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Sociedad Día Internacional de la Mujer | 8M en AIRE |

Chicos, chicas y chiques: cómo el feminismo modificó los modos de crianza

La exministra de Innovación y Cultura y referente de las infancias, Chiqui González, y las integrantes de Canticuénticos Laura Ibañez y Ruth Hillar, reflexionan sobre el quiebre que implica el movimiento feminista en los estereotipos que se transmiten de generación en generación.

Existe un abismo inabarcable entre una niña que toma una tabla de planchar en miniatura y una que pisa contra la tierra una pelota de fútbol. La tabla rectangular augura un universo limitado. La pelota, redonda, es lo más parecido a un mundo.

Ruth Hillar y Laura Ibañez, del grupo Canticuénticos; y Chiqui González, exministra de Innovación y Cultura de la provincia, coinciden en que los cambios que provoca el feminismo en la matriz cultural tienen hoy un impacto visible en el vínculo con las niñeces.

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Chiqui González, exministra de Innovación y Cultura de la provincia.

Chiqui González, exministra de Innovación y Cultura de la provincia.

Veo varios aspectos que están cambiando para bien, aunque falte muchísimo todavía", opina Ruth. "Creo que estamos aprendiendo a dejar de lado algunos mandatos, los que hacían que criáramos de manera diferente a nenes y nenas. Hoy somos más conscientes de que, para que haya igualdad de derechos y oportunidades, tanto varones como mujeres tienen que vivenciar esto desde la primera infancia”.

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“Veo varios aspectos que están cambiando para bien, aunque falte muchísimo todavía

Veo varios aspectos que están cambiando para bien, aunque falte muchísimo todavía", opina Ruth.

Chiqui suma: “Una de las consecuencias más extremas y para mí más maravillosas del movimiento feminista es que el cuerpo del niño no se toca. Eso hasta hace unos años era impensable. Hoy a las niñas y niños se les enseña, y en Argentina hay grandes avances, en el sentido de que cuiden su cuerpo. Que existe una Convención de Derechos del Niño que hay que respetar. Eso es trabajo de los feminismos”.

Para Laura es importante que se haya podido crear un espacio para repensar, por ejemplo, la maternidad. “Esto tiene que ver con una nueva época, lo veo en mi experiencia personal y generacional. Estas ideas ayudan a afianzarse, a preguntarnos qué deseamos como mujeres, por qué ser madres, por qué no. Ese debate es social y nos atraviesa a nivel personal”.

Ruth coincide: “Aprendimos que maternar no es una obligación sino un derecho, una opción. Y esto debería llevar a que cada persona que elija maternar (o paternar, por supuesto) lo haga desde el amor más inmenso, desde la responsabilidad que supone hacerse cargo de una vida nueva”.

Qué linda la camperita

“¿Qué son los niños y las niñas? Claramente, no son un proyecto de adulto. Los discursos políticos hablan mucho del futuro: ‘Si garantizamos una buena educación tendremos futuro’. Para mí es exactamente al revés: cuanto más respetemos los derechos y posibilidades de todo tipo (psicofísicos, sociales, imaginarios, poéticos) que tienen las infancias, más nos aseguramos de que los adultos tengan resiliencia. No los adultos de mañana: los de hoy”, dice Chiqui González.

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Para Laura es importante que se haya podido crear un espacio para repensar, por ejemplo, la maternidad.

Para Laura es importante que se haya podido crear un espacio para repensar, por ejemplo, la maternidad.

Pensar en los ecos del movimiento feminista es rastrear consecuencias que trascienden generaciones. “Los feminismos promueven que no se opine sobre cuerpos ajenos y yo creo que esto trae de la mano que no se alabe ni se critique el cuerpo de las niñas y de los niños. Ni las prendas que usan. ‘¿No le puedo decir ¡qué linda la camperita!? ’Sí, podés alguna vez. Pero nunca delante de otros, para que no mire si está más gordito o menos, para que no se compare ni cree estereotipos. No opinar sobre cuerpos ajenos, la gran bandera del feminismo, también aplica a las infancias”, sostiene Chiqui.

“Tenemos que garantizarle a ese ser nuevo, que recién nace, la posibilidad de inventar realidades múltiples. Un montón de palitos de repente son palitos chinos, o son un puente. Esas realidades son infinitas y no pueden ser limitadas”, explica.

Para Chiqui, que hoy los varones puedan usar el color rosado o jugar con una muñeca es “una de las formas más bellas de la libertad”: “Son objetos como cualquier otro, pero el significado que cargan lleva siglos. Hoy las chicas celebran la Scaloneta y se apropian de esa felicidad que les pertenece, pero las marcas colectivas de los estereotipos aún siguen vigentes. Mientras no haya más mujeres en la política que puedan trabajar para torcer ese rumbo, el proceso seguirá siendo muy dificultoso”.

Qué decimos cuando decimos

“Hay un contexto que es favorable a los cambios en la crianza, en los vínculos con las niñeces. Para las madres y también para los padres el cambio es muy fuerte, pero también para las instituciones, las docentes: estamos aprendiendo a vincularnos de otra manera”, afirma Ruth. Y agrega la idea de poder acompañar de una manera más amorosa a las niñeces diversas.

