"Fueron dos años maravillosos que pasé en este club", comenzó González, destacando la relación de respeto y cariño que siempre recibió de la gente. Aunque su partida estuvo marcada por la tristeza, el técnico aseguró que se va con la satisfacción de haber dado todo por el equipo. "Me quedo con lo que pasó en el vestuario. Esa emoción y esa tristeza que hoy me toca irme, pero porque no la posibilidad de encontrarme con alguno de ellos alguna vez", dijo, entre lágrimas.
En esta línea continuó: "Me voy feliz de haber dirigido a este equipo tanto tiempo. Soy un privilegiado de haber vivido tanto tiempo en el club", subrayando lo difícil que es sostenerse en un cargo en un fútbol argentino en el que los resultados mandan.
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"Le deseo lo mejor a Unión porque lo quiero, lo guardo en mi corazón"
A pesar de su partida, González dejó un mensaje de apoyo y buenos deseos para el futuro de la institución. "No es fácil en este fútbol tan loco. Le deseo lo mejor a Unión porque lo quiero, lo guardo en mi corazón", afirmó, mostrando una vez más su profundo apego al club. También tuvo palabras de aliento para los jugadores, a quienes les expresó su confianza: "Les deseo que ganen, estos chicos se lo merecen y ojalá puedan cumplir todos esos objetivos que tienen como equipo porque realmente son buenos chicos".
La despedida se cerró con una muestra de afecto mutuo, donde González recordó los gestos de cariño de los futbolistas, quienes le regalaron varias camisetas como recuerdo de su paso por el club. "Insisto, me quedo con las lágrimas nuestras. Me regalaron muchas camisetas los jugadores", comentó.
Finalmente, Kily González dejó claro que su adiós no significa el fin de su relación con Unión. "Nadie es más importante que Unión, yo ya no estoy más. Ojalá puedan lograr el sueño que tienen los hinchas de Unión y el equipo", concluyó.
