La astrología, tanto occidental como la védica (hindú), ha considerado desde la antigüedad la asociación de los 12 signos del zodíaco con los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, tierra, aire y agua. Estos elementos conforman la estructura esencial de la vida y cada uno aporta facultades y desafíos para el ser humano.
Los 12 signos del zodíaco se subdividen por elementos. Es así que habrá tres signos de fuego, otros tres de tierra, tres más de aire y los restantes de agua.
Siempre desde la perspectiva astrológica, todos poseemos los cuatro elementos latentes, algunos de ellos más o menos exaltados en nuestra carta natal. El signo del zodíaco nos puede dar una primera pauta –aunque no la única- del elemento que predomina en nuestras vidas.
¿A qué elemento pertenece cada signo del zodíaco?
Signos de fuego: Aries, Leo y Sagitario. El fuego representa el impulso, el llamado a la acción. Es la chispa que da comienzo a las cosas. Está asociado a la vitalidad, al corazón y al deseo. Cada signo tendrá una forma de expresar ese elemento de una manera diferente. Aries va al frente de batalla sea cual fuere del desafío; Leo es fortaleza y pasión, y Sagitario es el fuego que guía.
Cuando está desbalanceado este elemento, las personas pueden caer en actitudes demasiado impulsivas, agresivas o tiranas, o puede haber una exaltación del ego.
Cuando hay una buena canalización del fuego, aparece la capacidad para el liderazgo y la acción o la toma de decisiones, por ejemplo.
Signos de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. La tierra representa la estabilidad y firmeza, lo corpóreo, es la conexión con la materia, la alimentación, la naturaleza, lo sensorial. También alude a los procesos. Tauro se conecta con los sentidos, Virgo tiene el sentido práctico que aporta la materia, lo concreto; y Capricornio se caracteriza por sostener, estructurar y planificar.
Cuando está en desequilibrio, puede aparecer una tendencia a ser posesivos, materialistas, sedentarios o temerosos de los cambios. Pero cuando la energía de tierra está equilibrada, las personas logran transformarse en grandes sostenedoras, pueden bajar a tierra las ideas con facilidad y darles formas, cultivan vínculos sólidos y estables.
Signos de Aire: Géminis, Libra y Acuario. El aire se asocia con las ideas, los pensamientos, la palabra, lo etéreo o volátil. Es el cambio, los vínculos, el intercambio entre personas, el dar y recibir, el compartir. Géminis indaga, es curioso y ágil mentalmente. Libra es un mundo de relaciones, el aprender a reconocer al otro; y Acuario es innovación, originalidad y libertad.
Si el elemento aire está desbalanceado, es probable que a las personas les cueste bajar las ideas o tiendan a divagar, pueden ser muy desapegadas o mantener relaciones muy livianas o superficiales. En cambio, si está equilibrado se potencia la creatividad, adquiere valor la conexión con la sociedad en pos de un objetivo superior, y toma relevancia el valor de la palabra.
Signos de agua: Cáncer, Escorpio y Piscis. El agua alude al mundo emocional, sensible e intuitivo del ser humano. Representa la memoria, el inconsciente, el refugio sutil. Cáncer es la calidez de los vínculos más cercanos, Escorpio bucea en las profundidades del ser humano y Piscis es el útero, es la matriz, el inconsciente más colectivo que engloba a la humanidad.
Si el agua presenta algún desequilibrio, quizás las personas tiendan a encerrarse o se conecten con su costado más dark. Pero si hay un buen balance de este elemento, explorarán sentimientos de cooperación, solidaridad, contención y empatía para con los demás.
A través de la carta natal podremos observar cuál o cuáles son nuestros elementos dominantes y qué energías necesitaremos integrar para lograr un equilibrio entre ellas, conectando así con sus aspectos más positivos y estimulantes.
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