El error más común al lavar los repasadores y por qué acumulan bacterias
Presentes en casi todas las cocinas, los repasadores pueden acumular gran cantidad de bacterias. Un error común al lavarlos favorece su proliferación y aumenta el riesgo de contaminación.
Los repasadores húmedos y mal lavados pueden concentrar millones de bacterias.
Los repasadores están entre los objetos más usados de la cocina, pero también entre los más contaminados. Un hábito muy frecuente al lavarlos favorece la proliferación de bacterias y puede convertirse en un riesgo para la salud dentro del hogar.
Por qué los repasadores se contaminan tan rápido
Los repasadores entran en contacto con restos de comida, humedad y superficies sucias. Este combo crea el ambiente ideal para el crecimiento de bacterias como E. coli y Salmonella.
Cuando quedan húmedos por mucho tiempo, la proliferación microbiana se acelera. Además, muchas personas usan el mismo repasador para múltiples tareas: secar platos, limpiar mesadas y secarse las manos, lo que facilita la contaminación cruzada.
repasadores
La humedad constante convierte al repasador en un foco de contaminación invisible.
El error más común al lavarlos
El error principal es lavarlos con agua fría o tibia y sin desinfección, creyendo que eso es suficiente. En realidad, ese método no elimina bacterias ni hongos.
Otro error frecuente es:
Dejarlos varios días sin lavar
Secarlos dentro de la cocina sin ventilación
Usar suavizante, que reduce la capacidad de secado
También conviene cambiarlos a diario o cada dos días.
Cuándo conviene descartarlos
Si tienen olor persistente, manchas negras o textura rígida, es mejor reemplazarlos. Ningún lavado elimina completamente el moho instalado.
Un repasador limpio no es solo una cuestión de orden, sino de salud. Cambiar la forma de lavarlos reduce riesgos y mejora la higiene general de la cocina.