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Deportes Carlos Monzón | Boxeo | Santa Fe

La inigualable trayectoria deportiva de Carlos Monzón, el más grande boxeador de nuestra historia

Nacido el 7 de agosto de 1942 en el barrio La Flecha de San Javier, desde muy chico aprendió a pelear para subsistir: sus puños le permitieron escapar de la pobreza y llegar a la cima del boxeo.

Al igual que sus abuelos paternos y maternos, sus padres y diez de sus 12 hermanos, Carlos Monzón vino al mundo en una región históricamente postergada, conformada en la actualidad por los departamentos San Javier y Garay, que integran un espacio de la provincia de Santa Fe conocido como la región de la Costa, donde predominan los ríos.

Todas las familias de esa zona tenían un denominador común: eran muy pobres, con sus múltiples carencias potenciadas por la falta de trabajos fijos y, además, muy numerosas, donde para varios de sus miembros era un auténtico lujo comer todos los días.

Escopeta nació en la fría y lluviosa noche del viernes 7 de agosto de 1942 en San Javier, departamento homónimo. Carlos, que hoy cumpliría 81 años, fue el octavo hijo –el sexto varón y cuarto nacido en San Javier– del matrimonio de Roque Monzón y Amalia Ledesma y, sus hermanos, fueron Zacarías, Nicéforo y Rosa (nacidos en Saladero Cabal); Rosendo Albino (en Colonia Macías); Inocencio, Marta Elsa, Alcides René, Elva Yolanda, Delia Beatriz y Edgardo Reyes (en San Javier), y Reynaldo Oscar y Víctor Hugo (en Santa Fe).

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Carlos Monzón –que hoy cumpliría 81 años– nació en la fría y lluviosa noche del viernes 7 de agosto de 1942 en este humildísimo rancho con piso de tierra del barrio La Flecha de San Javier, departamento homónimo. Allí viviría hasta 1951, cuando su familia se mudó hacia la ciudad de Santa Fe.

Carlos Monzón –que hoy cumpliría 81 años– nació en la fría y lluviosa noche del viernes 7 de agosto de 1942 en este humildísimo rancho con piso de tierra del barrio La Flecha de San Javier, departamento homónimo. Allí viviría hasta 1951, cuando su familia se mudó hacia la ciudad de Santa Fe.

El inolvidable Luis Ángel Firpo dijo una vez: “Yo estoy seguro de que algún día aparecerá un muchacho de tez cetrina, cabello negro, con carácter hosco, rudo y seco. Pero sé que será famoso y le dará un enorme prestigio a nuestro boxeo”.

El aserto del Toro Salvaje de las Pampas, el primer argentino en disputar un título mundial, licencia profesional Nº 1, y que murió de un infarto el domingo 7 de agosto de 1960, a los 65 años (el mismo día que Carlos cumplió 18, aunque nunca se conocieron), fue inequívocamente profético.

Es que exactamente 28 años y tres meses después, el sábado 7 de noviembre de 1970, el que nació en un humildísimo rancho con piso de tierra comenzaría un reinado inolvidable entre los medianos; a partir de allí, el mundo conocería para siempre el apellido Monzón y, tras 52 años, cinco meses y dos días, casi 60.000 dolidos fanáticos, sin distingos de clases sociales, lo despedirían el lunes 9 de enero de 1995 en el cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe.

Luchar para sobrevivir

Estas fueron las auténticas raíces de Carlos y, por eso, jamás aprendió a vivir: solo supo pelearla para sobrevivir. En 1951, cuando tenía 9 años y, buscando el trabajo que en San Javier escaseaba, su familia se mudó a Santa Fe y se asentó en el barrio Barranquitas. Mientras don Roque trataba de llenar la olla por medio de changas y trabajos de albañilería, Carlos y sus hermanos daban una mano con la economía familiar, y fue canillita, repartidor de verduras, lechero y sodero.

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Carlos fue el octavo hijo –el sexto varón y cuarto nacido en San Javier– del matrimonio de Roque Monzón y Amalia Ledesma. Sus hermanos fueron Zacarías, Nicéforo y Rosa (nacidos en Saladero Cabal); Rosendo Albino (en Colonia Macías); Inocencio, Marta Elsa, Alcides René, Elva Yolanda, Delia Beatriz y Edgardo Reyes (en San Javier), y Reynaldo Oscar y Víctor Hugo (en Santa Fe).

