Córdoba: confirman el hallazgo de restos humanos en La Perla, el mayor centro clandestino de detención del interior del país
Juan Nóbile, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, habló en AIRE sobre el hallazgo de restos óseos humanos en dos zonas del ex centro clandestino La Perla, uno de los mayores espacios de detención ilegal de la última dictadura.
El ex centro clandestino de detención La Perla, ubicado a 12 kilómetros de la ciudad de Córdoba, volvió a ser escenario de una búsqueda central para la reconstrucción de memoria histórica.
El ex centro clandestino de detención La Perla, ubicado a 12 kilómetros de la ciudad de Córdoba, volvió a ser escenario de una búsqueda central para la reconstrucción de memoria histórica. Funcionó entre 1976 y 1978, durante la última dictadura militar, y fue el mayor centro clandestino del interior del país: se estima que por allí pasaron entre 2.200 y 2.500 personas.
Hoy, convertido en Espacio para la Memoria, sigue siendo excavado en busca de respuestas. Este jueves, en diálogo con AIRE, Juan Nóbile, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), habló sobre el hallazgo de restos óseos humanos en dos sectores del predio. Las tareas se realizaron por pedido del Juzgado Federal N.º 3 de Córdoba.
Una excavación de grandes dimensiones, en todo sentido
“Este trabajo se inscribe dentro de las excavaciones de centros clandestinos de detención en predios de las Fuerzas Armadas”, explicó Nóbile. Recordó que La Perla ya tenía denuncias históricas sobre inhumaciones clandestinas y que, desde mediados de los 2000, comenzaron distintas campañas de búsqueda.
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En esta etapa, el EAAF superó los 10 kilómetros de trincheras, un método de prospección arqueológica que permite identificar alteraciones en el suelo.
“Desde 2004, 2005 se hicieron algunas excavaciones de predios muy grandes, y elementos permitieron detectar un área de interés de 6 kilómetros cuadrados. A partir de ahí se comenzaron las búsquedas, revisiones de suelo, y se hallaron restos óseos humanos que posiblemente podrían pertenecer a víctimas del terrorismo de Estado”.
En el caso de La Perla, el hallazgo reaviva esa expectativa: “Es importante es que se han hallado, en un lugar de grandes dimensiones, restos que a futuro van a dar identidad y posibilidad de devolución a sus familiares”, afirmó.
Sobre la metodología de trabajo, Nóbile detalló: "Hacemos trincheras con retroexcavadoras que permiten ver remociones de tierra en el subsuelo. Una vez que detectamos una alteración, comenzamos el trabajo manual, donde excavamos con elementos finos".
Según explicó, la documentación es minuciosa: “Damos cuenta al juzgado de cómo aparecieron los huesos. Tenemos que tener todo el mapeo tridimensional, registrado con fotografías”.
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El EAAF nació en 1984 a pedido del colectivo de familiares de personas desaparecidas. Nóbile remarcó el doble rol que sostienen desde entonces: “Este trabajo tiene varios pilares, uno es el humanitario: todas las familias quieren los restos. Y, paralelamente, aportamos a la justicia".
Finalizada la etapa arqueológica, se inicia un proceso técnico que puede llevar meses o años, pero que es fundamental para llegar a una identificación.
“Una vez que se completa la excavación, los restos son trasladados al laboratorio del EAAF. Allí se extrae información bioantropológica y luego se realiza un análisis genético”, explicó. El material biológico es comparado con un banco nacional genético que reúne muestras de familiares de personas desaparecidas entre 1975 y 1983.
“Cuando hay coincidencias, estamos ante una identificación. Eso se informa, de manera paralela, al juzgado y a la familia”, precisó Nóbile.
El hallazgo en La Perla vuelve a poner en el centro una búsqueda que persiste desde hace casi cincuenta años. Cada resto recuperado es una posibilidad de verdad, justicia y reparación. "Somos una ONG", cerró Nóbile, destacando la indepencia del trabajo del EAAF.
