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Santa Fe Sonia Martorano | Provincia de Santa Fe |

Sonia Martorano, la ministra de la pandemia: la imagen que no la dejaba dormir, el día que lloró de emoción y su futuro

Su primera respuesta a la propuesta de asumir al frente de la cartera de Salud en medio de la pandemia fue no, pero sintió el deber y el apoyo de la gestión. Recuerda que todo podía salir mal; pero la realidad fue otra "gracias a todos", insiste. El momento más duro en estos dos años de lucha contra el covid, el más feliz, su intensidad de trabajo, su regreso a la conexión con los afectos y su deseo de seguir trabajando en y por la salud y la medicina.

Dos años y un mes atrás, en plena incertidumbre por la pandemia del coronavirus, Sonia Martorano asumió como Ministra de Salud de la Provincia de Santa Fe. Su primera respuesta, en ese momento como secretaria de Salud, había sido un no; ahora reconoce que la situación lo ameritaba. Cuatro meses después, la provincia alcanzó el primer pico de contagios que sacudió al sistema de salud. Y vino una segunda ola más dura, luego una tercera menos crítica y una cuarta leve, casi sin internaciones.

Hoy Sonia Martorano mira atrás y recuerda los momentos desgarradores de la pandemia, las imágenes que le quitaban el sueño, sus lágrimas de emoción cuando vio la esperanza y el cansancio por el cual no se dejó vencer.

Afirma que hay dos cosas que la definen: ser madre de mellizos y médica neonatóloga, aunque si hubiera tenido que elegir otra profesión o vocación hoy sería artista. Se reconoce intensa y con pasión.

Prefiere que la llamen por su nombre, porque "ministra" es ahora y para ella es solo "un momento", aunque en su profesión tiene varios hitos que describe como "abrir puertas": conformar y ser la primera presidenta de la Asociación de Neonatología de Rosario, quedar en la historia por ser la primera mujer en el país al frente de un Colegio de Médicos y hoy, también, por ser la ministra de Salud a la que le tocó afrontar la crisis sanitaria mundial más importante de los últimos 100 años. “Siempre me metí en líos”, dice y se sonríe, al mismo tiempo que afirma que todavía se pregunta “qué hago yo acá” desde la mesa de reuniones de su despacho ubicado en el primer piso del edificio de Juan de Garay al 2880.

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“Siempre me metí en líos”, dice Martorano y se sonríe.

“Siempre me metí en líos”, dice Martorano y se sonríe.

Es que Martorano en realidad era la segunda del ministro Carlos Parola al inicio de la gestión de Omar Perotti en el gobierno provincial, en diciembre de 2019. Pero a los seis meses, el ahora exfuncionario renunció y ella era la señalada para el cargo, aunque confiesa que su primera respuesta al gobernador fue "no".

“No es muy correcto que lo diga, pero son cosas que yo no quiero hacer, porque es salir de mi lugar de comodidad”, agrega en diálogo con AIRE y relaciona que lo mismo le pasó cuando aceptó la propuesta insistente de sus compañeros para asumir el mando del Colegio de Médicos de la Segunda Circunscripción de la Provincia, donde cumplió dos mandatos (de 2012 a 2018). “Acá -por el Ministerio- también las circunstancias lo ameritaban”, sinceró y dijo que Perotti tuvo mucho que ver en su decisión final: “La primera respuesta siempre es un no, pero después de las charlas con el gobernador entendimos que había que asumir el cargo”.

Sintió así el compromiso y el apoyo que la llevaron a ser la protagonista de un acto que estuvo respaldado con la presencia del por entonces ministro de la Nación, Ginés González García, el 16 de junio del 2020.

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A Martorano le tomó jura el gobernador Omar Perotti, junto al por entonces ministro nacional Ginés González García participó del acto.

A Martorano le tomó jura el gobernador Omar Perotti, junto al por entonces ministro nacional Ginés González García participó del acto.

En ese momento había tan solo 288 contagios y cuatro muertes por covid en toda la provincia de Santa Fe, donde hasta la actualidad se contabilizaron un total de 751.951 casos y 9.228 fallecimientos -en dos años y cuatro meses-, desde el caso cero que se registró el 14 de marzo del 2020 en Rosario en un viajero que llegó desde Inglaterra. Pero había una tensa calma en medio de una tendencia de incremento leve, mientras los sistemas de salud en el primer mundo colapsaban y las predicciones le quitaban el sueño.

“La primera respuesta siempre es un no, pero después de las charlas con el gobernador entendimos que había que asumir el cargo”

“Todo daba para que las cosas no salgan bien, uno veía las imágenes de otros lugares y yo no dormía pensando en que la gente no muriera en las calles, que tuvieran atención y que a ningún trabajador de salud le faltara el barbijo, porque no había en el mundo”, graficó Martorano sobre las escenas que la acompañaron en sus noches y días de intenso trabajo que no diferenciaban entre fin de semana ni feriado.

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Martorano no tiene una agenda muy predecible. Dice que nunca se sabe si va a estar en Santa Fe o Rosario; y va a estar donde haya trabajo que hacer.

Martorano no tiene una agenda muy predecible. Dice que nunca se sabe si va a estar en Santa Fe o Rosario; y va a estar donde haya trabajo que hacer.