Carlos fue el octavo hijo –el sexto varón y cuarto nacido en San Javier– del matrimonio de Roque Monzón y Amalia Ledesma. Sus hermanos fueron Zacarías, Nicéforo y Rosa (nacidos en Saladero Cabal); Rosendo Albino (en Colonia Macías); Inocencio, Marta Elsa, Alcides René, Elva Yolanda, Delia Beatriz y Edgardo Reyes (en San Javier), y Reynaldo Oscar y Víctor Hugo (en Santa Fe).

¿Y la escuela? Ni siquiera pudo completar el 3º grado en la República Oriental del Uruguay, la que años después, con billetes de todos los colores, refaccionó a cero, porque trabajar para poder comer era más importante –y urgente– que aprender a leer y escribir.

Por todo esto, Monzón nunca tuvo una infancia, adolescencia y, ni siquiera, una juventud. Cuando algunos niños de su edad dormían confortablemente abrigados, alimentados y vacunados, él estaba trabajando para que, si la fortuna lo acompañaba, esa noche pudiera irse a la cama con algo en su estómago, y no vacío, como varias veces le pasó...

Su destino era ser boxeador

Como a miles de púgiles a lo largo de la historia en todo el mundo, el boxeo fue el único medio para escapar de la pobreza. Por ello, Carlos ingresó un día al ya desaparecido Club Cochabamba, en Cochabamba 45, en el barrio Barranquitas, a cargo de Roberto Tito Agrafogo –quien le enseñó los rudimentos de esta disciplina–, quien era secundado por Rafael Araujo y, tiempo más tarde, se sumaría Marcelino Mono Martínez.

A los pocos meses se fue y recaló en el Minella Boxing Club, cuyo titular era Ricardo Ceferino Minella, sito en Paraguay 3082 donde, los principiantes, eran atendidos por Lito Zanutig y Sixto Gómez. Su debut amateur se produjo el viernes 2 de octubre de 1959, a los 17 años, un mes y 25 días.

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Esta era la primera página de Libreta de Enrolamiento (lo que hoy es el Documento Nacional de Identidad) de Monzón. En la actualidad, la licencia profesional que extiende la Federación Argentina de Box (FAB) es el número del DNI del pugilista pero, en su época, a Carlos le correspondió la Nº 2302.

Esta era la primera página de Libreta de Enrolamiento (lo que hoy es el Documento Nacional de Identidad) de Monzón. En la actualidad, la licencia profesional que extiende la Federación Argentina de Box (FAB) es el número del DNI del pugilista pero, en su época, a Carlos le correspondió la Nº 2302.

El primer rival fue Raúl Cardozo, con quien empató en 3 asaltos en el Pabellón de Industrias de la Sociedad Rural, frente al Club Atlético Unión, en la misma esquina donde Monzón también vendía diarios y lustraba zapatos. ¡Ah! Su primer viático fue de 50 pesos.

A principios de 1960, el destino lo pondría en manos del extraordinario entrenador con el que alcanzaría la gloria y el unánime reconocimiento mundial: Amílcar Oreste Brusa. El primer contacto fue en Sunchales, en un festival amateur del que Carlos participó. “Brusa, yo quiero venir con usted. A mí me robaron y sé perfectamente que usted no me va a robar”, le tiró su futuro pupilo, al referirse a un viático donde le pagaron mucho menos de lo pactado.

Días después y, tras chequear exhaustivamente los dichos de Monzón, el Maestro corroboró la veracidad de los mismos. La siguiente oportunidad en que se reunieron fue en el gimnasio de Unión –ubicado debajo de la actual sede de la entidad Tatengue, del que Brusa estaba a cargo– y, a partir de ese segundo y decisivo encuentro, no se separaron jamás.

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Monzón se consagró campeón argentino mediano el sábado 3 de septiembre de 1966 al GPP 12 al porteño Jorge José Fernández en el Luna Park. A esta corona solo la expuso una vez, y fue el miércoles 11 de febrero de 1970, cuando le GKO 6 al platense Antonio Oscar Aguilar, en Mar del Plata.

Monzón se consagró campeón argentino mediano el sábado 3 de septiembre de 1966 al GPP 12 al porteño Jorge José Fernández en el Luna Park. A esta corona solo la expuso una vez, y fue el miércoles 11 de febrero de 1970, cuando le GKO 6 al platense Antonio Oscar Aguilar, en Mar del Plata.

Fueron casi 17 años –hasta que Carlos anunció su retiro el lunes 29 de agosto de 1977 como campeón unificado AMB-CMB reinante– en los que transitaron todos los rings de la ciudad, la región, la provincia, el país y el mundo.

