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Sociedad deporte | Monte Vera | discapacidad

Deporte adaptado: una plaza en Monte Vera donde se produce la "magia" del amor

Ante un golpe de la vida siempre tenemos dos opciones: quedarnos en el sufrimiento o buscar la luz y encontrar la paz. Marcelo eligió la segunda y de ello habla en esta nota.

En pandemia, el “Chelo” Singuene, como todos lo llaman, pierde a sus padres durante la pandemia y queda sumido en una profunda tristeza. Para salir del sufrimiento se aferró a su pasión de siempre: enseñar a niños con discapacidad. Así nace Deporte Adaptado Santa Fe.

Son un grupo de profesores de educación física que trabajan en forma voluntaria desde hace dos años. Todos los sábados se reúnen en la Plaza Municipal ante la comunidad. Las disciplinas que realizan son lanzamiento de bala para niños en silla de ruedas y salto en largo. El grupo se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan de diversas localidades. Tienen discapacidad motriz, visual, parálisis cerebral y ceguera.

“Decidimos unirnos para poder desarrollar el deporte, la recreación y la sociabilización de los niños con discapacidad. Surgimos por una carencia de propuestas en la ciudad y hacemos cumplir el derecho a la recreación, la participación en eventos y la apropiación de espacios públicos. Nos juntamos en la plaza para ser 100% visibles y transparentes”, relata Marcelo.

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Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

De muy joven hizo un voluntariado en natación terapéutica en Cilsa. Esa experiencia lo marcó porque venía de una idea del cuerpo muy distinta. Trabajó en todas las áreas: rehabilitación, terapia, deporte y recreación.

“Creo firmemente que ellos pueden hacer mucho más de lo que están acostumbrados. Al tratarlos como iguales, con las mismas posibilidades, logramos grandes avances” afirma Chelo.

Formar, escuchar y amar

Al grupo inicial de cuatro profesores y una voluntaria que sabe mucho de rehabilitación, se sumaron otros que donan su tiempo para grabar y editar un video, sacar fotos, preparar un mate cocido a mitad de mañana y acompañar cuando pueden.

La tarea trasciende el deporte, porque además de formar personas y adultos responsables, los niños les cuentan sus cosas y confían en ellos.

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Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

“Pusimos el cupo de 25 alumnos” aclara Marcelo; “pero nuestro objetivo es conseguir de las instituciones del estado algún apoyo económico, sobre todo para el mantenimiento de las sillas de competencia y la compra de materiales específicos. Hasta el momento nos dimos maña para construir algunos elementos. La gente colabora desinteresadamente y así se armó una red que no sabemos hasta donde llegará”.

Sábados de disfrute

Esta asociación, con fines deportivos y sociales, tiene el poder de transformar y esa es su mayor fortaleza. “Ninguno de los niños que llegó a nosotros se fue igual. Durante la semana vamos y venimos con nuestras actividades, pero el sábado a la mañana, no importa a la hora que nos acostamos, sentimos una gran energía. Lo sienten también quienes nos ven en la plaza. Es pasión, es disfrute, no encuentro palabras para definir lo que sucede”.

Algunos alumnos tienen una carrera en lo deportivo y cuando ven a los profes enseñando una técnica a un niño ciego, llevan de la mano a otro (sin que nadie se lo pida) y explican lo mismo que le explicaron a ellos. “Estos actos nos dan la tranquilidad de que, el día de mañana, alguien va a quedar con este legado” agrega el Chelo con emoción.

“Tenemos el caso de un chico con parálisis cerebral que tiene afectadas las piernas y no quería salir de su casa. Hoy sueña con estudiar educación física. No hay dinero que pague la gratificación que sentimos.

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Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Otro niño venía con una silla de ruedas muy deteriorada. Hicimos una gran movida solidaria y conseguimos una mejor que le cambió la vida. No hacemos asistencialismo, salvo en casos puntuales. Los chicos van porque se sienten contenidos y escuchados, les dedicamos tiempo y cariño sincero. Llegan con la cara mirando el piso y la postura encorvada y luego de tres horas de entrenamiento, se van con el pecho en alto y contentos. En esos momentos es cuando uno dice bueno, hemos logrado muchísimo”.

Este joven sensible y lleno de sueños, se ilumina cuando se imagina trabajando en un espacio físico propio techado para no suspender el entrenamiento los días de lluvia. “Estamos tramitando la personería jurídica y eso nos va a habilitar muchas cosas. Si habría políticas públicas para todos, no estaríamos haciendo lo que hacemos. Mientras tanto, seguimos golpeando puertas e involucrando a las comunas y municipios de donde son los chicos para conseguir algún apoyo”.

Y la plaza cobra vida

A las 9.30 llega cargada una traffic adaptada que repartió la Nación hace algunos años. También los profes traen chicos en sus autos. En esta obra todos aprenden. “Días atrás un hombre, al que por su diabetes le amputaron las piernas, les dio una charla a los chicos. El mensaje fue que no importa tanto lo que nos pasa en la vida, sino con qué actitud lo abordamos y que hacemos con ello”.

Con Deporte Adaptado, Marcelo confiesa que es más lo que recibe, que lo que da. “Nos gratifica ver a las madres tomando mate o caminando tranquilas mientras dejan a su hijo. Padres que ahorran centavos para llegar en un taxi porque no tienen cómo llevar la silla desde Santa Fe. Actualmente, una vecina nos permite guardar los elementos en su casa y así todos colaboran”.

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Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Deporte Adaptado Santa Fe se compone de 25 alumnos de entre 9 y 25 años que llegan a Monte Vera desde diversas localidades.

Gracias a la ayuda recibida, el mes pasado viajaron 6 chicos con sus profes a San Luis. Participaron de una concentración de la Selección Argentina juvenil de personas con discapacidad. Allí les corrigen las técnicas a deportistas y profesores, hacen un seguimiento durante el año y comparan los tiempos en próximas concentraciones. No compiten con nadie más que con ellos mismos. “El año pasado nuestros atletas ganaron las instancias de los juegos santafesinos y en el nacional, salieron campeones. Seis de ellos trajeron nueve medallas y eso nos abrió muchas puertas. Entrenarse para competir los estimula y aumenta su confianza”.

El objetivo al que aspiran es desterrar el “no” instaurado. Desde la rehabilitación, se pretende salir de la silla y muchas veces lo que debemos hacer es aceptarla y ver lo que pueden hacer en ella. Trabajar con el “sí” y exigirse más.

La clave es la aceptación

Muchos padres temen que los niños se sientan frustrados y piensan que ya tienen demasiado con la condición en la que nacieron. Tratan de preservarlos y mantenerlos lo más estables posible en su zona de confort. “Una persona que se acerca a un deporte y tiene a alguien que lo guíe, no vuelve a ser la misma. No buscamos campeones, sino que se sientan bien y acompañados. A través del deporte estamos rehabilitando y generando nuevas habilidades en el cuerpo. Además, emocionalmente es increíble lo que pasa entre ellos al compartir y estar con pares.

Tenemos que entender que todos somos diferentes y hay que sacar provecho de la diversidad en general (social, cultural, física, sexual), no sólo en la discapacidad. La clave es aceptar y darle para adelante con lo que nos va tocando y no renegar de ello. Hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos” señala el Chelo.

Los sábados en Monte Vera, la gente pasa por la plaza y observa al grupo con admiración. Suenan bocinas alentando a los chicos. Ellos ya no son el niño del pueblo ciego o en silla de ruedas, ya es Tiziano, Matías, el Ale; tienen su identidad y se animan a participar de los eventos de la comunidad.