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Deportes Locomotora Oliveras | Santa Fe | ACV

Locomotora Oliveras, la luchadora incansable que, ahora, pelea por el título de su vida

Oriunda de Jujuy, aunque desde hace años sea una santafesina más, Locomotora Oliveras fue campeona mundial supergallo CMB, liviana AMB, pluma OMB y welter junior CMB. Con su estilo aguerrido y frontal, protagonizó combates memorables y, sin dudas, es reconocida como una de las mejores boxeadoras en la historia del país.

“Luchadora: Tenaz en el esfuerzo para sacar adelante su propósito. Perseverante, enérgica, emprendedora, incansable”. Así define el diccionario de la Real Academia Española a la persona que enfrenta desafíos u obstáculos, tanto en el ámbito personal, profesional o social. Y, la misma, describe con exactitud a alguien que derribó incontables barreras para cristalizar su propósito de vida.

Alguien que supo lo que era pasar hambre. Alguien que supo lo que era vencer una dificultad tras otra, y siguió adelante sin sacar –nunca jamás– la bandera blanca de rendición. Alguien que, gracias al boxeo, supo qué se sentía al consagrarse campeona del mundo y que, por fin, la taba caía del lado de la suerte.

Pero hoy, a los 47 años y, luego de atravesar tantos avatares en su existencia, Alejandra Locomotora Oliveras está aprendiendo una de las lecciones más difíciles: cómo luchar por su vida tras sufrir un Accidente Cerebro Vascular (ACV) isquémico el pasado lunes 14 del corriente.

Locomotora - FOTO 1
El sábado 20 de mayo de 2006, en el Palenque del Hipódromo de Agua Caliente, Tijuana, México, le GKOT 8 (1’47”) a la local Jackie Nava –una auténtica grande del boxeo azteca y mundial–, a quien derribó dos veces en el segundo asalto y una vez más en el de la definición y se ciñó la corona supergallo (122 libras, o 55,338 kilos) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El sábado 20 de mayo de 2006, en el Palenque del Hipódromo de Agua Caliente, Tijuana, México, le GKOT 8 (1’47”) a la local Jackie Nava –una auténtica grande del boxeo azteca y mundial–, a quien derribó dos veces en el segundo asalto y una vez más en el de la definición y se ciñó la corona supergallo (122 libras, o 55,338 kilos) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

De orígenes muy humildes

Alejandra Marina Oliveras nació en El Carmen, provincia de Jujuy, el 20 de marzo de 1978. Cuando solo tenía 18 meses, la familia se mudó a Alejandro Roca, una pequeña localidad del centro-sur de la provincia de Córdoba donde su padre, que era camionero, buscó un mejor futuro para su mujer y sus siete hijos.

Entre múltiples carencias, Alejandra trabajó desde niña –eso sí, sin dejar de asistir a la escuela, ya que años después hasta terminaría la secundaria en Oncativo en el turno noche– cosechando maní y en distintas labores rurales y, enfrentando las adversidades, fue moldeando su carácter firme y decidido.

Ya en su adolescencia vivía de changas y de la venta ambulante –incluso fue madre a los 15 años– hasta que un día ingresó a un gimnasio de boxeo en Río Cuarto y, de la mano del ya fallecido Alberto San Miguel, quien fue su manager, comenzó otro camino, muy duro, difícil y sacrificado como era su vida, pero que la llevaría a trascender en el país y el mundo con sus logros.

Locomotora - FOTO 2
El jueves 4 de diciembre de 2008, en el legendario Luna Park y, en un choque que acaparó un excepcional interés, dada la gran calidad de las boxeadoras, la formoseña Marcela Eliana Acuña le GPP 10 (unánime) a Oliveras y se alzó con el cetro supergallo del CMB de Locomotora, que cayó en el quinto round.

El jueves 4 de diciembre de 2008, en el legendario Luna Park y, en un choque que acaparó un excepcional interés, dada la gran calidad de las boxeadoras, la formoseña Marcela Eliana Acuña le GPP 10 (unánime) a Oliveras y se alzó con el cetro supergallo del CMB de Locomotora, que cayó en el quinto round.

El boxeo y su primera corona

Tras su paso por el amateurismo, donde fue ganado experiencia y sumando conocimientos de los secretos de este deporte, Locomotora (“porque yo voy siempre para adelante y al frente, y nunca retrocedo”, le contó una vez al suscripto), debutó como profesional el viernes 12 de agosto de 2005 y, en General Levalle, Córdoba, le GKOT 2 a la rosarina María del Carmen Potenza.

La confesa admiradora del gran Mike Tyson tenía 27 años, y todo un futuro por delante. De guardia diestra, 1,55 metros de estatura, un corazón que no le cabía en el pecho a la hora de subir a un ring para enfrentar a quien sea, y con un físico imponente –que evidenciaba las interminables sesiones de entrenamiento–, fue acumulando triunfos.

Hasta que, con el recordado entrenador Carlos Tello en su rincón y, en su octavo combate rentado, Locomotora tuvo su primera cita con la gloria. Y, a esta chance de oro, no la dejó pasar.