Carlos fue padre por primera vez a los 18 años, siete meses y 17 días. Fue el fruto de su relación con Zulema Encarnación Torres –un año menor que él– y, su primogénito, Carlos Alberto, al que reconocería públicamente años después, nació el 24 de marzo de 1961.

El viernes 11 de mayo de 1962, cuando tenía 19 años, nueve meses y cuatro días, Carlos se casó con Mercedes Beatriz García (Pelusa), con quien tendría tres hijos: Silvia Beatriz (quien nació el 20 de febrero de 1963), Abel Ricardo (el 19 de octubre de 1966), y Raúl Carlos (el 18 de septiembre de 1972).

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Escopeta se ciñó la corona sudamericana mediana el sábado 10 de junio de 1967, en el Luna Park, al GPP 12 a Jorge José Fernández, y la retuvo exitosamente dos veces: el viernes 10 de enero de 1969, en el Club Unión de Santa Fe, le GKO 9 al uruguayo Ramón Orrico y, el sábado 27 de septiembre siguiente, le GKO 6 al brasileño Manoel Severino, en el Luna Park.

Escopeta se ciñó la corona sudamericana mediana el sábado 10 de junio de 1967, en el Luna Park, al GPP 12 a Jorge José Fernández, y la retuvo exitosamente dos veces: el viernes 10 de enero de 1969, en el Club Unión de Santa Fe, le GKO 9 al uruguayo Ramón Orrico y, el sábado 27 de septiembre siguiente, le GKO 6 al brasileño Manoel Severino, en el Luna Park.

El miércoles 12 de diciembre de 1962, cuando tenía 20 años, cuatro meses y cinco días, Monzón disputó su último combate amateur: fue en el Pabellón de Industrias –donde había debutado como tal poco más de tres años antes– y le GKO 2 al rosarino Benito Cejas. Los números de su récord como aficionado hablan de la muy rica experiencia que adquirió: realizó 87 combates, de los que ganó 73, empató seis y perdió ocho.

Se había cerrado una etapa y, la próxima, sería su ingreso al profesionalismo, lo que se produjo al año siguiente, donde Carlos brillaría –y como nadie– en la historia del boxeo argentino.

Su debut profesional

Con la licencia Nº 2302, extendida por la Federación Argentina de Box, a la primera de las exactamente 100 peleas que Monzón realizaría en el terreno de la paga la protagonizó en la calurosa noche del miércoles 6 de febrero de 1963. El combate, pactado a cuatro rounds, se disputó en la sede del Club Ben Hur de Rafaela y, el árbitro, fue un oriundo de esa ciudad: don Ernesto Giovannini, padre de Néstor Hipólito, quien se coronaría campeón mundial crucero OMB el 26 de junio de 1993.

Carlos –quien tenía 20 años, cinco meses y 30 días– noqueó en el 2º asalto al entrerriano Ramón Montenegro, su histórico primer rival. De ahí en más y, con la imperiosa necesidad de mantener su hogar, entre 1963 y 1964 realizó 22 peleas (11 en cada año), muchas por bolsas no tan atractivas y viajando a donde sea.

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El sábado 7 de noviembre de 1970, Carlos le GKO 12 al italiano Giovanni Nino Benvenuti en el Palazzo dello Sport de Roma, y se coronó campeón unificado AMB-CMB. Realizó 14 defensas exitosas; anunció su retiro el lunes 29 de agosto de 1977 en el Sheraton Hotel de Buenos Aires, y fue monarca indiscutido mediano durante seis años, nueve meses y 22 días.

El sábado 7 de noviembre de 1970, Carlos le GKO 12 al italiano Giovanni Nino Benvenuti en el Palazzo dello Sport de Roma, y se coronó campeón unificado AMB-CMB. Realizó 14 defensas exitosas; anunció su retiro el lunes 29 de agosto de 1977 en el Sheraton Hotel de Buenos Aires, y fue monarca indiscutido mediano durante seis años, nueve meses y 22 días.

En este lapso fue donde sufrió las únicas tres derrotas en su campaña profesional. La primera –donde resignó su invicto– fue el miércoles 28 de agosto de 1963, en el Luna Park, ante el platense Antonio Aguilar (quien le GPP 10) y, para colmo, Brusa no estuvo en el rincón, ya que Monzón fue atendido por Genaro Ramusio, Alfredo Luna y Manuel Hermida.

