Las lluvias que comenzaron el domingo son un alivio para el campo, que enfrenta pérdidas de entre un 25% y un 30% -en el centro y el oeste de Santa Fe- en la producción de los principales granos: maíz y soja. El ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna, anunció este lunes que el gobierno provincial firmó el decreto que declara la emergencia económica para el sector agropecuario. Ahora resta la homologación de Nación.
El ingeniero agrónomo Carlos Grosso estimó que en la región centro-oeste de Santa Fe las pérdidas en el agro rondan el 30%, y que el panorama es similar en las demás provincias. "Hay cultivos con pérdidas del 100% y es importante aclarar que las lluvias no estuvieron bien distribuidas", expresó el asesor agronómico.
"Como productor, a uno le genera mucha incertidumbre la situación", reconoció Grosso en una entrevista en Creo, el programa que conduce José Curiotto. Por ejemplo, el maíz temprano sembrado en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires está en una situación muy delicada: en la franja este del país se confirman pérdidas de rindes que van del 20% al 40%. "Los cultivos van perdiendo potencial día a día", dijo el ingeniero, aunque las precipitaciones que se esperan durante los próximos días podrían recuperar en parte estas graves pérdidas.
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Lo cierto es que las condiciones extremas de sequía afectan a todos los cultivos en mayor o menor medida, dependiendo sobre todo de la calidad del suelo donde se siembre, explicó Grosso. Respecto al maíz, estimó que "hay una pérdida sobre el potencial del cultivo del 30% a nivel regional" y que "ya no tiene más chance de recuperarse, porque ya está en madurez fisiológica, es decir que ese maíz ya cumplió su ciclo".
La Bolsa de Cereales de Buenos Aiares informó la semana pasada que el clima permitió finalizar la cosecha de cebada y trigo, en este último caso con un nuevo récord de 21,8 millones de toneladas, aunque la falta de humedad también ralentizó la siembra de maíz.
En tanto, todavía hay oportunidad para la soja. Teniendo en cuenta las precipitaciones anunciadas para los días venideros, el porcentaje de pérdida podría ser menor respecto a otras leguminosas y los cereales. Las pérdidas en el campo significan un costo enorme para el Estado, que deja de recaudar alrededor de 9.300 dólares por cada camión que no se llega a cargar con soja (30 toneladas) por el impacto de la sequía.
Es importante recordar que el Estado se queda con el 62% de lo que genera cada tonelada de soja, a partir de los impuestos, las retenciones y el diferencial cambiario.
Volvé a escuchar la entrevista al ingeniero agrónomo Carlos Grosso en AIRE
Emergencia agropecuaria en Santa Fe
Ante este escenario, el lunes se reunió la Comisión de Emergencia Agropecuaria de la que participaron el ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna, los presidentes de todas las entidades del campo, representantes de la Legislatura y de organismos como el Inta y el Senasa.
Costamagna definió al encuentro como "una buena reunión de trabajo" en la que, en base al diagnóstico realizado por especialistas del Inta, se debatieron distintas propuestas "sobre la forma de abordar una situación muy compleja que está viviendo la provincia en materia agropecuaria, como consecuencia de la sequía prolongada y las altas temperaturas".
La mesa se declaró en sesión permanente y convocaron a una comisión nacional de emergencia que se va a reunir el viernes.
Costamagna indicó en diálogo con AIRE que ya estiman pérdidas por un valor de 33 mil millones de pesos y que desde el ministerio que dirige ven con especial preocupación la situación del maíz, que no sólo tiene como destino la exportación sino también es la materia prima de muchas actividades, como el alimento que se utiliza en la ganadería. La zona más afectada es el centro norte santafesino, donde la falta de agua no sólo perjudica a los cultivos, sino también a la actividad ganadera y lechera.
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