Por la ola de calor que azota a Rosario y la región, la escuela Gurruchaga tomó una medida atípica: autorizó que los alumnos tomaran clases en malla y ojotas. El objetivo, según indicaron las autoridades de la institución, es que puedan refrescarse durante los recreos y "adaptarse" a la situación de extremo calor que se sostiene desde hace 15 días. Por su parte, el nivel secundario fueron liberados de las responsabilidades a media mañana y desobligados para el martes.
"Debido al inusual fenómeno climático que atravesamos, hemos decidido suspender las actividades escolares desde las 1030 de hoy lunes y durante todo el día de mañana martes 14. Retomaremos las actividades el miércoles 15 con los primeros y segundos años, el jueves 16 con los terceros y cuartos y el viernes 17 con los quintos y sextos", fue el escueto texto firmado por directivos del establecimiento que se envió a las familias.
“Hay que abordarlo desde el aprendizaje, nunca vivimos algo así", explicaron los directivos de la escuela. “Entendemos que la escuela debe adaptarse al contexto priorizando el bienestar de nuestros estudiantes sin interrumpir el dictado de las clases; de esta forma podrán refrescarse y hacer la escuela más placentera”.
Al mismo tiempo aclararon que la escuela cuenta con aires acondicionados, pero que por el momento no los pueden utilizar por problemas de tensión.
Durante el recreo, los y las docentes mojaron a los chicos con mangueras. La directora aclaró que la idea de la manguereada no es un juego, sino una forma de refrescar a los niños y evitarles golpes de calor.
La decisión surgió luego de que la semana anterior se reportaron casos de alumnos descompuestos por el calor que motivaron el llamado de porteros y docentes a sus padres para que los vayan a retirar.
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