Los primeros días del 2023, Alejandra Locomotora Oliveras cumplió uno de sus sueños: inaugurar un gimnasio social en el espacio donde entrenó para ganar el cuarto, quinto y sexto cinturón y ser campeona del mundo. Desde el primer día, asisten a entrenar unos 150 niños y jóvenes de barrio Alfonso, San Lorenzo, Santa Rosa de Lima, Centenario y de toda la zona sudoeste de la ciudad de Santa Fe y esperan muchos más para el inicio del ciclo escolar.
“Esta fue mi casa y el lugar donde siempre soñé que pasaría algo maravilloso. Hoy es un espacio donde se pueden salvar vidas y donde se alimentan sueños”, dijo a AIRE la boxeadora.
Las personas que asisten allí no podrían entrenar sin esta oportunidad, y todos están más que agradecidos. Porque en el lugar no sólo hacen un deporte, “están lejos de todo lo malo que puede ser estar en la calle, y además aprenden de esfuerzo y sacrificio, porque cumplen un horario, piden permiso y son compañeros”, explicó la Locomotora.
“Siempre digo que yo vengo del mismo lugar que ellos y pienso qué hubiese sido de mí si me hubiese quedado con el tipo que me reventaba a palos. Hubiera vendido hilo y aguja en la calle, quizás tendría diez hijos, o en el peor de los casos estaría muerta por los golpes de esa persona. A mí el boxeo me hizo ser quien soy, me dio dignidad y sueños, y eso es lo que quiero darle a estos niños: la posibilidad de que sueñen con ser campeones del mundo”, expresó.
Sobre el funcionamiento del gimnasio, Alejandra explicó que es gratuito para niños, niñas y jóvenes de entre 6 y 16 años, a ellos se les dan los guantes y las vendas, y que la única condición es que vayan a la escuela. El resto paga una pequeña cuota. “Estos pibes se van a fortalecer, acá ninguna niña va a sufrir violencia de género porque le enseñamos primero a quererse y después a defenderse. También llamamos a un psicólogo para que pueda venir a dar capacitaciones sobre ESI y a odontólogos para que enseñen que la higiene es salud”, contó.
Consultada sobre lo que se viene, Alejandra dijo que en este momento está buscando padrinos que puedan colaborar para sostener el espacio. Pero además expresó que para que el sueño esté realizado completamente “sólo falta poner un comedor”. “Los chicos vienen con hambre y eso lo sabemos y queremos que coman bien. Ese sería mi sueño terminado”, añadió.
Por último se mostró orgullosa por este gran logro alcanzado y agradeció de todos los que colaboraron para que fuera posible. “Salvar vidas no tiene precio y saber que estos chicos sueñan ya es un montón. Porque todos se merecen dignidad, trabajo, un hogar, una familia y el respeto de la gente y el de ellos mismos”.
Qué dicen quienes asisten al gimnasio social de la Locomotora Oliveras
Alba y Florencia, de 14 y 12 años respectivamente, asisten regularmente al gimnasio ubicado en barrio Alfonso. Una de ella admitió que su intención es poder aprender defensa personal. “Me gusta mucho, la verdad que está bueno y estoy aprendiendo mucho, a eso vengo”, dijo Alba. Florencia, por su parte, también quiere estar preparada y poder defenderse en caso de necesitarlo.
Gonzalo de 28 años contó que llegó al gimnasio para salir del ambiente en el que estaba. “Quiero salir adelante y ver si puedo tener una oportunidad. Hoy vendo pan en la calle pero también vengo a entrenar. Son muy buenas personas y te alientan. En Santa Fe no había cosas como estas”, dijo agradecido.
Nicolás de 19 años, también relató su historia. “Venía de golpes de la vida y me metía en malos caminos. Gracias al entrenador y a la locomotora ahora voy por la vereda que corresponde. Quiero entrenar por un sueño y es llegar a ser campeón. Acá te dan fuerza todos los días y son mi cable a tierra. Esto me calma ansiedades y angustia. Es muy bueno”, concluyó.
Temas