La segunda ocurrió el domingo 28 de junio de 1964, en Río de Janeiro, ante el español (naturalizado brasileño) Felipe Cambeiro. Con su derecha inutilizada desde el 2º asalto, Carlos sufrió tres caídas y, así, el nacido en La Coruña y radicado en San Pablo le GPP 8 (unánime).

La última fue el viernes 9 de octubre de 1964 ante el puntano Alberto del Carmen Massi, en el ya desaparecido Córdoba Sport Club de esa ciudad, que le GPP 10 (unánime). A partir de allí, Monzón nunca más volvió a perder, hilvanó un invicto de 80 peleas y, más adelante, se desquitaría de sus tres vencedores.

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Entre el 6 de febrero de 1963 –cuando debutó– y el 30 de julio de 1977 –cuando realizó su  último combate– su récord profesional fue de 87–3–9–1 SD (59 ko), con un 87 % de victorias. Si a las mismas les sumamos los nueve empates y el combate sin decisión, de las 100 veces que Escopeta subió a un ring para disputar una pelea como rentado, ¡en 97 se bajó del mismo sin perder!

Entre el 6 de febrero de 1963 –cuando debutó– y el 30 de julio de 1977 –cuando realizó su último combate– su récord profesional fue de 87–3–9–1 SD (59 ko), con un 87 % de victorias. Si a las mismas les sumamos los nueve empates y el combate sin decisión, de las 100 veces que Escopeta subió a un ring para disputar una pelea como rentado, ¡en 97 se bajó del mismo sin perder!

Camino a la gloria

A fines de 1965, la TV capitalina trasmitía los miércoles por la noche, desde el Luna Park, las peleas que presentaban Ulises Barrera y Ricardo Arias, donde se podían ver a las jóvenes promesas. Entre los medianos, quienes asomaban con mayor futuro eran Celedonio Lima, Antonio Aguilar y Carlos Alberto Salinas.

Pero, entre el 17 de noviembre y el 29 de diciembre del mismo año, el ilustre desconocido que era Carlos Monzón despachó a los tres y logró el Cinturón Eduardo Lausse, un certamen –no oficial– organizado por el promotor Juan Carlos Lectoure, titular del icónico estadio porteño.

Con estos triunfos, más la firme insistencia de Brusa, tuvo la chance de enfrentar al capitalino Jorge José Fernández, quien era el dueño del cetro nacional de las 160 libras. El sábado 3 de septiembre de 1966 y, en su 40ª pelea, Carlos le GPP 12 (unánime) al Torito de Pompeya –quien disputaba la 113ª y que cayó en el 4º round– y obtuvo el título argentino mediano.

El sábado 10 de junio de 1967, Monzón le volvió a GPP 12 a Fernández y, ahí, le arrebató la faja sudamericana de los 72,574 kilos. Entonces, Lectoure comenzó a realizar distintas gestiones para poder obtener una chance mundialista, mientras lo programaba con distintos rivales extranjeros para ir fogueándolo. Hasta que, la tan ansiada posibilidad titular, por fin llegó.

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El sábado 30 de julio de 1977, Monzón disputó su 100ª y última pelea profesional. Le GPP 15 al colombiano Rodrigo Valdés en Montecarlo y, tras el fallo, besó a su hacedor, Amílcar Oreste Brusa, acompañado del santafesino Miguel Ángel Cuello (quien fuera monarca mediopesado CMB), y el panameño Elías Córdova, por entonces presidente de la AMB.

El sábado 30 de julio de 1977, Monzón disputó su 100ª y última pelea profesional. Le GPP 15 al colombiano Rodrigo Valdés en Montecarlo y, tras el fallo, besó a su hacedor, Amílcar Oreste Brusa, acompañado del santafesino Miguel Ángel Cuello (quien fuera monarca mediopesado CMB), y el panameño Elías Córdova, por entonces presidente de la AMB.

El amo y señor de los medianos

En la lluviosa noche del sábado 7 de noviembre de 1970, Monzón se consagró campeón mundial mediano unificado AMB-CMB tras noquear en el Palazzo dello Sport de Roma al italiano Giovanni Nino Benvenuti en el 12º round con un derechazo de antología que, aún hoy, nos sigue haciendo erizar la piel.

Escopeta –bautizado así por su biógrafo personal, el periodista, árbitro y estadígrafo santafesino Julio Juan Cantero– alcanzó la gloria y se convirtió en el cuarto monarca argentino –tras Pascual Pérez, Horacio Accavallo y Nicolino Locche– y el primero en coronarse en Europa.

