El potus es una planta clásica indiscutida del hogar. Su capacidad para adaptarse a la luz baja, crecer sin esfuerzo y purificar el aire lo convirtió en una de las opciones más versátiles para departamentos y oficinas. Además, su mantenimiento es tan simple que suele recomendarse como primera planta para quienes comienzan en el mundo verde.
Estudios botánicos demostraron que el potus ayuda a reducir partículas contaminantes presentes en interiores, especialmente en espacios poco ventilados. Sus hojas actúan como filtros naturales, reteniendo impurezas mientras liberan oxígeno.
La planta perfecta para olvidadizos
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El potus es una popular planta de interior elegida por su frondosidad y porque es fácil de mantener.
No exige riego frecuente, no necesita sol directo y tolera cambios de temperatura. Incluso si pasa varios días sin agua, suele recuperarse con rapidez. Por eso es ideal para quienes quieren una planta linda sin tener que estar pendientes todo el tiempo.
Un sustrato aireado, riegos moderados y un refuerzo mensual de abonos naturales —como té de banana o borra de café seca— ayudan a que produzca hojas grandes y tallos más largos. Si se coloca en alto, sus guías pueden bajar varios metros.