La narrativa visual de "El Gran Pez": una pincelada del arte de Tim Burton en el cine.
Tim Burton dirigiendo "El Gran Pez": magia detrás de las cámaras.
"El gran pez" es una película icónica de Tim Burton que fue estrenada en el año 2003, pero desde el momento de su estreno, se transformó en un clásico de forma automática dentro de la filmografía del director. Si bien el director fue el responsable de éxitos como "El niño manos de tijeras", "El cadáver de la novia" y hasta hizo una versión de Batman, esta en particular tiene un lugar muy especial.
LEER MÁS ► La nostalgia y el amor familiar en el clásico "¡Qué verde era mi valle!" de John Ford
"Hay algunos peces que no pueden atraparse, no es que sean más rápidos, sino que tienen algo extra" son las primeras palabras que atrapan al espectador en un río de emociones y expectativas. El filme, más que narrar la simple relación entre un padre y un hijo, aborda la universalidad de las relaciones humanas. Podría tratarse de la dinámica entre un abuelo y su nieto, dos hermanos o cualquier ser querido que represente ese "Gran pez".
La trama central se enfoca en la complicada relación entre un hombre en sus últimos días y su hijo, quien lucha por comprender y reconciliarse con las historias contadas por su padre. Historias que, en muchos casos, se alejaban de la realidad pura, oscilando entre la fantasía, la exuberancia y apenas un destello de los acontecimientos reales. Esta particularidad llevó al hijo a albergar resentimientos durante años, sintiendo que nunca pudo conocer la verdadera esencia de su progenitor.
LEER MÁS ► La langosta: la frivolidad del amor en una sátira no tan lejana
La historia de Edward Bloom transporta al espectador a un universo en el cual la realidad y la fantasía coexisten. Las interpretaciones de Albert Finney y Ewan McGregor materializan, con autenticidad, las distintas facetas de Bloom a lo largo de su vida. Bajo la batuta de Burton, se sumerge a la audiencia en un mundo que oscila entre lo cotidiano y lo mágico. Uno de los núcleos emocionales radica en la relación entre Edward y su hijo, de nombre Will e interpretado por Billy Crudup, que imprime una profundidad y sensibilidad que enriquecen la narrativa.
"El gran pez" es una película que ofrece una inmersión profunda en el mundo de Edward a través de las historias que va contando. Al igual que su hijo, el espectador se convierte en un testigo privilegiado de estas narraciones, descubriendo, paso a paso, el alma genuina de este personaje central. Estas anécdotas, tejidas a lo largo de la vida de Edward, son las que forjan su identidad en la etapa final de su existencia. Es una reflexión penetrante sobre cómo, en una vida a menudo sumergida en la rutina y la monotonía, son las historias y anécdotas las que resurgen, especialmente al acercarse el ocaso de la vida. Estos relatos, compartidos entre amigos y familiares, no solo preservan la memoria de la persona, sino que también cimentan su legado en el colectivo. Las vivencias narradas, más allá de ser simples recuerdos, son el testimonio de una vida vivida con intensidad y propósito. "El Gran Pez" destaca la importancia de las historias personales como un refugio contra el olvido y una ventana al alma humana.
LEER MÁS ► La misión secreta de Walt Disney en su viaje a Latinoamérica
En las orillas del río, se juntan las narrativas de innumerables vidas, contadas y experimentadas a lo largo del tiempo. Se reúnen historias de individuos que, en diferentes momentos, atravesaron ese mismo cauce. Ya sea a través de relatos veraces o aquellos manchados con la tinta de la magia, los recuerdos se entrelazan en un mosaico de emociones y experiencias. La línea entre lo real y lo imaginario se difumina, y conflictos o resentimientos del pasado pierden significado frente a la majestuosidad de ese "Gran pez", que simboliza la esencia de la vida.
LEER MÁS ► La diligencia: la película de John Ford que consagró a John Wayne
Temas
Te puede interesar
