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Sociedad 8M 2022 | Día Internacional de la Mujer | Nairobi

Ser la puta ama

Ser la puta ama implica hacerse cargo de los sueños y los desafíos, comprometerse y liderar los proyectos y dejar de pensar las excusas para el no y encontrar las razones para el sí.

Esta expresión española se popularizó a partir del personaje de Nairobi (interpretado por la actriz Alba Villa) en La Casa de Papel. Debo reconocer que no vi la serie completa, ¡pero lo de ser la puta ama me encanta!

Porque me encanta, me dedico a acompañar equipos, organizaciones, emprendedores y empresarios en el desafiante camino de ser los putos amos, los líderes de sus proyectos, de sus ideas, de sus vidas. Y les soy honesta: es un camino duro hacernos cargo de nuestra realidad y además transformarla.

No hace falta mucho para entender de qué se trata, pero por las dudas: ser la puta ama quiere decir ser la mejor en algo, ser la “dueña y señora”, la jefa, la líder. Y no una más, sino la más potente y poderosa.

“Hola profesor, a partir de ahora estoy al mando yo, empieza el matriarcado”. Así se hace cargo Nairobi en la serie y desde allí describe de mil maneras y desde varias aristas lo que implica ser la puta ama.

Ser la puta ama es elegir y hacernos cargo de nuestras elecciones.

“Desde que nos hemos juntado, que estas "chucuchun chucuchun", con la lavadora de la culpa… Eres libre, eres libre de irte de fiesta, eres libre de irte de una isla y libre de irte del planeta, si te apetece”.

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"Ser la puta ama", es mucho más que un eslogan que lanza un personaje de una serie de Netflix. En realidad, implica hacerse cargo de los sueños, los desafíos y estar en control de tu propia vida.

"Ser la puta ama", es mucho más que un eslogan que lanza un personaje de una serie de Netflix. En realidad, implica hacerse cargo de los sueños, los desafíos y estar en control de tu propia vida.

Elegimos todo el tiempo. Incluso cuando no estamos dispuestos a tomar una decisión, estamos eligiendo quedarnos a merced de las decisiones de otros. Entonces, aceptemos las consecuencias. Lo mismo pasa cuando no nos implicamos y esperamos que los demás resuelvan, cuando vemos que el mismo problema o dificultad se presenta una y otra vez y no hacemos nada para cambiarlo; ahí también estamos eligiendo.

Para ser la puta ama debés conocer tu potencial, tus dolores y debilidades, aceptarte y estar dispuesta a que te juzguen, a que piensen o digan que no eres correcta, a quedar mal con alguien o a equivocarte. “¡Queréte más! Que la próxima vez que te diga bum bum, tú le dices que chao, y que bum bum a la loma del ort…”.

También tenés que ser profesional. Lo que no sabés lo aprendes; lo que no tenés, lo conseguís, lo buscás. Poder estar enfocados, no detenernos nunca. “Las máquinas funcionando las 24 horas… chiquibum, chiquibum chiquibum, cada vez que paramos, perdemos medio millón, así que no vamos a parar”.

Y humanas, generarnos los espacios para reconocer nuestro sentir y vivir y estar dispuestas a decirlo y actuarlo. “Gelsi, ¡te quiero! Te quiero tanto que tendría una familia contigo. Lo ves, esto es valor, lo siento, lo digo”.

Estar dispuestas a hacer todo, para llegar a donde queremos ir. Esforzarnos para que nos vaya bien, dejar de pensar en las excusas para el no y encontrar las motivaciones para el sí. “Se necesita más valor para el amor que para la guerra”.

Ser creativas, usar las cosas a nuestro favor. “Estamos obligados a permanecer juntos aquí unos días, bueno a partir de ahora ustedes nos protegerán a nosotros y nosotros a ustedes, ¡maravilla!”.

Siempre con actitud positiva, disfrutando el proceso. “Que contenta me tienes, venga señores, que pin que pan que pin que pan, con alegría ¡Y a ganarse el bocata, vamos!”.

Creer y confiar “porque a nosotros eso no nos va a pasar, porque nosotros ¿qué somos?, ¡los putos amos! ¿Qué somos? ¡Los putos amos! ¡Ahora sí! ¡Arriba las lanzas!”.

Poner límites, decir que no, ocupar nuestro lugar y hacerlo respetar. “A mí no me hablas así, aquí dentro de este taller yo soy tu jefa”.

Sabernos vulnerables. “¿Tenéis miedo? Yo también tengo miedo. ¿Sabéis lo que daba miedo? Volver a casa de noche sola”.

Y fuertes también. “Vosotros sois soldadores, los tíos más duros que he conocido en mi puta vida, mis chicos de oro”.

Estar dispuestas a hacer todo, para llegar a donde queremos ir. Esforzarnos para que nos vaya bien, dejar de pensar en las excusas para el no y encontrar las motivaciones para el sí. “Se necesita más valor para el amor que para la guerra”.

Y seguir adelante. El proceso no termina nunca y cada vez es diferente. Nos toca en casa, en el trabajo, en la calle y en la sociedad, siempre con nuevos desafíos. Si empezamos hoy, mañana tendremos más práctica en esto de ser la puta ama. Y siempre va a estar el miedo. El miedo a fallar, a reventarla, a quedar afuera, a perder, a hacer el ridículo. “Y entonces una coge al miedo de la mano y a seguir viviendo, porque ¡hay que vivir señores! ¡Hay que vivir hasta el final!

Nota de redacción: la ingeniera Virginia Bonaglia es directiva del Grupo Nexus.