La mujer, que fue baleada por su pareja policía, continúa en terapia intensiva en estado crítico. Su evolución es estable, pero sin plazos definidos para la recuperación.
El último parte médico, proporcionado por fuentes del Hospital Iturraspe, indica que Estela continúa en terapia intensiva.
Maiquel Torcatt / Aire DigitalA tres semanas del violento ataque que conmocionó a Santa Fe, el estado de salud de Estela González, la mujer baleada por su pareja, el policía César Muga, sigue siendo crítico.
Según el último parte médico, proporcionado por fuentes del Hospital Iturraspe, Estela continúa en terapia intensiva, bajo asistencia respiratoria mecánica, debido a las graves lesiones sufridas en el abdomen, producto del disparo recibido.
El cuadro más preocupante es un abdomen abierto contenido, consecuencia de una lesión en el colon que provocó peritonitis. Como parte de su tratamiento, se realizan limpiezas quirúrgicas periódicas cada 48 horas para evitar complicaciones adicionales. Aunque la situación del abdomen está controlada con antibióticos, los médicos aún no pueden realizar la sutura, lo que prolonga su recuperación. El jueves, Estela fue ingresada nuevamente al quirófano para una de estas intervenciones rutinarias.
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El equipo médico también informó que, aunque se logró detener el sangrado del hígado, el estado general de Estela sigue siendo crítico, y su situación es monitoreada constantemente debido a las complicaciones derivadas de su condición. La paciente sigue inconsciente y no ha podido ser dessedada por completo, lo que mantiene su situación delicada.
A pesar de la gravedad de su estado, los profesionales que la atienden resaltan que su evolución es estable, aunque no se puede hablar aún de plazos para su recuperación. El hecho de que Estela esté en respirador y bajo sedación hace que los médicos sigan de cerca su respuesta a los tratamientos, sin poder prever una fecha para la sutura definitiva del abdomen.
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La mujer de 53 años estaba en su casa de calle Europa al 8700 cuando, alrededor de las 6:45 de la mañana del viernes 1 de agosto, la tragedia estalló. Un llamado al 911 alertó sobre gritos, disturbios y pedidos desesperados de ayuda.
La respuesta policial fue inmediata, pero la escena ya estaba teñida de violencia: Muga había abierto fuego contra su pareja, y su hija de 16 años —que también estaba presente— sufrió un fuerte golpe en la cabeza producto de una caída en medio del caos.
González fue trasladada de urgencia al Iturraspe por los vecinos antes de que Muga se atrinchere armado. Ingresó al hospital en estado crítico y fue operada de inmediato. Días más tarde, requirió una segunda cirugía para cerrar su abdomen. A pesar de algunas señales iniciales de evolución, su estado sigue siendo delicado.
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