Colón y Gimnasia se juegan la permanencia en Primera este viernes, en el desempate que se llevará a cabo en el estadio Marcelo Bielsa a partir de las 17. El Sabalero y el Lobo ya conocen lo que es pasar por una situación de estas, donde la permanencia depende exclusivamente de un partido: en el 2011 le tocó a los de La Plata, mientras que en el 2014 fue el turno del rojinegro.
La coincidencia que se destaca en la previa del duelo que definirá el segundo descenso a la Primera Nacional deja un recuerdo amargo para ambos clubes, que terminaron perdiendo la categoría tras perder sus respectivos desempates.
El Lobo ganó el desempate, pero perdió la promoción
En el Clausura 2011, Gimnasia llegó con la misma cantidad de puntos que Huracán en la tabla de los promedios y la AFA resolvió que se dispute un partido para desempatar. En aquella ocasión, el Lobo venció al Globo por 2 a 0, con goles de Lucas Castro y Claudio Graf, y mandó al descenso directo a los de Parque Patricios.
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Sin embargo, el ganador de este partido no conseguía la permanencia, sino el derecho a jugar la promoción. Entonces, Gimnasia se mediría con San Martín de San Juan. El conjunto sanjuanino, que había ganado por 1-0 en la ida, igualó 1-1 en la vuelta y así consiguió el ascenso a Primera, condenando a los Triperos a jugar en la B.
Colón descendió en 2014 tras caer ante Atlético Rafaela
El antecedente del descenso del Sabalero es el último de un desempate en el fútbol argentino, hasta el de este año. En el Torneo Final 2014, Colón terminó por encima de Argetinos Juniors y de All Boys en la tabla de los promedios (los dos que descendieron), pero igualado con Atlético Rafaela.
De esta forma, la Crema y el rojinegro se tuvieron que enfrentar en un desempate que se jugó en el Gigante de Arroyito, la cancha de Rosario Central, y los de Rafaela festejaron la permanencia en Primera tras imponerse por 1 a 0 gracias al gol de Rodrigo Depetris.
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La gran campaña de Colón con Diego Osella como DT, en la que llegó a estar puntero del campeonato durante 13 fechas, no alcanzó para evitar el descenso y quedó condenado a jugar en la segunda categoría tras 19 años.