Confitería del Molino, un lugar histórico de la Ciudad de Buenos Aires
A pesar de su importancia en la historia de la ciudad, El Molino enfrentó tiempos difíciles en la década del 90, lo que derivó en el cierre de sus puertas en 1997. El abandono y el deterioro afectaron su esplendor original hasta que, en 2004, el edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional, impulsando un largo proceso de restauración.
En 2018, la Comisión Administradora del Edificio del Molino tomó posesión del inmueble y comenzó los trabajos de recuperación. Las primeras tareas se enfocaron en la consolidación estructural del edificio.
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Dentro del principal salón del Edificio El Molino fue escenario de numerosas celebraciones en la época dorada de la ciudad. En el centro se encuentra un vitral
La restauración no solo buscó la estabilidad estructural, sino también recuperar sus detalles únicos. Se trabajó minuciosamente en la restauración de maderas, metales y ornamentos originales, replicando piezas faltantes para devolverle su esplendor inicial.
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La cúpula de la confitería fue restaurada gracias a imágenes aportadas por vecinos.
Tras años de abandono y falta de mantenimiento, e incluso décadas de uso como local de comida rápida, la Confitería del Molino renace. Este minucioso y apasionado proceso de restauración permite que este edificio, de alto valor patrimonial, vuelva a abrir sus puertas al público.
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Además, la restauración incluyó la recuperación de las luminarias originales del salón planta baja.
La reapertura de este edificio ofrece a los visitantes una experiencia única que combina historia, arquitectura y tradición porteña. Cada rincón de El Molino transporta a los visitantes a una época de esplendor y refinamiento que sigue viva en este emblemático espacio.