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El 3 de octubre, el trabajador del hospital realizó una transferencia bancaria como parte de un pago institucional, pero tardó ocho días en notar que el dinero no había llegado al proveedor correcto. Alarmado por la situación, denunció lo ocurrido en el Ministerio Público Fiscal, lo que desató una investigación urgente.
La fiscalía descubrió que, para cuando lograron localizar al beneficiario del error, en su cuenta solo quedaban $150.000. Durante el allanamiento ordenado por el Juez de Garantías Ives Bastian, secuestraron seis celulares, dos notebooks, $427.300 en efectivo y un Chevrolet Celta, además de boletos de compra-venta del vehículo.
De acuerdo con las investigaciones, el hombre habría usado parte del dinero para adquirir el auto y enviar transferencias a familiares. Sin embargo, al momento del embargo bancario solicitado por la fiscalía, los fondos originales ya no estaban disponibles.
El hombre, cuya identidad no fue revelada, podría enfrentar cargos por apropiación indebida si la Justicia determina que actuó de manera fraudulenta al utilizar el dinero que sabía que no le pertenecía. La fiscalía continúa trabajando en el caso para esclarecer todos los movimientos financieros realizados tras recibir la transferencia.
