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Santa Fe Rincón | entrenadores del horror |

El testimonio que revela la siniestra personalidad de Walter Sales Rubio, el entrenador del horror condenado por abuso a 50 años

Walter Sales Rubio, el entrenador de San José del Rincón, fue condenado a 50 años de prisión por abusos sexuales. Las víctimas relatan la manipulación y el horror vivido.

El caso, que mantuvo en vilo a la comunidad de San José del Rincón y a toda la provincia, llegó a su punto culminante con la lectura de la sentencia. La Plaza 25 de Mayo, frente a los Tribunales, se convirtió en el epicentro de una serie de manifestaciones de apoyo y de alivio por parte de familiares y amigos de las víctimas, quienes expresaron su satisfacción por el veredicto.

La condena de Walter Sales Rubio y sus cómplices Sheila Arteria, Alicia Reina y Solange fue recibida con aplausos y lágrimas.

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Las condenas

  • Walter Sales Rubio fue condenado a 50 años de prisión por abusos sexuales agravados reiterados durante años, que fueron denunciados por 15 víctimas, y por el delito de promoción a la corrupción de menores calificado.
  • Sheila Arteriza fue condenada a 32 años de prisión por su participación en los hechos.
  • Solange Arteriza, quien transitó el proceso en libertad, fue condenada a 16 años de prisión de ejecución efectiva. Sin embargo, continuará en libertad hasta que la sentencia quede firme.
  • Alicia Reina, madre de las Arteriza, fue condenada a 14 años de prisión de ejecución efectiva.

El grito de desahogo de la primera denunciante de Sales Rubio

En el transcurso de la sentencia, una de las primeras denunciantes, visiblemente emocionada, se levantó y gritó: "Walter, la morocha habló, la morocha no se calla más". Este grito, cargado de simbolismo y de liberación, resonó con fuerza en la sala y marcó un momento clave en la jornada.

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En un fallo histórico, el entrenador Walter Sales Rubio fue condenado a 50 años de prisión efectiva por abusos reiterados a menores de edad. Maiquel Torcatt / Aire Digital

En un fallo histórico, el entrenador Walter Sales Rubio fue condenado a 50 años de prisión efectiva por abusos reiterados a menores de edad.

Maiquel Torcatt / Aire Digital

La siniestra personalidad de Walter Sales Rubio, el entrenador de Rincón del horror

La historia de horror comenzó cuando Sales Rubio, quien dirigía una academia de natación y triatlón en San José del Rincón, aprovechó su posición de confianza y autoridad para abusar de menores. Durante años, utilizó tácticas de manipulación y aislamiento para evitar que las víctimas hablaran entre sí y descubrieran los abusos. Las competiciones y los viajes se convirtieron en escenarios de pesadilla, donde los menores eran vulnerables y estaban bajo el control absoluto del entrenador.

Una de las víctimas, quien prefirió mantener su identidad en el anonimato, brindó un testimonio desgarrador sobre cómo vivió esos años de abuso. "Él generaba conflictos entre nosotros para que no haya comunicación, o sea, de decir 'che, me está pasando esto, ¿te pasa lo mismo?'. Pero no, eso era lo que él generaba, que no nos habláramos", explicó la joven, destacando la táctica manipuladora de Sales Rubio.

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El impacto de los testimonios fue devastador

Las víctimas describieron cómo Sales Rubio generaba conflictos entre los alumnos para mantenerlos aislados y evitar cualquier tipo de comunicación que pudiera revelar los abusos. La atmósfera de miedo y control era tal que las víctimas tardaron años en encontrar la fuerza para hablar y denunciar.

La joven también relató cómo era la relación con Sales Rubio durante los viajes y entrenamientos: "Nosotros entrenábamos tres veces al día, o sea, estábamos más con él que en nuestra casa. Las competencias siempre eran los fines de semana y hay papás que trabajan los sábados, entonces él se hacía cargo de los chicos que no podían viajar con los padres".

"La morocha" el apodo perverso de Sales Rubio a una víctima

Además, la víctima contó sobre el apodo que Sales Rubio le había puesto: "En algún momento se lo iba a decir, porque así me apodaba él. Él me decía 'morocha' en vez de decirme mi nombre". Este apodo, cargado de connotaciones personales y manipuladoras, fue el que ella utilizó en su grito de liberación durante la sentencia.

Las familias de las víctimas, quienes confiaron en Sales Rubio para la formación deportiva de sus hijos, se sintieron traicionadas y devastadas por los acontecimientos. En la jornada de la sentencia, muchas de ellas expresaron su alivio y su esperanza de que la justicia impuesta sirva como un paso hacia la sanación.