Arrancó la pretemporada de los equipos santafesinos y Aire de Santa Fe junto al programa "Dale, Dale, Deportivo" ya llegaron a Uruguay para transmitir desde los estadios los partidos que jueguen Sabaleros y Tatengues, además cubrir todo lo que pasa con Colón y Unión en tierras charrúas. Siempre cerca de la pasión de los santafesinos, comenzamos a vivir toda la actividad futbolística que estará repartida entre las ciudades de Montevideo y Maldonado.
Comenzó el viaje de Colón
Atardece en Maldonado, muy cerca del mar de Punta del Este, con los últimos testimonios solares del domingo y el horizonte en una mancha sobre la que se ven zarpar las carabelas que comienzan a navegar desde estas aguas orientales, así como alguna vez Cristóbal Colón salió desde Puerto de Palos sin saber bien hacia dónde podía llegar.
Mientras tanto, la incertidumbre de este nuevo año con Marcelo Saralegui al frente de la aventura, nos presenta acaso todos los viajes posibles y a la vez dentro del viaje otro viaje, ese que emprende esta apuesta querible, como la de cualquier ex jugador que ha dejado una vida y ha vuelto por ella, por los mismos colores que nunca permitió que el tiempo se llevara. Es este el caso de Marcelo Saralegui, que ya sobre el final del campeonato pasado se hizo ese signo de luz de alta mar para luego ser hoy el capitán de esta nueva travesía colonista, como debe ser, con sus códigos, normas y ritos, tal cual los impuso a la hora de marcar la cancha respecto al caso del “Pulga” Rodríguez.
Las sirenas de una nueva temporada empiezan a seducir los sueños con sus encantadoras voces de tribuna que aún tratan de salvarse de la temporada anterior, pues para el simpatizante de Colón el 2022 significa recuerdos intolerables, ya que el hincha no mira sin vértigo y el de Colón, cuando piensa en lo que viene, observa hacia atrás y ve que no son imágenes, sino restos, réplicas mezquinas, testimonios tristes y apenas algunos buenos triunfos sin valor, acaso solo momentos calientes que se fueron desvaneciendo como luciérnagas moribundas.
Todos a la cancha
En el contexto de la Serie del Río de La Plata, Colón arrancó enfrentando al Vélez del “Cacique” Medina. Un equipo que, aun estando también en el inicio de su pretemporada futbolística, ya tiene un sistema de juego desarrollado, el cual explosivamente tuvo su éxito en la Copa Libertadores cuando eliminó en octavos al River de Gallardo.
Ese estilo diferencial fue el que en algunos tramos del segundo tiempo apenas sirvió para ofrecernos algún desnivel en el trámite de un juego parejo, con sólo segmentos de intensidad típica de los equipos argentinos, pero claramente todo observado desde una crítica comprensiva, la de estar frente a una partida inicial de verano recién a semanas del comienzo de la temporada regular.
Saralegui, lejos de especular con adaptaciones y situaciones particulares de puesta a punto, desde el comienzo y hasta el final tiró toda la carne en el asador.
Arquero y defensa histórica, con Meza, Garcés, Goltz y Delgado, que además de ser la línea de identidad del plantel fue lo más rescatable del funcionamiento dentro de un pleito con matices muy discretos. Si no se hubiera equivocado Nacho Chicco para que se generara la maniobra del penal y luego la conversión del mismo por parte de Janson, quizás el resultado final hubiera sido un justo empate en cero.
En el medio, la dupla que le rindió a Saralegui: Pico y pala con su volante centro de corte y un Perlaza inexpresivo que no logró aportar su técnica en los pocos espacios que dejó la presión de los volantes de Vélez. Por los extremos, Álvarez sigue siendo el que vino, pero no llegó de Banfield, mientras Ibáñez, uno de los debutantes, solo pudo demostrar posicionalmente cuál es su sitio táctico más que la influencia concreta durante el juego en la templada noche de Maldonado.
Arriba está pendiente todo. Troncoso con las ganas de la juventud, movilidad y algunos gestos técnicos apenas interesantes pudo combinar movimientos con el uruguayo Neris, quien en su presentación dejó algunos salpicones de la estirpe charrúa de ir a todas y por todas, de no esquivarle a la lucha física más la obsesión que empuja a cualquier goleador por marcar.
El segundo tiempo nos hizo testigos de la vuelta de Cristian Vega tras nueve meses de su lesión, la continuidad ingrávida de Julián Chicco como volante central suplente, las chispas del pibe Taborda por el carril izquierdo cuando ingresó por Ibáñez y el ingreso para su primer partido de Jorge Benítez, quien llegó, firmó, se cambió y entró, algo que se notó con el partido muy desarrollado y su figura al ritmo de quien atoró los tiempos para arrancar y nada más.
Ensambles básicos, detalles forzados, intensidad y mucho compromiso, acaso una simple muestra de donde está parado el nuevo Colón que recién ha iniciado su viaje hacia todo lo que está por venir: más amistosos, partidos en la Serie Río de la Plata y una temporada que lo espera con la exigencia de recuperar identidad, personalidad de equipo y protagonismo.
Wanchope, el Pulga y tres refuerzos más
A este equipo le falta Wanchope Ábila, que aún está al 50% de su preparación, tal cual lo expresó el entrenador luego del partido, además de especular con su presencia en el encuentro ante Nacional el próximo sábado. Se verá después con quién decidirá acompañarlo Saralegui en el esquema 4-4-2. Otro aspecto indisimulable que se notó nítidamente entre las necesidades del cuadro sabalero, es la ausencia de un conductor. Al decir esto uno no puede dejar de pensar en el “Pulga” Rodríguez que está separado de hecho bajo techo, fuera de la cabeza del entrenador, metido en un rencor íntimo con la directiva, conflicto que como casi todos los de este tipo no le suma a nadie y perjudica a todos.
Tres refuerzos mínimamente reconoció el director técnico oriental aún tienen que llegar, tanto para la defensa como para el medio campo. Especialmente, un jugador que le pueda dar valor agregado a la construcción de juego – caso Alan Soñora – libre de Independiente, adquisición que de lograr concretarse, sin dudas sería sumar conceptualmente un futbolista diferencial en un equipo al que le hacen falta esas “cositas” distintas que le aportan los jugadores distintos, algo que como está la cuestión actualmente ya no podría esperar Colón -al menos en los primeros tiempos del certamen- del talentoso atacante tucumano.
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