“Más cerca del 5 que del 10”, así cerraron la mayoría de las consultoras privadas, las proyecciones de inflación de mayo que, por quinto mes consecutivo, mostraría una desaceleración, consolidando una tendencia a la baja, luego de perforar el piso de dos dígitos mensual en abril y acumular en el primer cuatrimestre del 2024 un salto del 65%. Para conocer el dato oficial, habrá que esperar hasta el jueves 13 de junio.
El descenso de la inflación durante el mes pasado no significa que los precios bajen, sino que siguen subiendo en la misma dirección, pero lo hacen a un ritmo menor, -hecha esta aclaración-, si ampliamos el eje temporal del análisis, el alza de precios en los últimos 12 meses se mantiene en niveles récord de 289,4%,el mayor en más de 3 décadas, de acuerdo al último dato del INDEC.
En la medición interanual, los precios en promedio subieron 289,4% y se ubica en el nivel más alto desde la "hiper de 1990".
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ABC: la inflación cae, pero los precios no bajan
Para entender este fenómeno, es importante repasar algunas definiciones:
Conceptualizando rápidamente, qué es la inflación. De manera simple, es el aumento general de todos los precios de bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo.
La Argentina convive hace muchos años con niveles muy altos de inflación. Significa que, con el paso del tiempo, en términos nominales, todo cuesta más que antes y se necesita cada vez más dinero para acceder a los mismos productos.
Esto nos da una pista más clara para entender por qué, cuando la inflación baja o se desacelera, no significa que los precios están bajando.
Como la inflación se mide con la tasa de variación mensual de un índice (el IPC), si esta pasa del 10% al 5%, lo que sucede es que el ritmo mensual de aumentos se hace más lento.
Pongamos un ejemplo: durante año pasado, la Argentina acumuló una inflación récord de 211,4% anual - la más alta del mundo-, así, algo que enero de 2023 costaba $10.000, pasó a $31.140 en diciembre.
Si en el 2024 de punta a punta, la inflación baja a 161% -según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que mide el Banco Central-, a fin de año ese mismo producto saldría $50.135. Los precios siguen subiendo, pero a un ritmo más lento.
Para verlo de otra manera, si viajas por una autopista a 110 km/h hacia el sur y a mitad de camino reducís la velocidad a 100 km/h, sigues avanzando, solo que un poco más despacio. Lo mismo pasa con los precios en la Argentina, siguen subiendo, pero a una velocidad menor.
¿Qué es la deflación?
Ahora, ¿qué pasa cuando todos los precios comienzan a bajar? Si ese escenario se sostiene en el tiempo, la economía entra en deflación.
Por definición sería el proceso contrario a la inflación. Los precios de los bienes y servicios disminuyen. Por ejemplo, si un producto costaba $100.000 y hay una deflación anual del 3%, al final del año costará $97.000.
La deflación, que a priori en la coyuntura argentina podría sonar como algo positivo, tiene efectos iguales o más nocivos que la inflación para una economía.
Precios relativos: altos y bajos
Repasemos un par de conceptos más: ¿qué son precios relativos y qué pasa cuándo hay nivel nivel de precios altos?
El primero surge de comparar el precio de un bien en relación con el de otro y el segundo, significa que, incluso en contextos de estabilidad, -sin inflación ni deflación-, algunos productos pueden ser muy caros comparativamente contra otros. Esto significa que, en comparación con otros bienes, su precio es elevado.
Un nivel de precios altos puede generarse por la alta demanda, debido a los costos de producción o a la percepción de valor que tienen los consumidores.
Por ejemplo, en un contexto de estabilidad de precios, un celular de última generación puede ser muy caro comparado contra los salarios promedio o contra otros productos tecnológicos. Lo mismo puede pasar con los alquileres de propiedades, automóviles o las tarifas de la energía.
Así, tener un "nivel de precios altos" significa que algunos productos siguen siendo caros en comparación con otros, incluso cuando no haya inflación ni deflación.
Inflación: un fenómeno monetario
La inflación es un fenómeno que afecta a la moneda que utilizamos como medio de cambio y no a los bienes y servicios. Lo que realmente pierde valor es el dinero cómo bien de intercambio.
Cuando hay inflación, el poder adquisitivo del dinero disminuye, es decir, con la misma cantidad de billetes compras menos cosas que antes.
Los bienes y servicios no cambian por sí mismos; lo que cambia es cuánto dinero necesitas para comprarlos.
Por eso, la inflación se considera un problema monetario: afecta a la cantidad de dinero necesaria para comprar productos en la economía.
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