Laura subraya la importancia del marco legal que se va produciendo. “Es pisar firme sobre el suelo de años de lucha. La Ley de Identidad de Género, por ejemplo, es un derecho adquirido y es importante hacerlo valer dentro de las instituciones”.

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“La Ley de Identidad de Género, por ejemplo, es un derecho adquirido y es importante hacerlo valer dentro de las instituciones”, dice Laura.

“La Ley de Identidad de Género, por ejemplo, es un derecho adquirido y es importante hacerlo valer dentro de las instituciones”, dice Laura.

Esa lucha no es sin contradicciones, sin preguntas, sin cuestionamientos. La incorporación del lenguaje inclusivo en algunas canciones da cuenta de ello. “Hubo gente que se sintió muy representada y hubo gente que no, que incluso nos atacó en las redes sociales. Esto es una búsqueda: cómo nombrar, cómo incluir. Vamos viendo cómo salirnos de ese esquema binario donde además hay un género siempre predominante”, explica Ruth.

“Fue muy interesante el proceso”, agrega Laura: “No es que se resolvió sin debate. No es que hablamos con la e, sería muy arrogante decir lo contrario. Fue un lindo intercambio, lo pensamos, nos preguntamos, lo discutimos. Lo interesante es eso: estas cosas se están pensando, estos diálogos están teniendo los niños, les niñes. Y los adultos tenemos que mirar y escuchar desde otro lugar, habilitarnos la pregunta”.

Los secretos que hacen mal

“Siempre pienso que ‘Hay secretos’ era una canción esperando que alguien la despertara”, dice Ruth Hillar sobre el tema que compuso y que aborda, con poesía y sutileza de vida la problemática del abuso y su prevención.

“Tratar de hacer nuestro aporte a esta lucha desde la música era una deuda pendiente. El drama de los abusos y maltratos es tan enorme, que todo lo que podamos hacer en su contra todavía será poco, pero aun así, muy necesario. Creo que el bienestar de todes les niñes es responsabilidad de la comunidad adulta en su totalidad”, sostiene.

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“Siempre pienso que ‘Hay secretos’ era una canción esperando que alguien la despertara”, dice Ruth Hillar sobre el tema que aborda la problemática del abuso y su prevención.

“Siempre pienso que ‘Hay secretos’ era una canción esperando que alguien la despertara”, dice Ruth Hillar sobre el tema que aborda la problemática del abuso y su prevención.

“Y esto aplica desde la unidad más chiquita, que es la familia, pasando por la familia ampliada, las instituciones públicas y privadas (escuelas, jardines, clubes, iglesias) hasta los organismos de poder. Por cada abuso, además de quien comete ese delito atroz, hay seguramente otras personas que por miedo, incapacidad, desidia o indolencia, no actuaron a tiempo para impedirlo. Hay políticas públicas que no terminan de cumplirse, hay ESI que no termina de aplicarse, y hay todavía sociedades que esconden y de alguna manera legitiman que continúen estas atrocidades”, afirma.

La canción ayudó a nenas y nenes a poder romper el pacto de silencio y empezar a recibir ayuda. “Pero lo que se ve, lo que se conoce, es la punta del iceberg. La cantidad de niñes que sufren sin recibir ayuda es realmente enorme. Una de las peores deudas pendientes que tenemos como humanidad”, expresa.

Agacharse para crecer

Para Laura uno de los legados más importantes es la idea de repensarlo todo. “Esto implica repensar también nuestro vínculo con las niñeces y tratar de correrse de la mirada adultocentrista. Esa idea de que todo lo que el adulto dice es lo único que vale. Esto tiene que ver con escuchar más lo que ellos tienen para decirnos”, dice.

“Me gusta pensar en esta idea de que tenemos que agacharnos un poquito y escucharlos más. La mirada adultocentrista tiene esta lógica de mirar desde arriba, porque siempre estamos más altos. Y entre medio de todas las urgencias, lo que dicen los niños y las niñas pasa como ‘no tan importante”, explica Laura.

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“Me gusta pensar en esta idea de que tenemos que agacharnos un poquito y escucharlos más

“Me gusta pensar en esta idea de que tenemos que agacharnos un poquito y escucharlos más", reflexiona Laura.

Chiqui suma su mirada en este sentido: “El chico o la chica tienen que ser consultados si algo afecta su vida: la separación de sus papás, los cambios dentro de la escuela, ¡la pandemia! No hubo una sola explicación de la política hacia las infancias sobre lo que pasaba y eso quedó librado a los padres, que hacían lo que podían. Están directamente excluidos del escenario público en la mayoría de las situaciones”, afirma.

“Me alegra que vayamos ampliando derechos”, dice Chiqui. “Hay una lucha que recién empieza: las marcas de los mandatos de generaciones, por la cultura lo sé, tardan mucho en irse. Hay sectores sociales que ya avanzaron, pero otros no. La educación es fundamental. Hay muchas maestras que lo entienden, pero la educación como sistema no ha cambiado. Dicen 'con perspectiva de género': yo quiero saber dónde está la perspectiva de género, cómo se implementa la ESI”.

Laura aporta: “Las niñeces son más vulnerables, pasa lo mismo con las mujeres, con las disidencias. Que se pueda empezar a escuchar esas voces es lo que nos va a ayudar a construir sociedades más equilibradas. Las mujeres y las disidencias no nos callamos más: las niñeces tampoco”.