Retendría 14 veces sus cetros –11 en el exterior y solo tres en el país– y, su brillante serie de 14 defensas exitosas, fue igualada 24 años y un mes después de su retiro, el 29 de septiembre de 2001, por el estadounidense Bernard Hopkins; asimismo, recién fue batida luego de 24 años, cinco meses y cuatro días de su adiós a los rings, el 2 de febrero de 2002, también por el moreno oriundo de Filadelfia.

Números de oro

Monzón fue el primer argentino en ingresar al International Boxing Hall of Fame –Salón de la Fama del Boxeo– situado en Canastota, Nueva York y, también, integra el Salón de la Fama del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en la ciudad de México. En 1972 se alzó con el prestigioso Olimpia de Oro, otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos (CPD) de la Capital Federal, y fue el primer deportista santafesino en recibir este galardón.

En 1973, la Asociación de Cronistas de Boxeo de Estados Unidos lo distinguió como Boxeador del Año, y recibió este premio en Nueva York junto con el mismísimo Muhammad Ali. Asimismo, es considerado uno de los más grandes medianos de la historia, junto a los estadounidenses Sugar Ray Robinson, Harry Greb, Stanley Ketchel y Marvin Hagler y, también, uno de los más grandes latinos de todos los tiempos, junto con el mexicano Julio César Chávez, el panameño Roberto Durán, y el nicaragüense Alexis Argüello.

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Carlos Monzón y Diego Armando Maradona, dos de los máximos ídolos deportivos de nuestra historia. Con sus brillantes logros, ambos hicieron que millones de personas en todo el mundo supieran que había un país llamado Argentina.

Carlos Monzón y Diego Armando Maradona, dos de los máximos ídolos deportivos de nuestra historia. Con sus brillantes logros, ambos hicieron que millones de personas en todo el mundo supieran que había un país llamado Argentina.

Entre el 6 de febrero de 1963 –cuando debutó– y el 30 de julio de 1977 –cuando realizó su último combate– su récord profesional fue de 87–3–9–1 SD (59 ko), con un 87 % de victorias. Si a las mismas les sumamos los nueve empates y el combate sin decisión, de las 100 veces que Escopeta subió a un ring para disputar una pelea, ¡en 97 se bajó del mismo sin perder!

Asimismo, de ese centenar de combates, en 21 de ellas (el 21 %, poco más de la quinta parte de su campaña), disputó un título de las 160 libras. El detalle es el siguiente:

–Mediano de la provincia de Santa Fe: solo realizó un combate por esta faja. Fue el viernes 4 de febrero de 1966, en el Club Atlético Unión de nuestra ciudad, y le GPP 10 (unánime) al nicoleño (radicado en Rosario) Ramón Dionisio Rocha. Nunca expuso dicha corona.

–Argentino mediano: Monzón peleó dos veces por el cetro nacional de los 72,574 kilos. El sábado 3 de septiembre de 1966 le GPP 12 al porteño Jorge José Fernández en el Luna Park y se alzó con el mismo, que expuso una vez, el miércoles 11 de febrero de 1970, cuando le GKO 6 al platense Antonio Oscar Aguilar, en Mar del Plata.

–Sudamericano mediano: Por el mismo realizó tres peleas. El sábado 10 de junio de 1967, en el Luna Park, le GPP 12 a Jorge José Fernández y le arrebató dicho cetro, que retuvo dos veces: el viernes 10 de enero de 1969, en el Club Unión de Santa Fe, le GKO 9 al uruguayo Ramón Orrico y, el sábado 27 de septiembre siguiente, le GKO 6 al brasileño Manoel Severino, en el Luna Park.

–Mundial mediano: es el cetro por el que más peleó. Fueron 15 choques por el mismo, y los ganó a todos. El sábado 7 de noviembre de 1970 le GKO 12 a Nino Benvenuti en Roma, se coronó campeón unificado AMB-CMB, y realizó 14 defensas exitosas, hasta que anunció su retiro el lunes 29 de agosto de 1977 en el Sheraton Hotel de Buenos Aires. El sanjavierino fue monarca indiscutido mediano durante seis años, nueve meses y 22 días.

