Esta línea se refuerza por varios elementos: el yate estaba en perfecto estado, con la comida sin tocar, los equipos de pesca guardados y los chalecos salvavidas dentro de la embarcación. “Todo estaba como si los tripulantes simplemente hubieran desaparecido en ese instante”, explicó el periodista Silvio Batistuta.
Ovando era un guía experimentado, conocedor del río, y acostumbraba a tomar todas las precauciones. De hecho, tenía la costumbre de colocar los chalecos salvavidas apenas abordaban. Por eso llama la atención que ni él ni su hijo los tuvieran puestos esta vez.
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Ese martes por la tarde habían salido a pasar el día por el cumpleaños del niño, que había cumplido cuatro años. El plan era recreativo. La lógica de los investigadores indica que llegaron, anclaron y, a los pocos minutos, ocurrió el accidente.
El yate en el que Ovando y su hijo navegaban fue encontrado el martes por la tarde, anclado a 25 metros de la costa, sin signos de violencia ni de intervención externa. Sin embargo, no había rastros de los tripulantes. La comunidad se mantiene en estado de vigilia constante desde la noche en que se activó la alerta.
Amplían la búsqueda del guía y su hijo con apoyo aéreo y voluntarios
La búsqueda de Ovando y su hijo continúa con intensidad en la zona de Puerto Reconquista. En las últimas horas, se sumaron drones, un helicóptero y nuevas embarcaciones particulares al operativo de rastrillaje. La Prefectura Naval coordina las acciones junto al Ministerio Público de la Acusación y otras fuerzas, en lo que ya se considera una carrera contra el tiempo.
Batistuta confirmó que este viernes se realizaron reuniones clave entre el fiscal y los equipos de búsqueda. “Son horas cruciales”, expresó, y detalló que se está apelando a la colaboración de particulares, aunque se les solicita que se comuniquen previamente con Prefectura para evitar desorganización en la zona.
Cuáles eran las condiciones del río al momento de la desaparición del guía de pesca y su hijo
El lugar donde fue hallado el yate de Ovando es un área muy frecuentada por pescadores, conocida como la Boca del Palma, parte del brazo San Jerónimo del río Paraná. A tan solo cinco o seis minutos aguas arriba de Puerto Reconquista, la zona presenta una corriente moderada, pero con sectores complejos.
A partir de la hipótesis del accidente, la búsqueda se amplió hacia el sur, aguas abajo. La lógica científica que sigue el operativo indica que los cuerpos, si se encuentran sumergidos, podrían flotar entre 24 y 36 horas después, dependiendo de la temperatura del agua.
Batistuta explicó que hay múltiples embarcaciones peinando esa área, además del uso de tecnología aérea y terrestre. “Es una situación muy dura. Pablo conocía el río como pocos. Nos cuesta aceptar que algo así le haya pasado”, señaló.
La comunidad de Reconquista sigue conmovida. Desde el inicio de la búsqueda, familiares y allegados se mantienen en las inmediaciones de Prefectura, mientras las tareas de rastrillaje no se detienen.