En estaciones y líneas de colectivos del AMBA y varias ciudades del interior, como Córdoba, Mendoza y Neuquén, ya se puede apoyar una tarjeta bancaria Visa o Mastercard directamente en el lector y pagar sin necesidad de recargar saldo. También funcionan celulares y relojes inteligentes con NFC a través de billeteras como Google Pay, Apple Pay o MODO.
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Sin embargo, aunque los multipagos avanzan y ganan terreno, la SUBE no va a desaparecer. Al menos, no por ahora. Su continuidad está garantizada por un motivo clave: los descuentos y subsidios sociales siguen siendo exclusivos de la tarjeta SUBE registrada.
¿Por qué la SUBE sigue siendo indispensable?
Hoy la SUBE mantiene dos beneficios que no aplican las tarjetas bancarias:
- Tarifa Social Federal: descuento para jubilados y pensionados, excombatientes de Malvinas, beneficiarios de AUH, Progresar y otros programas sociales. Solo funciona con SUBE registrada.
- Red SUBE: permite pagar menos en combinación de viajes dentro de un plazo de 2 horas. Con la segunda conexión se paga el 50% y con la tercera, el 75%.
Hasta que estos beneficios no puedan asociarse a cuentas bancarias personalizadas, el Estado mantendrá la SUBE como eje del sistema de transporte. Además, sigue siendo la herramienta para administrar la política de subsidios al boleto.
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Lo que está en marcha no es la eliminación de la SUBE, sino una convivencia entre formas de pago. Los usuarios que no usan tarifa social podrán pagar con tarjeta bancaria sin necesidad de cargar saldo, mientras que quienes dependen de descuentos y beneficios deberán seguir usando SUBE.
En paralelo, el Gobierno avanza con dos cambios:
- SUBE digital para llevar en el celular.
- Expansión del sistema de pagos abiertos en todo el país.
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El futuro del transporte en Argentina ya empezó: será más digital y con más opciones, pero la SUBE seguirá siendo clave para millones de usuarios que necesitan tarifas accesibles.