallo.
Microorganismos que mejoran el suelo
Con el paso de los días, el arroz empieza a descomponerse y favorece la aparición de microorganismos beneficiosos. Estos bichitos invisibles mejoran la estructura de la tierra y hacen que la planta aproveche mejor los nutrientes.
Cómo usar el arroz crudo en tus plantas
El truco es simple: enterrá un pequeño puñado de arroz crudo a unos dos o tres centímetros de profundidad, cerca del tallo pero sin tocar las raíces. Después, regá como siempre. Podés repetirlo cada tres o cuatro semanas para mantener el efecto.
Este método es ideal para plantas de interior, aromáticas y de hojas verdes como la albahaca, la menta o el potus. En cambio, no se recomienda para cactus o suculentas, porque prefieren suelos secos y podrían retener demasiada humedad.