“¡Qué bueno es tu negrito, Brusa! Ninguno le puede pegar y, encima, los rompe de a poco y los martiriza. Tu pupilo es lo más práctico que vi”, señaló Angelo Dundee –entrenador, entre otros, de dos fenómenos como Muhammad Ali y Sugar Ray Leonard– tras el combate del 9 de febrero de 1974, en París, donde Escopeta le GKOT 7 a su pupilo, el cubano-mexicano José Ángel Mantequilla Nápoles.

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En la Convención Anual de 1983 del CMB, realizada en Las Vegas –y donde se celebraron los 20 años de la fundación del mismo–, Monzón (retirado desde 1977) fue uno de los invitados especiales. En la foto, recibe su cinturón de campeón mundial junto al por entonces presidente del organismo, el mexicano José Sulaimán Chagnón (a su izquierda).

En la Convención Anual de 1983 del CMB, realizada en Las Vegas –y donde se celebraron los 20 años de la fundación del mismo–, Monzón (retirado desde 1977) fue uno de los invitados especiales. En la foto, recibe su cinturón de campeón mundial junto al por entonces presidente del organismo, el mexicano José Sulaimán Chagnón (a su izquierda).

Años después, el legendario técnico estadounidense ratificó sus elogios al santafesino: “Boxeadores perfectos hay muchos y cada uno tiene su gusto pero, si me preguntan y cuenta mi opinión, para mí ese boxeador se llama Carlos Monzón”.

Su trágico final

Su presencia era sinónimo de caos vehicular en Roma o París, cuyos tráficos paralizaba. Disfrutó de las fastuosas recepciones que le brindaron príncipes, magnates y presidentes, de interminables noches en el Lido o el Moulin Rouge de la Ciudad Luz, de las fiestas organizadas por su amigo Alain Delon y, también, fue modelo, actor de cine, entrenador, vivió una mediática relación con Susana Giménez, le adjudicaron mil romances más, viajó por el mundo y se bebió todos los vientos, rodeado de infinitos lujos que borraron las necesidades y carencias con las que había venido al mundo.

Se casó con la modelo uruguaya Alicia Muñiz y tuvieron a Maximiliano Roque, quien nació el 28 de diciembre de 1981. Todo terminó la madrugada del domingo 14 de febrero de 1988, en Mar del Plata, cuando el boxeador mató a su última esposa. El 3 de julio de 1989, con 46 años, diez meses y 26 días, Monzón fue condenado a 11 años de prisión por homicidio simple.

Pero, sin ánimo de polemizar sobre la discriminación por cuestiones de género o de la violencia contra la mujer –execrables por donde se las miren–, a más de 35 años de la muerte de la última esposa de Carlos, solo Dios sabe qué fue lo que exactamente pasó en el balcón del chalet de Pedro Zanni 1567 de la ciudad atlántica.

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Carlos Monzón murió el domingo 8 de enero de 1995 en un accidente automovilístico a la altura del Paraje Los Cerrillos, en el kilómetro 51 de la ruta provincial Nº 1 (entre Santa Rosa de Calchines y Cayastá). Tenía 52 años, cinco meses y un día y, sus restos, descansan en el cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe.

Carlos Monzón murió el domingo 8 de enero de 1995 en un accidente automovilístico a la altura del Paraje Los Cerrillos, en el kilómetro 51 de la ruta provincial Nº 1 (entre Santa Rosa de Calchines y Cayastá). Tenía 52 años, cinco meses y un día y, sus restos, descansan en el cementerio Municipal de la ciudad de Santa Fe.

Como magistralmente lo definió el reconocido colega y escritor Enrique Martín en su obra En este rincón – Historias seleccionadas (Ediciones Cinco, Buenos Aires, 2000, página 63), “el sueño de una sociedad que olvida todo menos su ombligo, terminó en otra pesadilla con una esposa sin vida, una jueza sin testigos, un fallo de argentinos”.

El domingo 8 de enero de 1995, cuando Monzón estaba muy cerca de saldar su deuda con la sociedad y gozaba de salidas transitorias del penal de Las Flores de esta capital, murió en un accidente automovilístico a la altura del Paraje Los Cerrillos, en el kilómetro 51 de la ruta provincial Nº 1 (entre Santa Rosa de Calchines y Cayastá), la misma por donde había llegado a Santa Fe más de cuatro décadas atrás. Tenía 52 años, cinco meses y un día pero, por lo rápido que vivió, parecieron 100.

Había muerto el hombre, pero nacía su leyenda la cual, a medida que transcurre el tiempo, se agiganta más, porque Escopeta cada día boxea mejor.

Descansá en paz, incomparable campeón.