Todo ese tiempo de espera ante el inminente avance del coronavirus fue uno de los momentos que la ministra recuerda entre los más duros. “Era la incertidumbre absoluta. No sabíamos qué se venía, ni cuándo iba a ser el pico. Veíamos en Europa que geriátricos enteros morían, imágenes horribles. Era trabajar contrarreloj, hasta los domingos, todos juntos planificando, con mucha logística; los equipos de capacitación funcionaban todo el día y preparábamos primera, segunda y tercera línea, ya con kinesiólogos que podían estar al frente de una terapia. No sabíamos cuánto iba a ser el impacto, esa parte fue muy jorobada; hasta tener los insumos, que no llegaban; hasta que tuvimos las camas… estábamos muy ansiosos”, relata y su mirada desnuda rastros de la desesperación que vivió aquellos días.

“No dormía pensando en que la gente no muriera en las calles, que tuvieran atención y que a ningún trabajador de salud le faltara el barbijo”

Un mes después de la asunción de Martorano, los contagios se incrementaron en un 50%, con un total de más de 600 y se informaba el noveno fallecimiento por covid. El pico de esa primera ola llegó tres meses más tarde, a mediados de octubre de ese año, con un sistema que trabajó a destajo y logró dar respuesta con la articulación público-privada que logró el Estado, una definición política que fue destacada pocos días atrás por la Universidad de Oxford con un galardón.

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En el despacho de la ministra hay un cuadro de Eva Perón y también una foto de la referente política. No es casualidad, para Martorano Evita es

En el despacho de la ministra hay un cuadro de Eva Perón y también una foto de la referente política. No es casualidad, para Martorano Evita es "un ejemplo de lucha y de pensar en el otro".

Pero la segunda ola que se vivió a mediados del 2021 -entre abril y julio, con un pico en junio- fue para la ministra otro golpe. “Las personas de más de 60 años ya tenían vacuna y para ellos no fue tan grave el impacto, pero sí para los más jóvenes y ahí vimos imágenes desgarradoras”, se sincera.

La ministra de Salud recuerda que, por esos días, su temor era ver madres buscando camas para sus hijos, en un momento en que se llegaron a ocupar las 1.200 camas críticas con las que hoy cuenta la provincia si se suman tanto las públicas como las privadas, y que por entonces eran monitoreadas en un centro único de derivación que llevaba adelante un trabajo casi artesanal y de jenga para ubicar pacientes que requerían de internación crítica con urgencia.

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En el medio de esos momentos de congoja, hay dos que la hacen emocionar hasta el día de hoy. “Lloré cuando llegaron las primeras vacunas y sigo llorando cada vez que veo el video de ese día. Es un quiebre, una bisagra, el primer momento en que uno piensa en la esperanza”, reveló sobre el 29 de diciembre del 2020. Lo mismo le pasó y pasa con el inicio de la vacunación de adultos mayores en geriátricos y recuerda que ese día salieron 19 móviles desde Santa Fe, hacia el centro norte provincial; y unos 20 de Rosario hacia el sur y en una semana todos habían recibido su primera dosis. “Me fui al Hospital Geriátrico de Rosario y cuando vi que vacunaban a los primeros mayores fue terrible”.

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Pero hay otro video que también la hace lagrimear: es uno donde se ve a los trabajadores de la salud santafesinos y se escuchan voces de niños, sobrinos e hijos pidiéndoles que se cuiden y alentando su labor.

Luego vino una tercera ola de la mano de Ómicron, a principios del 2022, que fue acompañada por una buena respuesta de la población a la campaña de vacunación, logrando aminorar los impactos sanitarios. Y por último una cuarta, que no registró internaciones ni cuadros severos.

Con palabras en plural hace todo el tiempo referencia al equipo que la acompañó, a la gestión, a cada trabajador de salud que salió al campo de batalla y también a cada santafesino. Repite que el logro de la gestión de esta pandemia “es de todos”.

Para la ministra fueron “dos años muy duros”, “de mucho peso y responsabilidad”, donde “hubo momentos de mucho cansancio”, aunque afirma que nunca pensó en bajar los brazos porque “no se podía”. Suma que trata de no pensar en aquellos momentos difíciles y prefiere “desdramatizar” para seguir, pero igual recuerda que en ese tiempo no vio a sus padres, nietos e hijos para cuidarlos porque ella era la que estaba en la primera línea de batalla, e incluso dos veces se contagió de covid.

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"Fueron dos años terribles; pero para todos. Para mí obvio porque fue una gestión donde sentía con mucho peso y responsabilidad. (...) Pero acá todos la pasamos mal", comentó la ministra.

Con su hijo que vive en España eran de visitarse seguido y recién pudieron reencontrarse tras la pandemia en febrero de este año. Con el otro que vive a kilómetros de Rosario y sus hijos volvió a tener contacto cuando las medidas sanitarias lo permitieron y a pesar de eso siente que no es la abuela presente que era, pero hoy con una situación sanitaria más calma intenta retomar la cotidianidad familiar, el contacto con los afectos y el arte en todas sus formas creativas. "Hoy mi deseo es poder retomar mi vida", sentenció.

De acá a cinco años, no sabe dónde, pero da por descontado que va a estar trabajando con la misma “pasión” e “intensidad” y bromea con que también espera estar “más tranquila y divertida”. Se piensa donde siempre estuvo, gestionando en medicina y salud; no como un cuadro político, a pesar de ser hoy una funcionaria reconocida con afecto por los vecinos en la calle.

Después de todo, Martorano dice que la pandemia no la cambió, que sigue siendo “igual que antes” y elige pensar en los otros porque insiste en que “acá todos la pasamos mal”. “Se dice que todos tenemos una huella, un cambio después de la pandemia, no sé cuál es el mío pero confío en que seamos todos un poco más solidarios, confío en que todos salgamos un poco mejores”, augura.