Tecnología de precisión: cómo se implementó la siembra aérea de vicia
En la última campaña, se realizó un ensayo para evaluar la eficiencia de la siembra de Vicia villosa con drones en un lote de maíz próximo a cosecharse. Mediante ese trabajo se logró un 96% de germinación y se pudo adelantar la implantación del cultivo de cobertura en 15 días.
“El productor tenía que esperar a cosechar el maíz para manejar los rastrojos y recién ahí sembrar el cultivo de cobertura. Ahora, con el dron, puede sembrar antes y ganar tiempo para que la vicia se desarrolle mejor”, explicó a AIRE Agro Melisa Defagot, coordinadora del módulo periurbano del INTA Marcos Juárez.
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La siembra se realizó el 13 de abril de 2025 con un dron DJI Agras T50, equipado con tanque de sólidos, sobre un lote de maíz en estado de madurez. Se sembraron 7,29 hectáreas de Vicia villosa variedad Ascasubi INTA a una tasa real de 31,5 kg por hectárea.
El uso de tanque de sólidos también fue una innovación en el ensayo, puesto que si bien en 2024 se calculaba que el 58% de los drones agrícolas en Argentina ya tenían estos equipos incorporados, solo se utilizaron en el 7% de la superficie sembrada del país.
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La vicia villosa puede generar un aporte de hasta 150 kilos de nitrógeno por hectárea, disminuyendo la necesidad de fertilización química.
Cultivos de cobertura y siembra con drones: nueva etapa en la agricultura argentina
En cuanto a los resultados del ensayo, a los 7 días de la siembra se verificó la emergencia del cultivo y, a los 25 días, se observó visualmente una buena implantación y cobertura. Esta práctica no dependió del estado del suelo ni del estadio del cultivo implantado, y permitió una fecha temprana de siembra, clave para lograr una mayor biomasa y control efectivo de malezas.
Gracias a esta técnica, la vicia alcanzó un mayor desarrollo fenológico y mejoró su capacidad para competir con malezas, sin necesidad de usar herbicidas. “La vicia es nuestro caballito de batalla. Venimos trabajando con siembra directa, con el sistema Alpina y ahora con dron, y estamos teniendo muy buenos resultados”, detalló la ingeniera.
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Además de mejorar la cobertura del suelo y reducir la presión de malezas, estos cultivos aportan nitrógeno disponible para el maíz: con más de 6.000 kilos de materia seca por hectárea, se puede lograr un aporte de hasta 150 kilos de nitrógeno por hectárea, disminuyendo la necesidad de fertilización química.
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Mediante ese trabajo se logró un 96% de germinación y se pudo adelantar la implantación del cultivo de cobertura en 15 días,
Reducción de productos fitosanitarios: innovación tecnológica en el campo
Este tipo de experiencias forma parte de un trabajo que el INTA desarrolla desde 2011 en zonas lindantes a la ciudad, donde producir implica desafíos específicos. El módulo productivo periurbano involucra 35 hectáreas, donde se realizan ensayos para apuntalar el diseño de tecnologías de proceso y rotaciones con cultivos estivales y de cobertura, y lograr una mayor eficiencia en manejo de pasturas consociadas y una reducción del uso de agroquímicos, además de la plantación de cortinas forestales, en sintonía con las normativas municipales.
Estas prácticas se ajustan al marco legal vigente en Córdoba, que impone restricciones estrictas al uso de productos fitosanitarios en zonas próximas a los centros urbanos. La Ley Provincial 9164 regula la comercialización, transporte, almacenamiento y aplicación de estos productos. Establece que toda aplicación debe realizarse con receta fitosanitaria emitida por un ingeniero agrónomo habilitado, bajo condiciones climáticas adecuadas y siguiendo las Buenas Prácticas Agrícolas. Además, obliga a registrar cada intervención y a gestionar adecuadamente los envases vacíos, prohibiendo su reutilización o descarte inapropiado.
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Además de los drones, incorporaron el sistema neumático de aplicación de fertilizantes y semillas denominado Altina, que se destaca por su precisión y uniformidad.
Ensayo del INTA Marcos Juárez: eficiencia y sustentabilidad en la siembra
En Marcos Juárez, la Ordenanza Municipal 2446 adhiere a esta ley y establece zonas de resguardo con prohibiciones específicas: impide la aplicación aérea de fitosanitarios en un radio de 1.500 metros desde el límite urbano, y restringe la aplicación terrestre de productos de alta toxicidad (clases Ia, Ib y II) en un radio de 500 metros. También exige la supervisión de un ingeniero agrónomo y la notificación previa al municipio para cada intervención.
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“La problemática tiene que ver con la cercanía a la ciudad y la generación de prácticas que no son amigables con el ambiente y la salud de las personas”, explicó Defagot. En ese sentido, a través de los ensayos buscan difundir modelos de producción que no generen deriva de fitosanitarios ni afecten a las poblaciones vecinas.
Además de los drones, incorporaron el sistema neumático de aplicación de fertilizantes y semillas denominado Altina, que se destaca por su precisión y uniformidad, en línea con la agricultura de precisión. Esta tecnología permite evitar el uso de maquinaria pesada en el lote y conservar mejor la estructura del suelo.
Los buenos resultados ya despiertan el interés de productores, que comenzaron a contratar servicios de siembra y fertilización de cultivos de cobertura. “Dentro de 10 días vamos a hacer una siembra de trigo con el mismo dron que sembró la vicia, en un lote periurbano de Marcos Juárez, en el marco de un convenio con la empresa DyE”, anticipó Defagot.