Los cinco primos crecieron viendo a sus padres fundar Hawk Helmets, líder en el mercado de repuestos y cascos de moto. Ese espíritu emprendedor los impulsó a animarse. Crecer junto a este “legado” les dio la versatilidad y la experiencia necesaria para amoldarse a los cambios en la economía argentina, donde en pocos años cambian los incentivos para fabricar e importar.
“Al venir de una familia emprendedora, las barreras en el ámbito de los negocios tienden a verse con menos peso”, señala Valentina Ribatto Crespo, una de las socias y primas de AltoRancho, a cargo del área de Recursos Humanos. “Surge así la convicción de que los proyectos son alcanzables: si se quiere desarrollar algo, buscamos la manera de concretarlo. Los obstáculos se viven como parte del proyecto y no como límites definitivos”, agregó.
ALTO RANCHO1
Los cinco primos crecieron viendo a sus padres fundar Hawk Helmets, líder en el mercado de repuestos y cascos de moto.
En apenas seis años, AltoRancho pasó de ser una pyme familiar a emplear a 120 personas, y lleva más de 200.000 productos vendidos con una fábrica propia en Béccar y tres locales estratégicos en Nordelta, San Isidro y Belgrano.
En un contexto en el que el empleo privado registrado se mantiene estancado, solo en el último año incorporaron un 30% más de personal. El diferencial está en su modelo productivo: mientras gran parte del sector obliga a los clientes a esperar entre 45 y 90 días por un mueble de calidad, AltoRancho garantiza stock disponible y entrega inmediata, sin resignar diseño ni materiales.
“AltoRancho encontró un punto de equilibrio al ofrecer un producto de diseño a un precio competitivo en relación con la calidad, con entrega inmediata gracias a contar con stock disponible”, afirmó Joaquín Ribatto Crespo, socio y gerente de producción en AltoRancho. Además, reveló que “esto fue posible porque se logró escalar el negocio y establecer una fábrica que permitiera estandarizar ciertos procesos, aumentar el volumen de producción y, al mismo tiempo, conservar un diseño cuidado y la sensación de una pieza singular, distinta a un mueble genérico de melamina”.
En cuanto a números, AltoRancho lleva importados más de 80.000 productos en este 2025. Lucila Ribatto Crespo, socia de AltoRancho y gerenta de importación y desarrollo de productos, explicó que “las ventajas de importar y fabricar nos permiten ofrecer una amplia variedad de productos, con precios competitivos y grandes volúmenes en los importados, además de la flexibilidad de presentar siempre novedades y mantenernos a la vanguardia con los productos de fabricación propia”.
“Creemos que trabajar en familia siempre es un factor favorable. Por supuesto que depende de cada familia, pero en nuestro caso siempre tuvimos buena relación entre todos y muy lejos del conflicto. Aporta, sobre todo, en la confianza ciega de conocerse de toda la vida y en valores similares inculcados”, indicó Pedro Ribatto Crespo, uno de los socios, jefe de logística y venta mayorista de la compañía.