El sábado 20 de mayo de 2006, en el Palenque del Hipódromo de Agua Caliente, Tijuana, México, le GKOT 8 (1’47”) a la local Jackie Nava –una auténtica grande del boxeo azteca y mundial–, a quien derribó dos veces en el segundo asalto y una vez más en el de la definición y, cuando el árbitro estadounidense Tony Crebs le levantó su mano, Locomotora se ciñó la corona supergallo (122 libras, o 55,338 kilos) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Locomotora - FOTO 3
El viernes 11 de noviembre de 2011, Oliveras –que venía de consagrase campeona liviana AMB– le GPP 6 (unánime) a la bonaerense Roxana Beatriz Laborde, en el estadio del Club Atlético Lanús, Gran Buenos Aires. Fue una noche muy especial para Locomotora, porque dedicó la victoria a la memoria de Amílcar Oreste Brusa, quien estuvo en su esquina en dicha coronación, y había fallecido el 27 de octubre anterior.

El viernes 11 de noviembre de 2011, Oliveras –que venía de consagrase campeona liviana AMB– le GPP 6 (unánime) a la bonaerense Roxana Beatriz Laborde, en el estadio del Club Atlético Lanús, Gran Buenos Aires. Fue una noche muy especial para Locomotora, porque dedicó la victoria a la memoria de Amílcar Oreste Brusa, quien estuvo en su esquina en dicha coronación, y había fallecido el 27 de octubre anterior.

Alejandra había logrado una victoria extraordinaria, yendo de punto total a la casa de la campeona y, así, escribió una página de oro en la historia del boxeo femenino de nuestro país.

Retuvo su corona en tres ocasiones (incluida la revancha frente a Nava, disputada el viernes 2 de marzo de 2007, en la que empataron en 10 asaltos –en decisión mayoritaria– en el Orfeo Superdomo de Córdoba) hasta que enfrentó a la formoseña Marcela Eliana Acuña.

El jueves 4 de diciembre de 2008, en el legendario Luna Park y, en un choque que acaparó un excepcional interés, dada la gran calidad de las boxeadoras, la Tigresa –licencia profesional femenina N° 1 del país–, le GPP 10 (unánime) y se alzó con el cetro de Locomotora, que cayó en el quinto round.

Ahora bien: ¿se terminaba el mundo para Alejandra? Ni ahí porque, con sed de revancha, iría por más. ¡Y vaya que la tendría!

Sus nuevos títulos mundiales

Una serie de siete victorias en fila la pusieron nuevamente en carrera (incluso, se presentó en el estadio cubierto Ángel Malvicino de Unión donde, el viernes 12 de noviembre de 2010, noqueó en cinco asaltos a la chascomusense Silvia Fernanda Zacarías) y, decidida a inscribir su nombre entre las grandes de este deporte, fue por una nueva corona ecuménica.

Aunque el resultado le fue adverso (el viernes 18 de febrero de 2011, en el Club Estudiantes de Santa Rosa, La Pampa, PPP 10 en fallo unánime ante la local Mónica Silvina Acosta, quien retuvo su cinturón welter junior –140 libras, o 63,503 kilos– del CMB), el viernes 12 de agosto siguiente se convirtió en la nueva reina liviana (135 libras, o 61,235 kilos) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al aplastar en cinco rounds a la colombiana Liliana Palmera en el Club Estudiantes de Río Cuarto.

Y esta conquista tuvo un sabor muy especial para ella: fue la última vez que el incomparable Amílcar Oreste Brusa –quien moriría el 27 de octubre siguiente– consagró a un campeón mundial.

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El viernes 11 de octubre de 2013, Locomotora logró la cuarta corona en cuatro categorías diferentes. En un hecho histórico para la región, combatió en el estadio Pay Zumé del Club Unión de Santo Tomé y, al GKO 7 a la colombiana Lely Luz Flores, el cetro welter junior del CMB (que estaba vacante) fue suyo.

El viernes 11 de octubre de 2013, Locomotora logró la cuarta corona en cuatro categorías diferentes. En un hecho histórico para la región, combatió en el estadio Pay Zumé del Club Unión de Santo Tomé y, al GKO 7 a la colombiana Lely Luz Flores, el cetro welter junior del CMB (que estaba vacante) fue suyo.

Locomotora, por entonces ya radicada en nuestra ciudad, fue la única mujer entre los 15 reyes universales (seis de ellos argentinos, tres santafesinos) que se coronaron con el Maestro en su esquina.

A los 33 años, Alejandra ya había ganado títulos mundiales en dos divisiones distintas, pero habría más.

El jueves 5 de enero de 2012, en el Gimnasio Municipal Santiago Lujan Saigós de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, se ciñó su tercera corona en otras tantas divisiones: le GKO 5 (11”) a la mexicana Jessica Villafranca y se alzó con el cetro pluma (126 libras o 57,153 kilos), que estaba vacante, de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

A esta nueva corona la expuso exitosamente cinco veces y, el viernes 11 de octubre de 2013, logró la cuarta en cuatro categorías diferentes.

