En un campo de Colón completamente colmado, La Renga volvió a demostrar por qué, después de más de 30 años de trayectoria, sigue moviendo multitudes y llenando estadios.
Este sábado, y después de 13 años, la banda oriunda del barrio porteño de Mataderos se presentó en la ciudad de Santa Fe ante más de 40.000 almas que deliraron durante casi tres horas de puro rock.
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La capital de la provincia de Santa Fe se vio “invadida” de fanáticos del grupo desde mitad de semana, cuando comenzaron a llegar y se instalaron con carpas en la zona del Parque del Sur. Desde las primeras horas de este sábado, no pararon de llegar micros desde diferentes puntos del país. Incluso, un numeroso grupo de “rengueros” visitó Santa Fe proveniente de Uruguay.
Pasadas las 21.30, las luces del estadio Brigadier López se apagaron, lo que provocó el rugido de la multitud antes de que los integrantes de la banda se suban al escenario.
El repertorio desarrollado por La Renga en Santa Fe concretó un amplio recorrido por toda la discografía de la banda: desde Esquivando charcos – con Somos los mismos de siempre y El Juicio del Ganso-, pasando por A donde me lleva la vida – con El rito de los corazones sangrando-. También hubo espacio para clásicos de Despedazado por mil partes, como Desnudo para siempre, El final es en donde partí, Cuando vendrán y A la carga mi rocanrol.
Históricos temas del disco La Renga también fueron parte de la velada como El terco, Bien alto, Tripa y corazón y El Rebelde. Lo mismo ocurrió con canciones clásicas del grupo que están en el quinto disco de la banda: La esquina del infinito. De allí, sonaron En el baldío, Motoralmaysangre y El rey de la triste felicidad.
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Promediando el recital, Gustavo Chizzo Nápoli (cantante de La Renga) dejó entrever que la próxima cita con la banda podría ser en la ciudad de Buenos Aires, donde hace tiempo que no son autorizados a tocar.
Del disco Detonador de sueños, sonaron A tu lado, Detonador de sueños, La razón que te demora. El disco TruenoTierra también estuvo presente en Santa Fe con La Boca del lobo y Oscuro diamante.
El cierre de la noche, como siempre, tuvo su broche de oro con Hablando de la libertad, donde las almas que se congregaron en el Cementerio de los elefantes deliraron.
Antes de los de Mataderos, se presentó Pewu Canto Patagon, conformado por los hijos del reconocido músico Rubén Patagonia.