3I/ATLAS intriga al mundo: 5 comportamientos del cometa interestelar que se dirige a la tierra a una velocidad sorprendente
El cometa 3I/ATLAS volvió a sorprender a los astrónomos con nuevos comportamientos que podrían cambiar lo que sabemos sobre los visitantes interestelares.
Catalogado como uno de los cuerpos más antiguos del universo, el 3I/ATLAS presenta una composición inusual con muy poca agua y una misteriosa “cola invertida” que ha sorprendido a los astrónomos
El cometa interestelar 3I/ATLAS sigue sorprendiendo a los astrónomos con una serie de anomalías que parecen salidas de una película de ciencia ficción. Algunos creen que podría ser un artefacto tecnológico; la mayoría de los científicos, sin embargo, sostiene que se trata de un cometa natural con características únicas.
3I/ATLAS: un visitante de otro sistema estelar
Descubierto el 1° de julio de 2025 por el sistema de vigilancia ATLAS en Chile, 3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar confirmado que ingresa a nuestro sistema solar, después de 1I/‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). Su trayectoria hiperbólica —es decir, no ligada al Sol— demuestra que viene de afuera y que, tras su paso, seguirá viaje por la galaxia.
Desde su hallazgo, se registraron comportamientos que no encajan con los cometas que conocemos: cambios bruscos de brillo y color, aceleración sin causa gravitatoria, una doble cola, poca presencia de agua y hasta una coincidencia en su punto de origen con la zona de la famosa señal de radio “Wow!”.
El físico Avi Loeb, de Harvard, volvió a poner sobre la mesa la hipótesis de que 3I/ATLAS podría tener un origen tecnológico. Pero el resto de la comunidad científica prefiere mantener los pies en la Tierra (o mejor dicho, en la ciencia): cada una de esas rarezas puede explicarse dentro del marco natural.
Avi Loeb, Harvard, tiene la hipótesis de que el asteroide 3I/Atlas sería una nave espacial alienígena
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Cinco comportamientos rarísimos del cometa 3I/ATLAS
1. Brilló de golpe y se volvió azul al acercarse al Sol
Cuando se acercó al Sol, 3I/ATLAS aumentó su brillo de manera abrupta y adquirió un tono azulado. Para quienes creen en la hipótesis tecnológica, eso fue como ver un “motor encenderse”.
Qué dice la ciencia: el aumento de brillo en los cometas suele deberse a la fragmentación o a una erupción del material superficial por efecto del calor solar. Al romperse, libera polvo y gas que dispersan la luz. El tono azul se explica porque ese polvo refleja con más fuerza las longitudes de onda cortas.
En resumen: un estallido natural, no un encendido de motores.
2. Una aceleración que la gravedad no explica
Los astrónomos notaron que el objeto cambió levemente de rumbo sin una causa gravitatoria clara. La NASA confirmó que 3I/ATLAS se aceleró más de lo previsto.
Hipótesis natural: los cometas pueden desviarse porque al sublimarse sus hielos generan chorros de gas que empujan el núcleo como pequeños propulsores. En este caso, la aceleración fue mayor de lo que se esperaba según la cantidad de gas visible, pero los científicos creen que hay emisiones de partículas tan finas que los instrumentos no pudieron detectarlas, igual que pasó con ‘Oumuamua.
3. Tiene muy poca agua (y mucho CO)
Los análisis indican que su cola contiene apenas un 4 % de agua, frente al 80 % típico de otros cometas. A simple vista, eso parecería confirmar que no es un cometa común.
Explicación científica: no todos los cuerpos congelados tienen la misma mezcla de hielos. En el caso de 3I/ATLAS, el James Webb Space Telescope detectó que está dominado por dióxido de carbono, lo que sugiere que se formó en un entorno muy distinto al del sistema solar. En el espacio interestelar, la radiación cósmica puede haber transformado gran parte del agua en otros compuestos.
4. Su doble cola confundió a todos
3I/ATLAS mostró una cola tradicional (de gas y polvo que apunta en dirección opuesta al Sol) y otra que parecía ir justo hacia el Sol, una “anticola”.
Qué pasa ahí: este fenómeno ya se observó en otros cometas raros. Se produce cuando las partículas más grandes, menos afectadas por la presión de la luz solar, quedan agrupadas delante del cometa, creando la ilusión de una cola invertida. No hay misterio: sólo física cometaria poco común.
5. Viene del mismo sector del cielo que la señal “Wow!”
En 1977, una antena en Ohio captó una señal de radio muy fuerte, conocida como “Wow!”, que algunos interpretaron como posible mensaje extraterrestre. Curiosamente, 3I/ATLAS parece provenir de una zona cercana a esa región del cielo.
Qué dice la ciencia: la coincidencia es mínima y no implica relación alguna. Investigaciones más recientes sostienen que la señal “Wow!” fue causada por emisiones naturales amplificadas por nubes de hidrógeno. Así que, por ahora, no hay motivo para pensar que el cometa y aquella señal estén conectados.
El 3I/ATLAS es un objeto interestelar descubierto desde el pasado 1 de julio y ha desatado múltiples especulaciones debido a su excentricidad.
El 3I/ATLAS es un objeto interestelar descubierto desde el pasado 1 de julio y ha desatado múltiples especulaciones debido a su excentricidad.
Por qué gana la hipótesis de que 3I/ATLAS es de origen natural
La ciencia se rige por el principio de parsimonia: cuando hay varias explicaciones posibles, la más simple (y con menos supuestos) suele ser la correcta. Pensar que 3I/ATLAS es un cometa con composición rara requiere menos pasos que imaginar una nave alienígena cruzando el sistema solar.
Además, todo encaja con lo que esperaríamos de un cuerpo formado en otro sistema estelar y expuesto a miles de millones de años de radiación cósmica. En ese contexto, sus “rarezas” dejan de parecer tan extrañas.
Detectan en el cometa 3IATLAS una señal de radio ¿qué significa
El telescopio sudafricano MeerKAT captó líneas de absorción de hidroxilo (OH) en el cometa 3I/ATLAS, el visitante de otro sistema estelar que acaba de rozar el Sol.
Qué se viene ahora
3I/ATLAS pasó su punto más cercano al Sol a fines de octubre de 2025 y seguirá visible hasta diciembre, cuando se acerque más a la Tierra. Será entonces cuando los telescopios terrestres y espaciales puedan obtener más datos sobre su composición y comportamiento.
Si algo queda claro, es que este cometa seguirá dando que hablar. Por ahora, la ciencia mantiene la hipótesis tecnológica como una curiosidad estadística, no como una explicación seria. Pero, como siempre, habrá que esperar a lo que digan los próximos resultados.
3I/ATLAS es diferente, sí. Pero diferente no significa artificial. Es el reflejo de cómo la naturaleza, incluso más allá de nuestro sistema solar, todavía guarda formas que no entendemos del todo.