Con la llegada de diciembre, el jardín se convierte en el escenario perfecto para sumar nuevas especies que prometen un verano lleno de color. Entre todas las opciones, hay una que se lleva todos los aplausos: la zinnia.
Esta planta, originaria de América, es famosa por sus flores grandes, vibrantes y su capacidad de adaptarse a casi cualquier rincón, desde canteros hasta macetas en balcones.
La zinnia no solo es una de las favoritas de los jardineros por su explosión de color, sino también por su facilidad de cultivo y su resistencia a las altas temperaturas. Sembrarla en diciembre tiene ventajas clave:
Germina rápido con el calor: Los días largos y las noches templadas de diciembre aceleran la germinación. En pocos días, las semillas ya muestran sus primeros brotes.
Florece durante todo el verano: Una vez que se establece, la zinnia no para de dar flores hasta fines de marzo o principios de abril. Es la opción ideal para quienes buscan un jardín colorido sin interrupciones.
Tolera el sol fuerte: Cuanto más sol recibe, más grande y colorida es su floración. No le teme al calor ni a los rayos intensos del verano.
Crece en suelos comunes: No exige demasiado. Solo necesita un suelo con buen drenaje y puede prosperar incluso en tierras pobres.
Zinnia
La zinnia llena de color cualquier rincón.
Paso a paso: cómo sembrar zinnias en diciembre
Elegí el lugar perfecto: Buscá un sitio con sol pleno, al menos 6 horas por día. Si no tenés jardín, una maceta grande en el balcón o la terraza también sirve.
Prepará el sustrato: Lo ideal es una mezcla liviana y aireada. Podés usar tierra de jardín, compost y un poco de perlita para mejorar el drenaje.
Sembrá las semillas: Hacé pequeños hoyos de 1 cm de profundidad, colocá 1 o 2 semillas por punto y tapá apenas con tierra. Regá con suavidad.
Mantené la humedad al principio: Regá de forma ligera y frecuente hasta que veas los brotes. Después, reducí el riego: la zinnia prefiere el suelo apenas seco entre riegos.
Dejá espacio entre plantas: Si sembraste varias juntas, quedate solo con la más fuerte. Necesitan entre 20 y 30 cm de distancia para desarrollar flores grandes y sanas.
Riego moderado: Evitá el exceso de agua. La zinnia prefiere un poco de sequedad antes que el encharcamiento.
Sol directo: Cuanto más sol, mejor. Es la clave para que exploten en color.
Poda de flores marchitas: Cortá las flores secas para estimular nuevas floraciones y prolongar la vida de la planta.
Fertilización opcional: Si querés potenciar el color y el tamaño, podés sumar fertilizante para flores cada 20 o 30 días durante el verano.
La zinnia es la aliada perfecta para quienes buscan un jardín alegre, fácil de mantener y lleno de vida durante toda la temporada. Sembrala en diciembre y disfrutá de un verano a puro color.