El tema de los residuos es cada vez más importante para los grandes centros urbanos y AIRE se metió de lleno para analizar lo que ocurre en la capital provincial y qué cuestiones podrían mejorarse hacia futuro.
La situación del relleno sanitario de Santa Fe
El relleno sanitario de la ciudad de Santa Fe tiene una gran importancia para toda el área metropolitana porque allí depositan sus residuos varias localidades como Santo Tomé, Rincón, Recreo, Monte Vera, entre otras.
En ese sentido, adquiere una gran importancia la vida útil que le queda: “Serán entre siete u ocho años, dependiendo de la separación que hagamos los santafesinos”, explicó el secretario de Gestión Urbana y Ambiente de la Municipalidad de Santa Fe, Guillermo Ferrero.
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Se realizaron las obras de expansión para extender la vida útil del relleno sanitario.
Sobre la posibilidad de proyectar una nueva obra o sobre el futuro del relleno el funcionario respondió que están “charlando con Milicic (empresa que posee la concesión) para pensar en alternativas, pero primero hay que lograr que se habilite la nueva obra, que está siendo analizada por la provincia”.
“Luego tenemos que empezar a trabajar en una proyección a futuro en cómo trabajar los residuos y mucho va a depender en cómo vemos la evolución de la separación de residuos secos y húmedos”, añadió Ferrero.
Ignacio Schneider es investigador, docente y está a cargo de la Dirección de Sostenibilidad y Gestión Ambiental de la UNL y en diálogo con AIRE explicó que el actual relleno fue inaugurado en 2010, en 2020 había agotado su capacidad y por esa razón se realizaron las obras de expansión.
Pensar un nuevo relleno sanitario no es nada sencillo: “Encontrar un sitio de disposición final lleva mucho tiempo, hay que agotar muchos pasos. Sin dudas, el tema de residuos es apremiante, es una inversión muy costosa que la mayoría de los gobiernos locales solos no pueden afrontar”, explicó.
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La separación de residuos secos y húmedos es clave.
Schneider explicó que “tiene que haber un estudio para encontrar la localización adecuada, tiene que haber proyectos ejecutivos, estudios de impacto ambiental que deben ser elaborados y trabajarlos con las localidades. Todo eso lleva su tiempo, incluso previo a la construcción y puesta en operación”.
El investigador cree que habrá que pensar en “sitios de disposición final que estén en otra localidad del Área metropolitana”.
¿Cuál es la diferencia entre un relleno sanitario y un basural a cielo abierto?
El director de Sostenibilidad y Gestión Ambiental de la UNL describe al relleno sanitario como “una obra de ingeniería pensada, diseñada, para reducir los impactos socioambientales que tiene la disposición final de residuos, monitoreada en forma permanente, con una vida útil, con planes de manejo, impermeabilización del suelo, control de lixiviado y de efluente”.
En cambio, el especialista explica que “un basural a cielo abierto es básicamente una cava. Hay una diferencia notable entre uno y otro”.
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En Rincón, los residuos se depositaban en un basural a cielo abierto.
“El suelo del relleno tiene una doble capa de impermeabilización, es un suelo tratado. Tiene una membrana para evitar que se filtren los líquidos lixiviados que tienen un montón de carga orgánica y otros contaminantes que van liberando los residuos cuando se van descomponiendo. De esta forma, pueden ser tratados en una planta, algo que no ocurre en un basural”, explica el docente.
Estrategias para mejorar la gestión de residuos
La gestión de residuos tiene distintas etapas que van desde la generación y recolección al transporte, los tratamientos y la disposición final. Para mejorarla y, a su vez, evitar el futuro colapso del relleno sanitario o tratar de estirar su vida se pueden pensar en diferentes planes. “La clave es bajar lo que se entierra y eso sería posible porque un 80% de lo que enterramos son materiales que podríamos recuperar”, asegura Mirko Moskat, coordinador del área de Basura Cero del Taller Ecologista.
“Las estrategias que tienen que ver con la prevención es lo primero en lo que hay que hacer foco: debería ser central y una política de Estado. Si buscamos la manera de evitar la generación de residuos, estamos hablando de un residuo que no tiene que ser recolectado, transportado, tratado y ‘enterrado’ en un sitio de disposición final”, indica Schneider. Tal como contó AIRE en otra nota, en 2023 la recuperación de residuos en la ciudad fue de 1.100 toneladas, lo que significa un 0,69% de todo lo que ingresó al relleno sanitario.
Por otra parte, Schneider explica que es importante pensar en diferentes conceptos. Uno de ellos es el “reuso” y tiene que ver con pensar de qué manera se puede extender la vida útil de ese material. Otro es el “reciclaje” y está relacionado a la transformación y la utilización del residuo como materia prima para elaborar otro producto. Hay empresas que compran los materiales que se obtienen de lo que se recolecta en la planta de separación que se encuentra en el relleno sanitario.
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Dignidad y Vida Sana trabaja en una planta en el relleno sanitario en la separación de residuos.
Por un lado, es fundamental la separación de los residuos, pero también tratar de disminuir al máximo la cantidad que se recolecta. En ese sentido, todas las fuentes consultadas ponen énfasis en amplificar socialmente y mejorar el compostaje.
“La fracción orgánica de residuos está cerca del 50% del total que se generan a nivel domiciliario. Cualquier iniciativa que disminuya eso va a tener una enorme repercusión en la gestión global”, detalló el docente de la UNL. “Se podría recuperar la mitad si cada hogar tendría una compostera”, agregó el secretario de Ambiente del municipio.
A su vez, Mirko Moskat asegura que para generar menos residuos sería importante prohibir ciertos elementos descartables y “plásticos de un solo uso que son muy pocos reciclables”.
Otra de las medidas a la que le otorgan importancia es el chipeado, que consta en triturar las ramas o parte del arbolado que se desecha para que ocupe menos volumen. Eso se puede usar como cobertor del suelo, abono o parquizado y no terminan entrando al relleno sanitario.
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Si cada hogar tendría una compostera, se podría recuperar la mitad de los residuos que se producen.
“La disposición debe ser la última estrategia a implementar. Es una cuestión necesaria, pero todas las estrategias previas deberían hacer que uno pueda discriminar corrientes y justamente tratar de ‘enterrar’ la menor cantidad de materiales posibles”, añadió Schneider.
La educación como eje central
La educación y la información que haya disponible sobre cómo tratar los residuos es fundamental e indispensable para pensar en mejoras a futuro. La inclusión del tema en la currícula escolar o la realización de talleres serían de gran importancia. “Venimos trabajando para realizar campañas de concientización en el relleno, invitar escuelas, municipios cercanos que también se sumen porque también vuelcan sus residuos ahí”, comentó Ferrero.
Por otra parte, Schneider comentó que “una pata importante es trabajar con los vecinos y la comunidad y saber que los cambios culturales llevan su tiempo. Creo que hay que apostar a la educación, a las primeras infancias”. A su vez, explicó que paralelamente “hay que avanzar con regulaciones, tener un plan de gestión con objetivos concretos y paralelamente avanzar con el control y las multas”.