"¿Cómo no te conocí antes?" Es la pregunta que muchos enamorados se hacen una vez encuentran a su pareja ideal. Especialmente, si viven en la misma ciudad e incluso coinciden en gustos, planes o pasatiempos.
Resulta que siguiendo unos fáciles pasos , Google puede mostrar cuántas veces estas personas se cruzaron antes, a partir de la información de sus dispositivos vinculados a una cuenta de Google.
El proceso fue descubierto por Channon Perry y su pareja Dan, quienes llevaban más de cinco años viviendo en la misma ciudad y yendo a la misma universidad, pero solo se conocieron cuando ambos se unieron a la misma aplicación de citas.
Teniendo en cuenta que Perry es analista de datos, encontró si ya había coincidido previamente con su novio.
Para determinar cuántas veces se cruzaron, utilizaron la herramienta de geolocalización de Google y consultaron el historial, junto a un exhaustivo mapa que indica los lugares donde han estado.
¿Cómo saberlo?
Inicialmente, debe solicitar y descargar los datos a través de Google Takeout, esta es la herramienta de Google que permite extraer esta información para poder trabajar con ellos directamente.
Cuando los tenga, podrá ver que Google Maps unos archivos JSON, que contienen detalles sobre los tiempos proveen y las permanecerán de cada fecha.
Una vez hecho esto, debe marcar la precisión buscada, en este caso la pareja se rastreó un radio de 111 metros, para conseguir una buena calidad de cercanía.
Defina el lapso de tiempo, en este caso fue en 2015, cuando se mudaron a Ciudad del Cabo. Ahora, limitaron el tiempo mínimo que debería estar en cada zona, 10 minutos, para empezar con los registros.
Como resultado, la pareja encontró que hubo 2.729 coordenadas con puntos prácticamente idénticos entre los dos, de los cuales 41 fueron dentro de la universidad y ocho en la cafetería de la institución.
Por su parte, Channon indicó que es probable que se hayan cruzado cada dos semanas durante tres años.
“Medir el comportamiento humano”
Channon asegura que decidió dedicarse a la ciencia de datos luego de estudiar psicología y sociología, y descubrir que lo que más le atraía es medir el comportamiento humano.
Es cierto que producimos una gran cantidad de datos y que las buenas prácticas ayudarían a tomar beneficios de los grandes volúmenes de información. Sin embargo, en el “mundo real” no siempre se manifiestan esas ventajas.
“Creo que en el mundo lo que ha sucedido es que los grandes datos han sido envueltos en un muro matemático de alta tecnología detrás de conceptos abstractos y lenguajes de codificación a los que no se puede acceder sin un poco de aprendizaje primero”, señala Channon al respecto.
La especialista, una nómada que vivió en Arabia Saudita, Angola y Tanzania, para regresar a su Sudáfrica natal; también aborda la problemática de los datos y la privacidad. ¿Cuán saludable es que la información que generamos esté en manos de las corporaciones? ¿Se hace un uso responsable de esos datos? Según Channon, “es muy importante obtener el consentimiento informado de todos los participantes al igual que los estándares éticos defendidos en la investigación académica”.
“Espero que cada vez más personas puedan tomar más posesión de sus propios datos al encontrar valor en él por sí mismos. Esto significa comenzar por revisar la configuración de privacidad en sus dispositivos y cuentas”, aconseja la experta en data science y cierra con un aspecto revolucionario. “Quizá los servicios que recopilan datos deban comenzar a pagarnos por ellos”.
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