En un hecho histórico para la región, Locomotora combatió en el estadio Pay Zumé del Club Unión de Santo Tomé y, al GKO 7 a la colombiana Lely Luz Flores, el cetro welter junior del CMB (que estaba vacante) fue suyo.

Ahora con 35 años, aquella Alejandra que se había iniciado tímidamente en el boxeo en Río Cuarto, le había dado paso a esta que, orgullosa y merecidamente, exhibía en su récord sus coronaciones mundialistas en supergallo, liviano, pluma y welter junior, en este orden, en un hecho inédito para el pugilismo argentino (hombres incluidos).

Al último título lo resignó el sábado 15 de noviembre de 2014 en la Plaza de Toros de Cancún, México, al PPP 10 (dividido) con la tigrense Erica Anabella Farías.

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Tras su retiro, Alejandra volcó sus esfuerzos a la ayuda social y, con el Team Locomotora, trabajó sin pausas colaborando con merenderos. También dio charlas motivacionales, y múltiples entrevistas –radiales, televisivas y en medios gráficos– donde contó su cruda historia de vida, e instaló gimnasios y acercó a muchos jóvenes a la práctica del boxeo para alejarlos de las drogas.

Tras su retiro, Alejandra volcó sus esfuerzos a la ayuda social y, con el Team Locomotora, trabajó sin pausas colaborando con merenderos. También dio charlas motivacionales, y múltiples entrevistas –radiales, televisivas y en medios gráficos– donde contó su cruda historia de vida, e instaló gimnasios y acercó a muchos jóvenes a la práctica del boxeo para alejarlos de las drogas.

Fue la tercera derrota profesional de Locomotora quien luego, combatió por una corona de la World Pugilism Commission (WPC, o Comisión Mundial de Pugilismo), una entidad paralela a la Federación Argentina de Box (FAB), que es la única reconocida por los organismos gubernamentales nacionales y hasta por el Comité Olímpico Argentino (COA) para regular y controlar la actividad en el país.

En este marco, el sábado 8 de abril de 2017 y, el Gimnasio Municipal Enrique Mosconi de Cutral Co, Neuquén, le GPP 10 (unánime) a la mexicana Lelsly Morales y se adueñó la corona superpluma, o liviano junior (130 libras, o 58,967 kilos) de la WPC.

Así, tras 38 peleas, su récord profesional se cerró en 33-3-2 (16 ko).

LEER MÁS ► La historia de Locomotora Oliveras: la campeona del mundo que empezó a boxear para escapar de la violencia de género

Pero, como siempre luchó por la igualdad del boxeo femenino con el masculino, el 11 de mayo de 2019, en el Complejo Municipal 11 de Julio de Las Heras, Santa Cruz, combatió a 12 asaltos de tres minutos de duración (tal como los rounds entre varones) y derrotó nuevamente a Morales, otra vez por puntos y en fallo unánime, por la corona liviana de la WPC.

Alejandra tenía 41 años, y ya no volvería a combatir.

Su compromiso y legado

Siempre comprometida a inspirar a los demás a superarse –una de sus marcas registradas, lo que engrandecen sus dones de persona–, sobre todo a las mujeres que sufrieron violencia de género (tal como ella amargamente lo experimentó), Alejandra volcó sus esfuerzos a la ayuda social y, con el Team Locomotora, trabajó sin pausas colaborando con merenderos.

También dio charlas motivacionales, y múltiples entrevistas –radiales, televisivas y en medios gráficos– donde contó su cruda historia de vida; instaló gimnasios y acercó a muchos jóvenes a la práctica del boxeo para alejarlos de las drogas y, en otra de sus facetas, ingresó en el mundo de la política en el cual, el pasado domingo 13 de abril, fue electa convencional constituyente.

Pero, el lunes 14 de julio último –fecha de comienzo de la convención que reformará la carta magna provincial, y donde prestaría el juramento de rigor para asumir en su banca–, el destino puso nuevamente a prueba a Alejandra.

Alejandra Locomotora Oliveras foto Maiquel Torcatt
El pasado domingo 13 de abril, Locomotora fue electa convencional constituyente. Pero, el lunes 14 de julio último –fecha de comienzo de la convención que reformará la carta magna provincial, y donde prestaría el juramento de rigor para asumir en su banca–, sufrió un ACV isquémico y, a la fecha, permanece internada en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital José María Cullen de nuestra ciudad.

El pasado domingo 13 de abril, Locomotora fue electa convencional constituyente. Pero, el lunes 14 de julio último –fecha de comienzo de la convención que reformará la carta magna provincial, y donde prestaría el juramento de rigor para asumir en su banca–, sufrió un ACV isquémico y, a la fecha, permanece internada en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital José María Cullen de nuestra ciudad.

Y, esta prueba, es dura. La pucha que es dura...

Donde cada minuto cuenta.

Donde cada día que pasa es uno más camino hacia la recuperación que todos anhelamos y por el que unimos nuestras oraciones y mejores deseos por el restablecimiento de su salud.

Y donde cada día que pasa es otro round que gana en la lucha por el título más importante: el de su vida.

¡Fuerza, Locomotora! ¿O acaso no vas a ganar esta pelea también?